Libertad!

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domingo, 19 de diciembre de 2010

¿Puede subir Chávez?

¿Puede subir Chávez?

Chávez está jugando en el cuadrante donde supera a su adversario
LUIS VICENTE LEÓN | EL UNIVERSAL
domingo 19 de diciembre de 2010 12:00 AM

Los resultados de septiembre pasado no fueron halagadores para el Presidente. Reflejaron una pérdida severa en su conexión popular y mostraron su vulnerabilidad electoral, amenazando su modelo de democracia procedimental, esa en la que lo único importante es ser legitimado por los votos para luego colonizar el resto de los valores esenciales de la democracia, como la división de poderes, el derecho de las minorías, la libertad de expresión o la alternancia en el poder.

La respuesta presidencial a esta situación se divide en dos partes. La primera: rescatar la conexión pérdida para sostener el Status Quo que le da un manto de legitimidad electoral. La segunda se orienta a radicalizarse para profundizar el control político e institucional el país, buscando prepararse ante una posible eventualidad en la que su fuerza extraelectoral resulte más importante que los votos para sostenerlo en el poder.

Sabíamos que una derrota numérica el 26S haría que el Presidente se radicalizara. No podía mostrar debilidad. Necesitaba mandar mensajes claros a sus dos públicos objetivos: a la masa: ¿quién manda aquí... con votos o sin ellos?; a sus adversarios: ¿qué soy capaz de hacer para impedir que lleves tus mensajes al pueblo y qué hilos puedo mover para destruirte?

Frente a la radicalización de su discurso y acción, las amenazas contra empresarios y adversarios y la producción apresurada de nuevas leyes que restringen la libertad de expresión, minimizan el poder de la AN y asfixian a los gobernadores y alcaldes, lo único sorprendente... es que se sorprendan.

La pregunta clave es si estas acciones afectarán su popularidad, toda vez que violentan la decisión del pueblo en los últimos eventos electorales.

Mi opinión es que en el largo plazo, las consecuencias negativas de estas acciones podrían afectarlo, pero es sólo una hipótesis. Lo real en el presente es que su trabajo político para "justificarlas" parece rendir frutos. Sus argumentos (evidentemente populistas) son emocionalmente duros: hay que expropiar (como castigo) a los explotadores que no entregan los apartamentos al pueblo y les cobran sobreprecio o ¿quién es el monstruo que rechaza que los damnificados por las lluvias se queden "momentáneamente" en las habitaciones de los hoteles de la zona afectada?

Por ahora, a la mayoría de la gente no parece importarle el fondo. ¿Quién más que un puñado, incluyéndolo a usted, se pregunta por qué no hay viviendas suficientes en Venezuela y quién es el responsable? ¿Por qué la infraestructura colapsa cada año sin que la respuesta sea algo más que discursos, promesas y olvido? ¿Qué capacidad tiene el Estado para producir viviendas y no paja? ¿Qué hacen los propietarios de esos hoteles, obligados por el Gobierno a cumplir la función social que el Estado no provee? O ¿qué pasará cuando los damnificados se queden en esas propiedades "per secula seculorum" y el Gobierno desaparezca de la escena para atender otra emergencia?

Por extraño que parezca, incluso en los casos en que la esencia de la acción (como una expropiación) es rechazada por la mayoría, las justificaciones emocionales, algunas basadas en mentiras y otras en medias verdades, pueden funcionar. Chávez está jugando en el cuadrante donde supera a su adversario: emocionalidad y manipulación.

Entonces, ¿puede subir su popularidad? Sí. ¿Puede sostenerlo en el tiempo? Depende de dos cosas: 1) ¿cuánto es "ese" tiempo?, y 2) ¿cuán eficientes son sus adversarios para llevar el debate público al plano de los problemas reales o a la creación de una nueva emocionalidad, en la que opositores puedan tener protagonismo? Amanecerá y veremos.

PD: expreso mis condolencias y enorme pesar por la partida de nuestro compañero de página, Manuel Caballero. Que en paz descanse.

luisvicenteleon@gmail.com
@luisvicenteleon

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