Libertad!

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lunes, 20 de junio de 2016

Palos de ciego


Palos de ciego, por Américo Martín

Saqueos


Referendo | Crisis económica | Maduro

Los saqueos son diarios y cada vez más audaces. Su comandante es el general Hambre, a quien respeta todo el país. Su canal de expresión es el revocatorio postulado por la MUD cuya suerte dependerá de la relación de fuerzas, no de las promesas de las partes.

Adivinar el futuro, ejercicio que ocurre cuando damos por fatal determinado desenlace y encima lo adornamos cargando enfáticamente las palabras, es a la política lo que la antigua alquimia a la ciencia. “No habrá revocatorio”, afirma alguien dado a tomar una de las posibilidades como la única factible.
Se siente tan seguro que rebaja a la endeble condición de "cándidos" a quienes tengan el atrevimiento de dudar. Pero el noble oficio de la política elude semejantes rotundidades porque al calor de las acciones humanas y bajo la lluvia de acontecimientos inmensurables lo previsible puede, ciertamente confirmarse, pero también no hacerlo.
Digámoslo con el resobado ejemplo. En ajedrez las certezas son mayores porque los maestros trabajan con piezas dóciles por completo a su voluntad. Pero cuando por metonimia hablamos de "ajedrez político" se capta la diferencia, a través de la que se cuela la incertidumbre.
En política las piezas son seres humanos con pasiones exacerbadas y los factores incidentes son sudorosos y tumultuarios, no dos silenciosos jugadores.
-¿Y por qué tan seguro? - ¿No escuchaste a Maduro decir que no habrá revocatorio en 2016? Tomen nota, señores, la palabra presidencial, en la que no cree ­según Marea Socialista­ más de 50% del chavismo, es artículo de fe para una parte de la oposición.
Y sin embargo a medida que el Gobierno retrocede al impacto de las protestas sociales y la defensa de los DDHH multiplicándose como hongos madrugadores, podría reaccionar a palos demoledores ordenando al servil TSJ prohibir, mediante medida cautelar, la realización del RR, el mecanismo constitucional que pone en manos del pueblo soberano la solución de la pavorosa crisis en la que estamos sumergidos.
Esta crisis es, al decir del muy calificado Ricardo Hausmann: “Lo peor que he visto, un colapso con un costo social que no admite similitudes históricas”.
Hausmann sabe lo que dice. No en vano es director del Centro de Desarrollo Internacional y calificado profesor en la Universidad de Harvard. Desde 1981 ha trabajado en 59 países de situaciones complicadas, ninguna peor que la nuestra. “Venezuela ­repite con amargura- quintuplicó su deuda pública y para afrontarla ha dejado al país muerto de hambre.
El hambre suele disociarse de lo político, pero en este caso la sabia realidad los ha conectado “Para calmarla, revocaremos tu mandato”.
Los saqueos son diarios y cada vez más audaces. Su comandante es el general Hambre, a quien respeta todo el país. Su canal de expresión es el revocatorio postulado por la MUD cuya suerte dependerá de la relación de fuerzas, no de las promesas de las partes.
Permítanme citar de nuevo a Maquiavelo, quien definía la política como "técnica (en el sentido de ciencia) y arte": -A los hombres no se les debe juzgar por sus declaraciones de virtud.
Pueden jurar y tirarse al suelo, pero finalmente los intereses decidirán. Y ojalá lo hagan a favor del diálogo, el revocatorio y un posterior gobierno de unidad nacional. Los maltratados ciudadanos lo merecen. Por ellos, debemos empujar esta carreta hasta donde más lejos nos lleve, en lugar de dedicarnos a gritarle malas palabras desde la tribuna a quienes se baten en el terreno.

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