Libertad!

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jueves, 13 de noviembre de 2008

VÁlvaro Benavides La Grecca // El renacimiento del siglo XXI

Nuestro voto es el antídoto contra el autoritarismo

Un buen amigo sostiene que Venezuela ha vivido varios renacimientos. Estructura una narración que parte de nuestro siglo XVII, para argumentar que a lo largo de más de trescientos años los venezolanos hemos estampado cada vez más sólidamente en nuestros genes una vibrante noción de libertad que ha sido nuestra tabla de salvación. "Siempre hemos renacido a la libertad". "¿Qué clase de país somos?", ¿qué clase de país es este?", pregunta. Y responde: "Este es un país que ha guerreado en sus predios para construir su libertad y ha ido a guerrear a otros patios con el único afán de llevar la libertad a otras gentes".
Destaco la oportunidad de estas reflexiones en la coyuntura de esta década de atrasos, durante la cual ha habido desaliento y la esperanza se ha extraviado, debido, a la avalancha de agresiones que hemos recibido, al despojo ominoso de que hemos sido víctimas, y a lo abrumadora que ha sido la presencia grosera del personalismo. Esa relación testaruda que los venezolanos mantenemos con la libertad se cuela como el mercurio por todos los resquicios del cuerpo y de la mente. Esa porfía se ha vuelto a expresar en el fantástico logro de la unidad democrática, consolidada como está en prácticamente todo el territorio electoral. El espíritu libertario del venezolano sabe que esta unidad que hemos construido en torno a la figura de las candidaturas democráticas era necesaria. Por eso la hizo realidad.
Es la materialización de una unidad circunstancial y políticamente conveniente para luchar contra la unidad estructural como forma de vida y de pensamiento que se nos propone e impone a la brava desde la casa del muy poderoso, mas no todopoderoso, gobierno central. Quienes han escogido a la política como su forma de vida han hecho su trabajo. Se dice fácil, pero los políticos han dado la cara, han enfrentado al régimen, han protestado, han expresado la voz de millones. Con coraje. A riesgo de lo que a muchos ya le ha pasado.
Como a usted, amigo lector, y como a mí, el gen de la libertad también se ha infiltrado en los tuétanos de esos personajes que son nuestros políticos. Allí se encuentra el motor que los impulsa a luchar para impedir que el cáncer del autoritarismo mine la salud de esos genes. Su lucha más reciente ha sido esta unidad que nos lleva fortalecidos al 23N. Y siguen luchando. Nos corresponde ahora a los demás ir a votar. Nuestro voto es el antídoto contra el autoritarismo. En la Venezuela de después del renacimiento que nos viene, habrá espacio para la muy deseable diversidad electoral. Sin que haya el riesgo que hay hoy de perder nuestra democracia. El renacimiento del siglo XX venezolano fue en 1936. El renacimiento de nuestro siglo XXI comienza el 23 de noviembre, de la mano de cada elector que vaya a depositar en las urnas electorales su indestructible gen de libertad.
abenavideslagrecca@gmail.com

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