Libertad!

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sábado, 30 de marzo de 2013

Semana Santa,procesiones en Caracas.


Gerónimo Alberto Yerena Cabrera
Viacrusis de los padres dominicos.
Esquina de San Jacinto
Convento e Iglesia de San Jacinto
Calle de la Amargura
¡Me llevas por la calle de la Amargura!
El Calvario: estaciones e iglesias
El primer Calvario
Procesión de San Mauricio
Las procesiones en la ciudad de Caracas, se iniciaron desde la época de su fundación; fue el evento más importante de la Caracas colonial. La procesión de los padres dominicos  por su devoción al viacrucis, junto con la del Nazareno de San Pablo, los días  Miércoles  Santos, fueron las más importantes de la ciudad.
La de los dominicos de la Iglesia de San Jacinto fue, quizás, la más emblemática por varias causas: primero, por ser la que recorría el trayecto más largo de todas; segundo, porque era la que caracterizaba mejor el viacrucis; tercero, era la única que atravesaba al  Calvario y su recorrido era en circunvalación.
Los dominicos, cada año, el viernes de Concilio cumplían con la costumbre de sacar la procesión de Jesús de Nazareno. Bajaba desde la iglesia de San Jacinto, la cual dio el nombre a la esquina; desde allí se dirigían hacia el sur por la Avenida N1-S1 “Calle de la Huida a Egipto” , según nomenclatura impuesta por el Obispo Díez Madroñero (1714-1769), por decreto del 3 de enero de 1766, a todas las calles de Caracas; le puso nombres  relacionados con episodios de la Vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo; esa época coincidió  con la construcción en la colina del Calvario de la Ermita (1765),  bajo la advocación de Jesús de Nazareno y Nuestra Señora de Valbarena.  La ermita corría a cargo de los religiosos del Convento de San Jacinto de donde partía la procesión a la devoción del viacrucis.
 Llegaba hasta la esquina de Cruz Verde, luego cruzaban a la derecha y continuaban por la Calle del Descendimiento (E8-O8), pasaba por el frente del Oratorio de San Felipe de Neri, donde actualmente se encuentra el Templo de Santa Teresa; continuaba por la misma calle y pasaba luego frente al Templo de San Pablo, actualmente el sitio donde está edificado  el Teatro Municipal; seguían por la (E8-O8) hasta la calle de Nuestra Señora de la Amargura. Antes de la construcción del Silencio y luego de la Avenida San Martín, a  la calle de la Amargura se llegaba en línea recta desde la esquina de Cruz Verde, luego de esto  la entrada a la calle se desplazó hacia el sur, y el acceso se hace por al callejón Peníchez, donde está ubicado el Centro del IVSS.
Hasta el inicio de la subida por la Calle de la Amargura, llevábamos nueve cuadras caminando, a pleno Sol y a paso de procesión; a partir  de este punto nos esperaba un trayecto que era el más largo y más empinado dentro del Calvario, sumado a lo estéril del camino, tal como lo describieron los cronistas de la época, se imaginarán el esfuerzo y sacrificio de los feligreses, cuando aún estaban a mitad de camino. De ahí la famosa expresión caraqueña.
¡Me llevas por la calle de la Amargura!
Seguro que más de un caraqueño  ha oído decir en su casa a sus padres, abuelos u otros familiares, cuando alguien hacía una travesura o le hacía pasar un rato desagradable o angustioso, este dicho.
Al subir a la colina se llegaba a la ermita y allí realizaban una corta parada y  se visitaban las primeras estaciones. La ermita estaba situada donde Guzmán Blanco colocó su estatua del “Manganzón” y  el estanque, cuando construyó el Paseo Independencia  en 1873 y derribó la ermita. La actual Capilla de Lourdes en el Calvario situada cerca del sitio de la anterior ermita, más hacia el norte, la inauguró Joaquín Crespo el 27 de abril de 1885.
Seguimos con la caminata: luego de la parada en la ermita y visitadas las estaciones, se bajaba por una trocha hacia los lados del Carota, donde se encontraban algunas estaciones más, hasta llegar adonde hoy está la esquina de Caño Amarillo; buscando la Calle del Perdón, la cual corresponde actualmente a la Avenida (E2-O2), que es la que pasa por el sur de la actual Plaza Bolívar,  y terminaban en la misma calle en la iglesia de San Jacinto. Este último trayecto de Caño Amarillo a la Esquina de San Jacinto, son seis cuadras más; por lo tanto para los caraqueños era una demostración de Fe y de Penitencia realizar este largo  recorrido.

El primer Calvario. Procesión de San Mauricio
El primer Calvario fue fundado por Juan Cataneo Bohórquez obispo de Caracas (1612-1618).  En ese mismo sitio en lo alto de la colina se colocaron tres cruces en el centro, y las estaciones señaladas con cruces  para la celebración del  viacrucis. Después de haber desaparecido las cruces (una de ellas- de las tres- se conserva en el museo bolivariano), el viacrucis quedó abandonado por mucho tiempo. Luego hacia el año de 1765 se construyó la ermita ya mencionada.
Las primeras procesiones al Calvario fueron hacia el año 1625, salían de la iglesia de San Mauricio (hoy Santa Capilla), desde allí seguían por la Calle  de la Sangre de Cristos (O1-E1), actual Avenida Urdaneta, hasta la esquina de Llaguno, allí doblaban a la izquierda  hacia la Calle del Dulce Nombre de Jesús (N6-S6), dirigiéndose hacia el sur (esta calle se llamó desde principio de la Colonia: Camino de la Mar, actualmente  Avenida Baralt. Llegaban a los alrededores de Caño Amarillo  y subían al Calvario por el mismo camino que posteriormente bajaban los dominicos. Allí visitaban las estaciones (las cruces colocadas desde el principio de la subida hasta lo más alto de la colina) y luego se devolvían por el mismo sitio  hacia San Mauricio. Esta procesión fue la que tuvo el segundo trayecto más largo en la Colonia, y la primera en realizarse al Calvario.
La procesión más corta fue la de San Francisco los Viernes Santos, salía de la iglesia llegaba a la esquina de la Bolsa y se devolvía.

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