De “dinosaurio” a “líder”: Ramos Allup, el outsider que no esperaban Capriles ni Leopoldo.
 Por Pedro Eduardo Leal. – 
 Con Hugo Chávez fuera de juego y su “heredero político” gravemente 
debilitado, por las más terribles crisis económicas que ha vivido 
Venezuela en los últimos años, Henry Ramos Allup, el hombre que el 
“Galáctico” amenazó con freir su cabeza, vive su momento de gloria desde
 una de las más importantes vitrinas del quehacer político venezolano, 
la presidencia de la Asamblea Nacional (AN).
 “Nunca nos hemos 
ido, aquí estamos. Que no estemos en el gobierno es otra cosa, pero 
nadie está eternamente en el gobierno, y nadie está eternamente en la 
oposición“, decía el jeque adeco días antes de celebrarse el aniversario
 número 73 del “partido del pueblo” en septiembre de 2012.
 Para 
entonces el grueso de la oposición no daba medio por él, luchaba con 
tirios y troyanos. Mientras que desde el Ejecutivo intentaban endosarle 
responsabilidades del “fracaso” que significó para este país la IV 
República, y hacerlo ver incluso como uno de los culpables de los hechos
 de abril de 2012; detractores dentro de los propios grupos que adversan
 al Gobierno lo señalaban, sin prueba alguna, de colaboracionista con 
quienes ejercían roles de Estado.
 Hoy esta realidad ha dado un 
giro de 180 grados, y es que no hay aparición pública en la que parezca 
menos que un rockstar el hombre que se atrevió a sacar los cuadros del 
“Comandante Supremo” y del “Bolívar amulatado” del Palacio Federal 
Legislativo. Muestra de esta mutación es que Nicolás Maduro, durante la 
presentación su Memoria y Cuenta en la sede del Parlamento lo despojó 
del adjetivo de “dinosaurio” para citarlo como “líder de la oposición”.
 Analistas consultados por El Cooperante no dudan en que su verbo mucho 
le ayuda. Rafael Poleo, editor de El Nuevo País, es tajante en que “para
 observadores internacionales y también para locales de gran autoridad, 
HRA es el más preparado, experimentado y a juzgar por los resultados, el
 más capaz de los políticos que hay en la panoplia oposicionista”.
 José Vicente Carrasquero, politólogo, asegura que se ha convertido en 
un outsider con el que no contaban ni Henrique Capriles ni Leopoldo 
López, posicionando a ambos como los prospectos de líderes de las 
fuerzas políticas que se agrupan en la Mesa de la Unidad Democrática 
(MUD).  “Jamás se imaginaron que realmente volvería”, apunta.
 
Ricardo Sucre, también experto en la materia, si bien no da total 
protagonismo a Ramos Allup, lo pone en un mismo plano con el gobernador 
de Miranda y excandidato presidencial, y con Lilian Tintori, esposa del 
máximo representante de Voluntad Popular preso en la cárcel de Ramo 
Verde. “Leopoldo López es un símbolo que está allí para un sector 
importante de la oposición, pero no para todos (…) El problema de López 
es que es un preso político, mientras que Henry Ramos y Capriles tienen 
libertad para poder actuar”, resalta.
 “Si quizás hace un año me 
haces esta pregunta, lo hubiera citado como un actor importante dentro 
de la MUD, pero jamás como un rostro clave que hoy es”, replica Sucre a 
la interrogante de si es el máximo representante del Capitolío 
efectivamente el principal portavoz de la alternativa democrática.
 Por su parte el analista Orlando Viera Blanco, resaltando irreverencia y
 capacidad de  articulador nato,  subraya que cuenta con el nivel 
político y la elasticidad que la coyuntura política requiere para 
enfrentar a un Gobierno que se niega a reconocer que se derrumba.
 “Este fenómeno que es el manejo filoso y frontal del verbo, combinado 
con una irreverencia y una dialéctica  hábil y culta, está generando, en
 tiempos de redes sociales, que un hombre con el talante, carácter, 
percepción y experiencia, resurja cuando más lo necesita el país”, suma 
Viera Blanco sobre quien ejerce la voz de los habitantes del Circuito 3 
de la ciudad capital dentro del Hemiciclo de Sesiones.
 “Cerebro debutante”: Como el “por ahora” de Chávez
 A pesar de que Henry Ramos Allup, en la entrevista citada en líneas 
anteriores, reconocía que “ni aspira ni deja de aspirar” terciarse la 
banda presidencial en su pecho;  no todas las voces consultadas 
coinciden en que su actuación en las sesiones de la cámara de diputados 
representen  un boleto directo a Miraflores.
 “Venezuela es un 
país mesiánico y con mucha virulencia descansa en este tipo de 
personalidades para llevar adelante estos procesos de cambio”, sostiene 
Viera Blanco sobre si es posible que en un proceso de transición, con 
Maduro abandonando la primera magistratura, pueda corresponder el turno 
al bate para el sucesor de Diosdado Cabello.
 El articulista no 
descarta incluso que los discursos que hoy con facilidad se convierten 
en tendencias en la redes sociales y ocupan amplio centimetraje en 
medios nacionales y de otras latitudes del planeta, terminen 
convirtiéndose en algo similar a los que significó el “Por Ahora” de 
Hugo Chávez o la célebre frase  “la democracia no puede existir si los 
pueblos no comen” de Rafael Caldera.
 “Así como Chávez en su 
momento cerebro debutó, y generó expectativas con un nuevo orden; ahora 
cerebro debutante ha venido siendo Henry Ramos, en términos de 
desmitificar lo que ha sido el chavismo”, recalca.
 En el mismo 
orden de ideas, Viera Blanco explica que el hecho de anunciar 
frontalmente que en los próximos meses la única salida que tiene 
Venezuela de la crisis y de pretender un resurgimiento es un cambio de 
Gobierno, convierte a Ramos Allup en “un factor catalítico, un factor 
que está agilizando los descelances”.
 Ricardo SucreEn 
contraposición a esto, Ricardo Sucre, quien no ve una salida abrupta de 
Maduro del poder, dice no cree el ascenso a la presidencia de Henry 
Ramos como el paso más inmediato de su carrera política. “Ahorita está 
en la cresta de la ola porque de cierto modo reivindica a AD y Copei, 
que también la gente hace unos años decía que no servían para nada, pero
 en una futura elección no sé si ese mensaje será muy útil para todo el 
país. Sin dudas, su posible elección presidencial va a depender de unas 
primarias y el mensaje que pueda darle al país”, enfatiza.
 
Carrasquero, sobre este punto, recalca su tesis del outsaider que podría
 terminar siendo el gran beneficiario de un proceso de cambio 
precipitado de gestión. “Es muy temprano para pensar en presidenciales 
cuando aún falta el desgaste de una Asamblea Nacional, pero hay una 
actuación en torno a Ramos Allup que indica que eso está en la agenda”, 
asevera.
 El también profesor universitario considera que la 
persona que asuma no debe tener aspiraciones políticas más allá del 
2019, y es porque quien suceda a Maduro deberá tomar una serie de 
medidas con costos políticos muy altos.
 

 
 
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