Un fantasma recorre América latina
Personajes que llegan al poder en nombre de la lucha por la libertad, la igualdad y contra la corrupción se convierten cuando gobiernan en emblemas de lo que alguna vez combatieron o decían combatir. La corrupción es el fantasma que recorre esta parte del mundo, un fantasma sumamente dañino, su profusión impide el progreso y la felicidad de nuestros pueblos
El comienzo del manifiesto de Marx y Engels señala que un fantasma recorría Europa, el famoso texto fue editado por primera vez en 1848. Durante el resto del siglo XIX y buena parte del siglo XX sus escritos inspiraron la lucha de los revolucionarios, sectores de avanzada y de los trabajadores de ese tiempo. La influencia de sus ideas no se limitó al mundo del trabajo, el espectro se hizo planetario, su doctrina fue adoptada por representantes de las diversas clases sociales y centenares figuras de la academia y la intelectualidad mundial abrazaron la causa del socialismo durante esa época.
Millares de militantes comprometidos ofrendaron sus vidas en la lucha por "tomar el cielo por asalto" y conquistar una sociedad justa donde reinará la igualdad y la libertad.
En nombre de esos ideales y también de la lucha por la honestidad se alcanzó el poder durante la revolución rusa, la implantación del llamado "socialismo real" en Europa del este posterior a la Segunda Guerra Mundial y algunas otras experiencias en Asia, principalmente la China. Es de destacar que de la familia originaria fue la socialdemocracia (tan combatida y despreciada por los dogmáticos) la que más se aproximó en sus gobiernos, a garantizar igualdad de oportunidades en medio de un respeto pleno a la libertad.
La implantación del stalinismo que en nombre de una falsa igualdad sacrificaron la libertad, implantando un terrorismo de estado, constituyendo en regímenes dictatoriales que no admitían la disidencia. A la larga la falacia quedó develada, el muro de Berlín fue derrumbado, sin que se produjera un disparo (hay quienes actúan como si eso no hubiese ocurrido) y como en un efecto dominó cayeron todos esos regímenes que en apariencia lucían invulnerables.
Apenas sobreviven en este siglo el régimen de Cuba y el de Corea del Norte. Entre tanto en nuestra América asumieron el poder regímenes que asumían con nostalgia la prédica que condujo al fracaso los gobiernos del mal llamado "socialismo real", es así como en Venezuela, Bolivia y Nicaragua los gobiernos se identifican un supuesto "socialismo del siglo XXI" ; también con sus diferencias en gradaciones y matices los gobiernos de Brasil, Ecuador y Chile.
Recientemente la opinión pública ha conocido fabulosos escándalos de corrupción de estos gobernantes, la investigación del mandato de los Kichner en Argentina revela la falsedad de toda su prédica y el enriquecimiento de la familia y su entorno. En Brasil reventó lo de Petrobras y su vinculación con Lula -quien si era en verdad un líder obrero- en Nicaragua la corrupción está prácticamente institucionalizada. En Bolivia poco antes del referéndum estalló un caso que involucra a ministros y diputados del gobierno de Evo Morales. El líder indígena no hace honor aquella frase de Gramsci: "La verdad siempre es revolucionaria". Chile es de estos países, según Transparencia Internacional, el menos corrupto de este continente, listado que lamentablemente nosotros encabezamos. En el país del sur los hechos de corrupción, que por supuesto existen, no alcanzan la dimensión de los antes mencionados.
En nuestro país los casos de Pdvsa, Cadivi, Los negociados alrededor de las compras de alimentos y medicinas, los contratos con las plantas generadoras de electricidad y todas las negociaciones que enriquecieron a los boliburgueses y bolichicos, en complicidad con altos funcionarios públicos, superan con creces las denuncias y protestas que se desarrollan fuera de nuestras fronteras.
Personajes que llegan al poder en nombre de la lucha por la libertad, la igualdad y contra la corrupción se convierten cuando gobiernan en emblemas de lo que alguna vez combatieron o decían combatir. La corrupción es el fantasma que recorre esta parte del mundo, un fantasma sumamente dañino, su profusión impide el progreso y la felicidad de nuestros pueblos. Tal disonancia plantea una honda reflexión sobre la naturaleza del poder, esa reflexión es imposible abordarla en estas líneas por lo que me limitaré a transcribir un pensamiento de Abraham Lincoln: "Casi todos podemos soportar la adversidad, pero si quieres probar el carácter de un hombre dadle poder"
TalCual
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