- 7 abril 2016
Su padre, el expresidente Alberto Fujimori, está encarcelado cumpliendo una pena de 25 años por corrupción y violación de derechos humanos.
Pese a la gravedad de los delitos, Keiko Fujimori es la gran favorita para ganar las elecciones presidenciales de Perú el domingo 10 de abril.
Se presenta por segunda vez como candidata a la presidencia por el partidoFuerza Popular y aunque trata de marcar distancias, inevitablemente su aspiración se ve afectada por el recuerdo de la presidencia de su padre.
Su apellido es lo que le genera tantos simpatizantes como detractores.
Pero, ¿por qué el fujimorismo sigue teniendo tanto arraigo en algunos sectores de Perú?
La candidata de derecha levanta pasiones especialmente en los sectores populares, que atribuyen a su padre el fin del terrorismo y de la crisis económica que atravesó el país en los 80.
Pero también genera un fuerte rechazo entre quienes no olvidan por qué el expresidente, que gobernó de 1990 a 2000, está en prisión.
Los detractores de Alberto Fujimori lo recuerdan como un líder autoritario que abusó de las instituciones para conservar su poder y que huyó a Japón por un caso de corrupción sin precedente en el país.
Fue condenado en 2009 por las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), donde 25 personas murieron a manos de un grupo militar encubierto, y por el secuestro de un periodista y un empresario en 1992.
Keiko Fujimori promete que no cometerá los "errores" del gobierno de su padre pero su discurso despierta suspicacia en algunos sectores. Y los expertos señalan que aunque esté por delante en las encuestas, no logrará imponerse en la segunda vuelta.
Imagen poluta
Los expertos consultados por BBC Mundo coinciden en que Keiko Fujimori puede que gane la primera vuelta pero no por la mayoría necesaria, lo que le obligaría a pasar a una segunda vuelta en junio en la que el voto antifujimorista se concentraría en su oponente, todavía por definir, aunque a tres días de la votación el segundo lugar lo ocupa el exministro Pedro Pablo Kuczynski.
Pese a que ha defendido el respeto a los derechos humanos, algunos sectores consideran que no ha hecho lo suficiente como para ser redimida de la herencia de su padre.
"Es muy difícil limpiar la imagen", señala el peruano Carlos Manuel Indacochea, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad George Washington (EE.UU.), quien cuestiona que la candidata tenga los méritos suficientes como para ser presidenta.
"Siempre que se hace el tránsito moral se llama errores a los crímenes. Pero no fue un error, el fujimorismo no cometió errores; las maletas de dinero que envió Fujimori a Japón con su cuñado el embajador no fueron un error", enfatiza.
"Para mucha gente no fujimorista parecen meras palabras, más teatro que mera realidad", explica a BBC Mundo Peter Levitsky, profesor de Gobierno de la Universidad de Harvard, quien invitó el pasado septiembre a Keiko Fujimori a dar una conferencia abierta a preguntas de los alumnos.
"Es muy fácil decir cosas, pero para que la gente te crea tienes que sufrir, que pagar un coste, tendría que pelearse con su padre, tendría que soportar una salida de algunos históricos del partido, eso no ha ocurrido, entonces mucha gente no le cree", agrega.
Levitsky señala que las acusaciones de corrupción, de violación de derechos humanos y de apoyo a un "régimen autoritario", no son contra ella, sino contra su partido pero Keiko"jamas ha roto con el partido".
El presidente del centro de análisis político Diálogo Interamericano, Michael Shifter, experto en Perú, señala que Keiko Fujimori es una figura "con cierta habilidad política, que ha estado en el congreso y ha generado su base de apoyo, pero tiene su límite".
Si bien como candidata pueda tener un discurso más abierto, Shifter considera quehay que prestar atención a quienes la rodean.
"Mucha gente de su equipo lo era del equipo de su padre, así que eso genera ciertas resistencias en muchos sectores de la sociedad que tiene malos recuerdos de los años de su padre en los que hubo violaciones de derechos humanos, mucha corrupción y un ambiente muy polarizado"
"No es muy carismática pero es disciplinada, trabaja, aprende y es una buena política", agrega el experto. Sin embargo, habla de "incertidumbre total sobre los resultados".
De momento el candidato que sigue en las encuestas a Fujimori es Pedro Pablo Kuczynski, considerado de la élite limeña y al que le es difícil llegar a los sectores populares.
También pueden pujar Alfredo Barnechea, que tiene el mismo problema además de pocos recursos para la campaña y Verónika Mendoza, quien ha repuntado en las últimas semanas, aunque ha sido criticada por su simpatía al gobierno de Venezuela.
En estas elecciones también concurren los expresidentes Alejandro Toledo (2001–2006) y Alan García (1985-1990, 2006-2011) pero con apenas posibilidad de un nuevo mandato, según las encuestas.
Indulto a su padre
Uno de los temas que más suspicacias levanta entre el electorado es la posibilidad de que le conceda el indulto a su padre.
La candidata ha dicho que va a dejarlo en manos del Poder Judicial. "El problema es que nadie en Perú cree que el poder judicial es independiente", apunta Levitsky, quien señala que se vería sometida a muchas presiones.
"No olvidemos que el indulto a su padre es prácticamente la razón de ser del fujimorismo, por eso surgió a mediados de los 2000, entonces no hacerlo sería una traición para los miembros del fujimorismo, pero si lo hace va a pagar un costo enorme", consideró.
El pasado martes coincidiendo con el aniversario del autogolpe de Estado que dio su padre el 5 de abril de 1992 decenas de miles de personas marcharon en más de veinte ciudades de Perú contra su candidatura convocada por la plataforma "Keiko no va".
Representantes de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos indicaron a la agencia Efe que unas 50.000 personas participaron en las marchas que llevaron a Keiko Fujimori a suspender los actos de campaña.
La candidata firmó un documento en el que se compromete a luchar contra la corrupción, respetar los derechos humanos y la libertad de prensa, y no utilizar el poder político para beneficiar a ningún familiar.
"Sé mirar a la historia de mi país. Sé qué capítulos se deben repetir y sé muy claro cuáles no".
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