Libertad!

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jueves, 10 de septiembre de 2009

Diego Bautista Urbaneja // Resistencia y crecimiento

La resistencia consolida lo que se tiene, pero no produce crecimiento
Resistir no es lo mismo que crecer. La alternativa democrática necesita resistir, pero también y más aún, necesita crecer. Esa es la única forma que hay de que este Gobierno sea desplazado democráticamente del poder. Si la alternativa democrática no crece, quedará confinada a la resistencia, hasta que alguna circunstancia impredecible eche abajo a este Gobierno, quién sabe de qué forma. La tendencia natural de las fuerzas que se oponen a Chávez es la de resistir, no la de crecer.
En cierta forma, nos hemos acostumbrado a eso. Ante las incesantes arremetidas del Gobierno en pos del control total de la sociedad, los sectores que se le enfrentan se atrincheran para defender con uñas y dientes los espacios y las libertades que van quedando. Esa tarea de resistir es indispensable, no faltaba más.
Sin defender a capa y espada las libertades públicas, la democracia simplemente muere, y se acaba toda posibilidad de que la alternativa democrática aumente su fuerza y su número. Por otra parte, la resistencia vigorosa significa una demostración de fuerza y reciedumbre sin la cual no hay crecimiento posible. Nadie se anota en una causa que siente frágil y asustada. La resistencia impide además cualquier achicamiento de las fuerzas democráticas. Éstas se mantienen en sus números, que son importantísimos, e incluso crecen de forma gradual a medida que los errores de este Gobierno surten sus efectos perjudiciales en la vida de los sectores populares del país.
Pero tal aumento, en la medida en que se produce, no obedece a que se haya hecho una intensa labor destinada a ganar nuevos apoyos. Gradualmente De modo que, concentradas todas las energías en las labores de resistencia, se corre el peligro de descuidar la otra cara de la moneda, la que indica que es necesario crecer más que gradualmente.
La que nos señala que hay que trabajar con fuerza y puntería sobre las grandes oportunidades de crecimiento en el respaldo popular, que le ofrecen a la alternativa democrática eso que ya mencionamos: el carácter antipopular que de modo creciente adopta el gobierno de Chávez. Hay también el peligro de que se caiga en la confusión, de que lo que se hace para resistir es lo mismo que hay que hacer para crecer, de modo que cuando resisto, crezco. Creo que eso es un error. En términos de respaldo, la resistencia consolida lo que se tiene, pero no produce crecimiento. Pueden producir la ilusión de crecimiento, pues la porción de venezolanos en clara oposición a este gobierno llega al 45% de la población. Con esa masa de gente se pueden hacer actos enormes, que te dan la impresión de que el respaldo aumenta, aunque no sea verdad. Hay que reequilibrar las proporciones entre resistencia y crecimiento, o lograr que entre una y otra se establezca toda la retroalimentación posible. Sobre todo aquella que hace del crecimiento la mejor forma de la resistencia.
Todo esto supone de parte de las fuerzas democráticas una importante capacidad de innovación y de reinvención de los mensajes y de las formas y vehículos para comunicarlos. Hay que innovar en la dirección de la comunicación directa con los sectores populares, realzando lo antipopulares que hoy por hoy son las consecuencias de este Gobierno, y subrayando qué es lo que en su lugar haría un gobierno de la alternativa democrática.
Un gran gesto Esto tiene que llevarse a cabo de modo unitario. Sin unidad nada de esto puede realizarse. La unidad requiere hoy por hoy un gran gesto de parte de los dirigentes políticos, que deshaga los escepticismos y los rumores.
Son así bastantes los procesos y aprendizajes -unidad, innovación, maduración, gestos de impacto...- que hay que tener en marcha al mismo tiempo, en la dirección de la resistencia y el crecimiento. Ojalá que nos estemos acercando a un umbral crítico de maduración por parte de partidos y dirigentes, superado el cual lo que hasta ahora ha sido trabajoso y gradual, disipe sus nubarrones y se dispare.
Hay que crecer, crecer bastante, además de resistir. Hay que lograr una resistencia que no se olvide del crecimiento, sino que lo ayude, y un crecimiento que aumente la capacidad de resistir. Pero siempre en el entendido de que sólo un decidido aumento del respaldo en los sectores populares, producto de un trabajo destinado a ello, le dará a la alternativa democrática la contundente mayoría que se necesita para producir la salida del poder de este Gobierno de la manera que todos deseamos. dburbaneja@gmail.com

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