Libertad!

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miércoles, 18 de febrero de 2009

Antonio Cova Maduro // Un largo calvario

No hay peor comején que el ejercicio continuo y cansón del poder, sin control alguno
Por esos asombrosos juegos de la memoria (como la votación chavista: de altibajos continuos) ella me trae una anécdota que hoy quiero compartir con ustedes. Una pareja de amigos había logrado un jardín de revista en su preciosa casa del sureste caraqueño: sin paredes que la separaran de la calle, todo él con un verde césped de cubrecama, que hacía resaltar de maravillas el fenomenal árbol justo frente a su puerta.
Todo un deleite, pues. Un día llegamos de visita. Para nuestro asombro entristecido, el árbol, que parecía arrancado del mismísimo Edén, había desaparecido. Ni rastros. Y en su desconsuelo el vasto sembrado de grama lloraba su duelo. Tocamos y al abrir y ver nuestro amargo interrogante, la dueña bajó la cabeza. No, por favor, ni se imaginan, nos dijo entristecida. Un buen día, un leve ventarrón lo echó abajo. Al correr espantados, entendieron con mayor espanto aún, que no había sido el ventarrón sino la lenta, pero segura labor de los comejenes.
Ellos, cual disciplinado ejército, lo habían minado, mientras el hermoso verdor de su exterior ni se afectaba. Así como el verdor engañoso de aquel árbol, ha quedado buena parte del país este domingo 15F. Pero no verde, sino rojo, rojito y con aire de fiesta por el triunfo del equipo. Pedir a los alegres celebrantes que hurguen por cepas escondidas de afanosos comejenes sería rechazado con un "Cállense, y déjennos celebrar, ¡que no saben perder!". De poco vale insistir en lo que la historia concluye machacona: que no hay peor comején que el ejercicio continuo y cansón del poder, sin control alguno. Igual de inútil puede lucir hoy pedir a quienes esperaban triunfar que ni se amarguen ni desesperen.
O peor, pedirles que por nada del mundo abandonen, que una lucha no se abandona porque aún quede un trecho importante por recorrer, sobre todo cuando se está seguro de que por donde se transita es el camino correcto. Más importante: que es el que conduce al objetivo soñado. ¿Y cómo no verlo así, y sentir la obligación de gritarlo a todos? Sin recursos, extenuados, descontentos y a regañadientes fueron forzados a concurrir a un certamen electoral extemporáneo y hasta burlón. Agarraron sus bártulos, abandonaron por un rato obligaciones y tareas y concurrieron de nuevo a la lucha. Como los griegos de la Antigüedad ante cada nuevo ataque de los belicosos persas. Exhaustos pero presentes, animosos y con ganas.
Y una vez más mostraron su tesoro más precioso: la gente. A un nuevo llamado ella acudió presta, para ser testigo -y muro de contención- de la más obscena utilización de los recursos públicos que Venezuela desesperadamente necesitará en la ruina venidera; de la más abyecta muestra de servilismo de magistrados, diputados y consejeros electorales y la más vasta humillación a funcionarios que nuestra historia recuerde. Y como siempre, crecieron una vez más.
Si descartáremos los resultados electorales del pasado noviembre, (por la dificultad de agrupar numéricamente las distintas opciones triunfadoras de gobernadores y alcaldes) la llamada oposición venezolana, que yo prefiero nombrar el Bloque democrático- logra, desde el 2007, más de 500 mil votantes adicionales.
Nunca, desde los ya lejanos días del infausto Referéndum del 15-08-2004, ese Bloque ha dejado de crecer consistentemente; ni se ha visto plagado de los continuos altibajos del chavismo, que todavía quedó 1.300.000 votos por debajo de su cima histórica del 12/06. Permítanme que en este análisis me niegue a utilizar porcentajes. Estoy muy claro de que, en esta batalla, lo que cuenta es votante ganado... o votante perdido. Y que insista en que también hay recompensas, cónchole. Como que el triunfo en Táchira vaticina que nunca más volverá el chavismo a amargar sus días. Y Mérida sigue veloz su ejemplo.
Que Miranda, estado emblema por muchas razones, ratifica que desalojó al chavismo y que en ese logro un puesto singular merecen el municipio Sucre y la ciudad de Los Teques, pendientes del ejemplo de Baruta y los Altos Mirandinos. Y avisos también recibimos, como el crecimiento del chavismo en Zulia y el casi empate en Margarita. Nos dan razones suficientes para un trabajo intenso como el que realizan mormones y testigos de Jehová, porque no podemos conformarnos con mantener fuerzas parejas, como en Falcón.
Finalmente, que nunca se puede olvidar que para un mundo cristiano, no importa cuan largo sea el Calvario: a un Viernes de Crucifixión como el de este 15F, siempre sigue un glorioso Domingo de resurrección. Pa'lante pues. antave38@yahoo.com

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