La receta nos la da Rubén Osorio Canales en su libro Memorias del Fogón (Alfadil, Caracas, 2005) Osorio Canales atribuye la paternidad de la receta al escritor Carlos González Vegas y cito:
El Chucho, por ser un pescado salado, hay que desalarlo igual que un bacalao cambiándole varias veces el agua que lo cubre. Luego se escurre, se seca y se lleva a una olla con agua hasta cubrirlo y, a fuego medio, se le cocina durante 30 minutos. Se saca de la olla, se pasa por agua fría, y se limpia de piel y de cartílagos, para luego desmenuzarlo. Se reserva.
En un caldero se fríen a fuego más bien suave, en cuatro cucharadas de aceite y una de mantequilla, dos cebollas bien picaditas y cuatro dientes de ajo machacados. Se les deja marchitar un poco y se le añaden un pimentón picadito, tres ajíes dulces picaditos, un punto de pimienta y unas semillas secas de ají picante, se revuelve bien y se deja cocinar el conjunto durante 10 minutos, al cabo de los cuales se le añade el chucho desmenuzado. Se revuelve bien y se deja cocinar tapado durante unos minutos más.
Se saca del fuego y, en una bandeja de horno ligeramente untada de mantequilla, se coloca una capa de tajadas de plátano maduro bien compactas y previamente doradas; se coloca encima, también en una sola capa, el guiso de chucho, y encima de éste tres huevos batidos con un punto de sal y una lluvia de perejil.
Se lleva el pastel a un horno precalentado a 350° durante 20 minutos.
Se me ocurre que, mientras el pastel se hornea, se proponga a los niños de la casa un juego margariteño que consiste en decir CHUCHO sin arrugar los labios.
Buen provecho
Abraham Quintero
RECETA DEL ORIENTE VENEZOLANO
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