Libertad!

Libertad!

viernes, 12 de noviembre de 2010

¿CUAL SOCIALISMO PRESIDENTE?

FREDDY CARQUEZ

Es importante precisarlo, por que existen toda una variedad de realizaciones que nos obligan a investigar y dada la trascendencia del debate necesitamos que operadores políticos “socialistas” como Aristóbulo Isturiz, Darío Vivas, Diosdado Cabello o Fredy Bernal nos expliquen, si se trata del Socialismo Libertario, en el cual se concibe al Estado como un antagonista que debe ser despojado de una buena parte de los mecanismo burocráticos del Gobierno y especialmente de sus instrumentos de coacción y de violencia. Por que si es así ustedes están de nuevo aplazados, ya que han realizado lo contrario, se han dedicado a fortalecer y concentrar los poderes públicos olvidándose de la promesa de democratizarlos.

Cuando escuchamos a Ali, a Jorge Rodríguez o a Elías Jaua amenazar e intimidar al mejor estilo presidencial, nos resulta casi obvio que tampoco nos encontramos en el escenario de una Utopía Socialista racionalista o humanista, que quizás son los mecanismos de elaboración de ideas, más acabadas del desarrollo cultural e intelectual de nuestras poblaciones. Resultando incomprensible la pretensión de desconocer que una propuesta de esa envergadura, castigada profundamente por toda una cadena de fracasos con un elevadísimo costo humano, se desconozca que su formulación demanda comenzar por una elaboración compartida, pluralista y democrática de su viabilidad.

Y dándoles continuidad a nuestras interrogantes en torno a la naturaleza del proyecto político socialista, que voceros del Ejecutivo como Nicolás Maduro, Cilia Flores, Jorge Giordani o Tarek William Saab defienden, nos surge una nueva pregunta, es la inquietud de que el plan gubernamental está inspirado en las monarquías proletarias cubana, coreana o Siria. Por que en los mandos del PSUV ha crecido la convicción de que el éxito del proyecto de prosperidad y bienestar que nos han prometido, descansa por la permanencia del Sr. Hugo Chávez y sus herederos en la dirección de nuestro Estado, sin limites en el tiempo, ni controles sobre su responsabilidad en la utilización de los dineros públicos.

El Socialismo descolonizador ha sido otra variedad de la formula, utilizada masivamente en África, procedimiento al cual recurrieron casi todos los proyectos políticos de los nuevos estados capitalistas, surgidos al calor de la retirada de las potencias coloniales, modelo asumido por los egipcios de Nasser, luego por los iraquíes y los sirios, posteriormente por argelinos y libios, mas tarde por las repúblicas negras centro-africanas con la consigna “del tribalismo al socialismo”. Y los resultados están a la vista, élites cívico-militares inundadas de privilegios y millones de ciudadanos empobrecidos y enfermos, acompañados de genocidios periódicos con el exterminio de millares de campesinos.

La continuidad de la revisión de las múltiples ofertas socializantes producidas por la lucha de clases, para el mercado capitalista del planeta durante el siglo XX y lo que ya va andando del siglo XXI, nos exige detenernos también como posibilidad en el Socialismo Autoritario y Genocida, rasgo dominante presente en las experiencias euro-asiáticas, que aparece con la dictadura leninista (1917) y se profundiza con el régimen del terror estalinista, cuando el delirio y la ambición de poder del equipo burocrático dirigente impone mediante la utilización discrecional de las bayonetas los proyectos de colectivización forzosa, antesala de la dictadura y del empobrecimiento de la sociedad.

La utilización de la violencia sistemática desde el Estado sobre la población, tocando los limites del Genocidio no solo fue una práctica de la Rusia soviética, también se introdujo en la China maoísta, condenando a la muerte por hambre a millones de campesinos pobres, como consecuencia del desorden de la producción agrícola y ganadera. Errores y horrores inexplicables, por que la experiencia era conocida, pero de nuevo las ambiciones de poder y el desprecio a los intereses de la sociedad se impusieron, victorioso los komunistas chinos se olvidaron de la promesa de la Nueva Democracia, la extraordinaria bandera que permitió quebrar la sociedad feudal, derrotar la invasión japonesa y ganar la guerra civil.

Resultaría un olvido imperdonable dada la importancia del tema y su contingencia para nuestros ciudadanos, dejar de lado el archi-genocidio polpotiano, sucesos ocurridos en Camboya en 1975, proyecto orientado e inspirado por el maoísmo, criminal ensayo social y político en el cual sus dirigentes sometieron al exterminio miles de personas, guiados por una interpretación delirantemente homicida, destinada a modificar la conducta de los habitantes para con la propiedad y su modo de vida.

Presidente, ni usted, ni ninguno de sus operadores y secretarios le ha dado explicaciones a nuestra población, en torno a todo este paquete de horrores, ¿es que acaso el silencio sobre los mismos es parte de la conducta y de los mecanismos de engaño y falsificación ideados para imponer finalmente un Estado Corporativo en Venezuela sustentado en el capitalismo estatista súper-salvaje, al estilo cubano, soviético o chino?, que ha sido lo que realmente sucedió en todo ese amplio universo de experiencias “socialistas” a las cuales nos hemos referido.
Freddy Carquez, Maracay, 7-11-2010.

No hay comentarios: