Libertad!

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domingo, 26 de octubre de 2008

LA CRISIS FINANCIERA, EL DISCURSO DE SARKOZY Y LAS MANIPULACIONES DE CHAVEZ

“La crisis financiera que vivimos hoy no es la crisis del capitalismo.

Es la crisis de un sistema que se ha alejado de los valores más

fundamentales del capitalismo, que ha traicionado al espíritu del

capitalismo. El anticapitalismo no ofrece ninguna solución a la crisis

actual. Retomar al colectivismo que tantos desastres provocó en el

pasado sería un error histórico”

Nicolás Sarkozy (25-9-2008)

En días pasados el presidente de Venezuela elogió un discurso pronunciado por su colega Nicolas Sarkozy acerca de la crisis financiera mundial.

Se congratulaba Chávez de que el francés, supuestamente, hubiera seguido el consejo que le dio en uno de sus encuentros. Tal consejo iría, como era de esperarse, por los caminos del anticapitalismo y contendría el anuncio de que el sistema de mercado estaba terminándose.

Como es su costumbre, el presidente venezolano distorsiona o sesga todo lo que oye o lee en los resúmenes que le suministran sus ayudantes, arrimando, por supuesto, la brasa para su sardina; es decir, desnaturaliza o descontextualiza el pensamiento o las expresiones de otros, adecuándolas a sus intereses personales o políticos contingentes. La deformación a la que ha llegado con Bolívar y hasta con los mismos marxistas que cita, es tan asombrosa como proverbial.

Pero ¿qué dijo Sarkozy que lo hizo acreedor de las loas del capo de Miraflores?

Examinando el discurso en cuestión no encontramos nada de fondo que el presidente Chávez comparta con Sarkozy en sus interminables, repetidas y ya fastidiosas peroratas con las que nos martiriza a diario.

¿Qué toma Chávez del francés para sus manipulaciones retóricas, obviando la adhesión sin ambages de este último al sistema capitalista?

Simplemente, la crítica que hace de los excesos de las finanzas internacionales, la falta de una supervisión efectiva o la desregulación del sector, con lo cual, por cierto, la mayoría está de acuerdo.

Claro, Chávez utiliza tal crítica, no para buscar los correctivos al desmadre financiero, sino para atacar las bases del sistema y señalar, de paso, que debe ser cambiado por el inviable y anacrónico estatismo colectivista propio de los regímenes comunistas que él propugna. Así, no deja de citar -son sus palabras textuales- “al camarada Lenin”, quien señaló que el imperialismo es la fase superior del capitalismo, agregando, de su propia cosecha, que “el neoliberalismo es la fase ultrasuperior del imperialismo”.

Con ese discurso hace una suerte de triangulación, que toma unas ideas que pueden ser aceptadas por todos, pero en función de su propuesta político-ideológica equivocada.

No obstante, lo cierto es que Sarkozy, en su coherente discurso, conduce a una conclusión diametralmente opuesta. Al criticar las bases del sistema financiero en crisis, dice de forma muy clara:

“Pero este sistema –hay que decirlo porque es la verdad- no es la economía de mercado, no es el capitalismo. La economía de mercado es el mercado regulado, el mercado al servicio del desarrollo, al servicio de la sociedad, al servicio de todos. No es la ley de la jungla, no son beneficios exorbitantes para unos y sacrificios para todos los demás. La economía de mercado es la competencia que reduce los precios, que elimina las rentas y que beneficia a todos los consumidores. El capitalismo no es el corto plazo, es el largo plazo, la acumulación de capital, el crecimiento a largo plazo. El capitalismo no es la primacía del especulador. Es la primacía del emprendedor, la recompensa del trabajo, del esfuerzo, de la iniciativa. El capitalismo no es la disolución de la propiedad, la irresponsabilidad generalizada. El capitalismo es la propiedad privada, la responsabilidad individual, el compromiso personal, es una ética, una moral, instituciones. De hecho, el capitalismo ha posibilitado el extraordinario auge de la civilización occidental desde hace siete siglos. La crisis actual debe incitarnos a refundar el capitalismo en una ética del esfuerzo y del trabajo, a encontrar de nuevo un equilibrio entre la libertad necesaria y la regla, entra la responsabilidad colectiva y la responsabilidad individual. Tenemos que alcanzar un nuevo equilibrio entre el Estado y el mercado, cuando en todo el mundo los poderes públicos se ven obligados a intervenir para salvar el sistema bancario del derrumbe.”

Si bien estas palabras pueden ser debatidas o matizadas desde el campo de las ideas económicas liberales, sin duda, hay allí un indudable apego a los postulados más caros del sistema de mercado, y ninguna aceptación de las disparatadas y trasnochadas ideas que propaga el presidente venezolano.

Es entonces, más que evidente, que Sarkozy abiertamente rechaza el desastroso colectivismo y su perspectiva no es la del anticapitalismo.

Los venezolanos deberíamos estar más atentos de las perversiones manipuladoras en los discursos del presidente, y no caer en las trampas que a más de un desprevenido pueden descaminar.

EMILIO NOUEL V.

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