Delirantes medidas
No sin razones válidas, hay quienes piensan que responde a una estrategia del gobierno, someter a la ciudadanía a este peregrinaje para ver cómo consigue alimentos y formas de vestirse, curarse una enfermedad o adquirir insumos para el aseo personal, y no gratis. Llegó a decir Carlos Marx “que antes de filosofar, el ser humano necesita alimentarse y vestirse”.
Sopesan que la gente no luche por sus derechos elementales, ni que se sume a las acciones cívicas para reclamar soluciones, o en todo caso, que se faciliten salidas constitucionales a esta profunda crisis, que como vemos, se agrava aceleradamente. “La gente que se ocupe de hacer colas, de comprar velas, de organizar su rutina para encarar los cortes eléctricos, de ver cómo se salva de un atraco, secuestro o desgraciadamente, la maten”, como ha sido el destino fatal de más de 270 mil personas en lo que va de esta revolución que prometió la aparición del “hombre nuevo”, y mire usted, el terrorífico fantasma que nos espanta a todos por igual.
Las delirantes medidas del régimen por ponerle la mano todo el proceso productivo y distributivo; a manipular los precios de semillas, la importación de materia prima y los productos acabados. Expropiaron los supermercados; y si no fue suficiente, empoderaron a los militares para que administren las redes de compra y distribución de alimentos.
Un total de 42.000 millones de dólares le adjudicaron a la Misión Alimentación. Y “hasta el queso que había en la mesa, también se lo llevaron” ¿Quiénes se robaron el dinero? esa pregunta debe ser respondida. La gente no olvidará el caso tristemente célebre de pudreval. Vimos entonces, abismados, cómo Pdvsa no sacaba petróleo, pero sí contenedores enterrados con comida podrida. Ahora aparecieron “los gorgojos”, depredadores que los jefes del gobierno colocaron en posiciones claves en todos esos circuitos para distribuir alimentos. Ya van 60 funcionarios de la estructura de supermercados dependientes del régimen arrestados por corrupción y, según cifras de la Fiscalía, “poco menos de 400 personas fueron detenidas por acaparamiento, boicot o contrabando de alimentos”.
¿Y la luz? ¿Dónde está la luz? “Me he dado cuenta que ha habido un impacto no deseado en los cortes que iniciaron en Caracas. He ordenado suspender los cortes eléctricos en Caracas, porque este gobierno tiene que ser capaz de reconocer errores cometidos y rectificar…, estas fueron confesiones del difunto Chávez a través de VTV en enero de 2010. El presidente fallecido aceptó que el plan falló y puso en aprietos varias zonas de la capital. Esperemos que esa experiencia sirva para evitar que se repita la amarga receta.
El déficit no es solo de luz, alimentos y medicinas. Es mayor el de ética, la escasez de moral es pavorosa.
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