Estas elecciones son también entre totalitarismo y democracia
La mayoría de los gobernadores y alcaldes fracasaron. No pudieron mejorar la educación, la salud, la vialidad, la seguridad, etc. Tampoco fueron transparentes, ni lucharon por la descentralización y, muchísimo menos se levantaron por las libertades públicas.
También hubo algunos que sí dejaron mejoras al país, a quienes agradezco profundamente como venezolano. Sin embargo, todos ellos se van y los ciudadanos nos quedamos en un país minado por la pobreza y la violencia. Nos quedamos con el pasado pero podemos escoger es qué hacer con el futuro.
Este 23 de noviembre podemos elegir vivir mejor, es cierto que no cambiaremos Venezuela de la noche a la mañana pero, para hacerlo, necesitamos participar siempre y por el tiempo que sea necesario. Si queremos democracia debemos ejercerla, el poder se pierde por abuso y por desuso. La campaña fue muy negativa, extenuante en frases tontas e insultos a la inteligencia. Muchos de los candidatos chavistas son grises y sin liderazgo propio. La oposición no se renovó del todo y en muchos sitios apenas pudo "vestir a la moderna vestigios del pasado". Además, el CNE permitió el atropello publicitario del gobierno, a través de nuestros propios medios públicos. No obstante lo anterior, vale la pena votar principalmente por dos razones.
La primera, porque algunos candidatos son excelentes y hay que apoyarlos con fuerza para poder renovar la política venezolana y para que mejoren la calidad de vida en nuestro país.
La segunda, porque estas elecciones son también entre totalitarismo y democracia. Si perdemos aquí, vendrá una nueva enmienda constitucional con la reelección indefinida, la concentración de poder y el militarismo.
Finalmente, quiero recordar que la abstención se concentra principalmente en la clase media. ¿Será que muchos están cómodos y prefieren criticar? Me niego a sumar un slogan de afiche a este artículo, para rogar que cumplan con su deber de venezolanos. Sólo les pido que elijan no ser esclavos.
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