Gerónimo
Alberto Yerena Cabrera
Viacrusis de
los padres dominicos.
Esquina de
San Jacinto
Convento e
Iglesia de San Jacinto
Calle de la
Amargura
¡Me llevas
por la calle de la Amargura!
El Calvario:
estaciones e iglesias
El primer
Calvario
Procesión de
San Mauricio
Las
procesiones en la ciudad de Caracas, se iniciaron desde la época de su
fundación; fue el evento más importante de la Caracas colonial. La procesión de
los padres dominicos por su devoción al
viacrucis, junto con la del Nazareno de San Pablo, los días Miércoles Santos, fueron las más importantes de la
ciudad.
La de los
dominicos de la Iglesia de San Jacinto fue, quizás, la más emblemática por
varias causas: primero, por ser la que recorría el trayecto más largo de todas;
segundo, porque era la que caracterizaba mejor el viacrucis; tercero, era la
única que atravesaba al Calvario y su
recorrido era en circunvalación.
Los
dominicos, cada año, el viernes de Concilio cumplían con la costumbre de sacar
la procesión de Jesús de Nazareno. Bajaba desde la iglesia de San Jacinto, la
cual dio el nombre a la esquina; desde allí se dirigían hacia el sur por la
Avenida N1-S1 “Calle de la Huida a
Egipto” , según nomenclatura impuesta por el Obispo Díez Madroñero
(1714-1769), por decreto del 3 de enero de 1766, a todas las calles de Caracas;
le puso nombres relacionados con
episodios de la Vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo; esa época
coincidió con la construcción en la
colina del Calvario de la Ermita (1765),
bajo la advocación de Jesús de Nazareno y Nuestra Señora de
Valbarena. La ermita corría a cargo de
los religiosos del Convento de San Jacinto de donde partía la procesión a la
devoción del viacrucis.
Llegaba hasta la esquina de Cruz Verde, luego
cruzaban a la derecha y continuaban por la Calle
del Descendimiento (E8-O8), pasaba por el frente del Oratorio de San Felipe
de Neri, donde actualmente se encuentra el Templo de Santa Teresa; continuaba
por la misma calle y pasaba luego frente al Templo de San Pablo, actualmente el
sitio donde está edificado el Teatro
Municipal; seguían por la (E8-O8) hasta la calle de Nuestra Señora de la Amargura. Antes de la construcción del
Silencio y luego de la Avenida San Martín, a
la calle de la Amargura se llegaba en línea recta desde la esquina de
Cruz Verde, luego de esto la entrada a
la calle se desplazó hacia el sur, y el acceso se hace por al callejón
Peníchez, donde está ubicado el Centro del IVSS.
Hasta el
inicio de la subida por la Calle de la
Amargura, llevábamos nueve cuadras caminando, a pleno Sol y a paso de
procesión; a partir de este punto nos
esperaba un trayecto que era el más largo y más empinado dentro del Calvario,
sumado a lo estéril del camino, tal como lo describieron los cronistas de la
época, se imaginarán el esfuerzo y sacrificio de los feligreses, cuando aún
estaban a mitad de camino. De ahí la famosa expresión caraqueña.
¡Me llevas
por la calle de la Amargura!
Seguro que
más de un caraqueño ha oído decir en su
casa a sus padres, abuelos u otros familiares, cuando alguien hacía una
travesura o le hacía pasar un rato desagradable o angustioso, este dicho.
Al subir a
la colina se llegaba a la ermita y allí realizaban una corta parada y se visitaban las primeras estaciones. La
ermita estaba situada donde Guzmán Blanco colocó su estatua del “Manganzón” y el estanque, cuando construyó el Paseo Independencia
en 1873 y derribó la ermita. La actual
Capilla de Lourdes en el Calvario situada cerca del sitio de la anterior
ermita, más hacia el norte, la inauguró Joaquín Crespo el 27 de abril de 1885.
Seguimos con
la caminata: luego de la parada en la ermita y visitadas las estaciones, se
bajaba por una trocha hacia los lados del Carota, donde se encontraban algunas
estaciones más, hasta llegar adonde hoy está la esquina de Caño Amarillo;
buscando la Calle del Perdón, la cual
corresponde actualmente a la Avenida (E2-O2), que es la que pasa por el sur de
la actual Plaza Bolívar, y terminaban en
la misma calle en la iglesia de San Jacinto. Este último trayecto de Caño
Amarillo a la Esquina de San Jacinto, son seis cuadras más; por lo tanto para
los caraqueños era una demostración de Fe y de Penitencia realizar este largo recorrido.
El primer
Calvario. Procesión de San Mauricio
El primer
Calvario fue fundado por Juan Cataneo Bohórquez obispo de Caracas
(1612-1618). En ese mismo sitio en lo alto
de la colina se colocaron tres cruces en el centro, y las estaciones señaladas
con cruces para la celebración del viacrucis. Después de haber desaparecido las
cruces (una de ellas- de las tres- se conserva en el museo bolivariano), el
viacrucis quedó abandonado por mucho tiempo. Luego hacia el año de 1765 se
construyó la ermita ya mencionada.
Las primeras
procesiones al Calvario fueron hacia el año 1625, salían de la iglesia de San
Mauricio (hoy Santa Capilla), desde allí seguían por la Calle de la Sangre de Cristos
(O1-E1), actual Avenida Urdaneta, hasta la esquina de Llaguno, allí
doblaban a la izquierda hacia
la Calle del Dulce Nombre de Jesús (N6-S6), dirigiéndose hacia el sur (esta
calle se llamó desde principio de la Colonia: Camino de la Mar, actualmente
Avenida Baralt. Llegaban a los alrededores de Caño Amarillo y subían al Calvario por el mismo camino que posteriormente
bajaban los dominicos. Allí visitaban las estaciones (las cruces colocadas
desde el principio de la subida hasta lo más alto de la colina) y luego se
devolvían por el mismo sitio hacia San
Mauricio. Esta procesión fue la que tuvo el segundo trayecto más largo en la
Colonia, y la primera en realizarse al Calvario.
La procesión
más corta fue la de San Francisco los Viernes Santos, salía de la iglesia
llegaba a la esquina de la Bolsa y se devolvía.