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viernes, 3 de septiembre de 2010

ANTONIO COVA MADURO |El paquete socialista

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El chavismo, ciego y sordo prosigue su camino hacia el abismo

EL UNIVERSAL
miércoles 25 de agosto de 2010 12:00 AM
Definitivamente el régimen que Venezuela padece no deja de sacar de su Caja de Pandora las acciones más inesperadas. La última de ellas, por lo que pudimos ver el pasado miércoles 18, es su respuesta al affaire (¿o deberíamos decir desastre?) Pudreval: la presentación de un show que combinaba varias muestras de por dónde van los tiros.

En primer lugar, lo que no dice, diciendo. Para todo el que quiera verlo, tanto dentro como fuera del país, el régimen ya ha hecho claro que lo que no va a hacer es investigar, y en consecuencia castigar, a los malhechores, culpables de un desastre de la magnitud de Pudreval. Algo más grave todavía: que su diagnóstico sobre todo el fétido asunto nada tiene que ver con incompetencia y/o corrupción, sino con los desmanes de la "contrarrevolución". De paso, ¿Chávez estará interesado en que Venezuela viva algo parecido a la Contra que dio al traste con el primer experimento sandinista en Nicaragua?

En segundo lugar, ya es evidente que el chavismo abandonó una primera estrategia, muy posiblemente ingenua, para instalar eso que llaman socialismo del siglo XXI y que en mala hora Fidel identificó, al rompe, con el comunismo. Aquella estrategia consistía en crear estructuras originales que expresaran ese socialismo. Algo de eso fueron los gallineros verticales.

No, al parecer era más adecuado a sus propósitos dar dos golpes al mismo tiempo: a unas empresas predeterminadas se las condenaría para, más tarde o más temprano, sobre su cuerpo inerme montar empresas socialistas. Es eso y no otra cosa lo que representan los Hipermercados Éxito transformados en "Bicentenarios"; o "Fama de América" y aceite "Diana" resucitados; y ahora Seguros La Previsora.

Con esta estrategia el chavismo ha reconocido que carecía, de modo flagrante, tanto de gente capacitada, como de un "know how" generalizado de cuestiones tan fundamentales como el almacenaje, las redes de distribución, y la ineludible cadena de frío. El problema inescapable es el asunto de la gerencia. Mientras persistan en el error maoísta de que el primer ingrediente debe ser el "color del gato" -en este caso, rojo rojito- nada de lo que reciban de las empresas secuestradas les servirá de mucho.

Más temprano que tarde, siguiendo el ejemplo de Deng Xiaoping, el desmantelador del maoísmo en la China de 1978, deberán liquidar tanto el bla bla bla, como la labor obstructiva del fulano Ministerio de las Comunas. Producir, almacenar, distribuir y vender (sí señor: vender, aunque el verbo suene feo a estos escasos romanticones que presiden el experimento más absurdo en la historia de Venezuela), son tareas de naturaleza económica. Tienen su propia dinámica y de ella emanan un conjunto de necesidades que son organizacionales. De nuevo, el chino Deng, junto con las Comunas lo primero que despachó fue la pérdida de tiempo en una inútil indoctrinación comunista. La gente está allí para ser productivos, no para andar memorizando Catecismos añejos ni envolviendo "paquetes" chilenos.

Con aquel Hipermercado impoluto, atendido por jóvenes "franelas rojas" -a ratos sacados de las añejas iconografías soviética o china- el régimen quiere crear la ilusión de que estamos en los albores, no sólo de una "nueva economía", sino de una sociedad que va, rauda, a cambiar 180°. Se trata, ese es el mensaje, de un modelo económico real, vigoroso y con todo el futuro del mundo, que será el que llenará de modo absoluto la vida entera de los venezolanos.

Y eso llenaba de esperanzada alegría al Jefe: mostraba los paquetes socialistas de arroz, caraotas negras, café, con los colores y logos de lo que bien podrían ser las fulanas empresas de producción social -otro experimento chavista en rápida vía de extinción- sin que nadie le hiciese ver que ya eso es una "vieja" innovación de cadenas de supermercados y de farmacias privadas en Venezuela. ¿Cuál es la gran cosota, entonces?

Lo más patético en todo el espectáculo era la ausencia total de aprendizaje de experiencias históricas. En efecto, éstas nos dicen que ha sido justamente cuando se ha llegado al punto que Chávez exhibía feliz, cuando todo el sistema se congela, para, rápido ir a cayendo a pedazos. Allí está la URSS para probarlo. El capitalismo férreamente controlado por el cascarón comunista en Asia todavía debe mostrar su viabilidad.

El chavismo, ciego y sordo prosigue su camino hacia el abismo. Su ala ideológica, alegre, allá le conduce. A nosotros nos queda contemplar su derrumbe y emprender el rescate.

antave38@yahoo.com

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