El tener una fuerza significativa en el Parlamento le eleva la dificultad al régimen
A amarrarse el cinturón!, bien sea el de seguridad (cosa que es lo que menos tenemos garantizada) o el de los pantalones y las faldas ya que la crisis se hace sentir (todo en el plano económico pinta difícil) o por emular a la versión de las comiquitas del Simbad de las Mil y una noches ¿se acuerdan?, aquel personaje que se apretaba el cinturón mágico y se transformaba en un héroe capaz de enfrentar monstruos y villanos.
"Por eso te escribo esta carta", dirían algunos. Por lo uno y por lo otro. Definitivamente no estamos en un jardín de rosas y no vamos a hablar de buenos y malos como lo hacen los niños en sus juegos porque eso sería reducir a un análisis muy simple de la realidad, pero sí hay en el ambiente un tufo a poder mezclado con formas "poco santas" de vida en donde "vale todo".
Corrupción pues. Abuso. Opresión. Discriminación. Imposición. Y me detengo allí porque esa palabra es clave en este año. Se quiere "imponer" a trocha y mocha un esquema ya no de gobierno, sino de vida distinto al sentir de las mayorías. Porque mientras Chávez dice "socialismo" a la vieja usanza soviética o a la nueva pero igualmente vetusta cubana, la gente suaviza aquello creyendo que se refiere a más programas "sociales" y bueno& ¿quién va a rechazar esa idea?, pero cuando los encuestadores indagan un poco más y preguntan si quisieran un modelo "corte y costura" del "mar de la felicidad", si hubiera una opción que dijera ¡la picia!, seguro que la escogerían, en negritas y subrayada.
En otras oportunidades se ha dicho "este año es definitivo, aquí se juega el futuro" y como esta historia ha sido larga y por capítulos no admite tal análisis porque como todo "proceso" está en continuo movimiento. Ha habido retrocesos y avances para las fuerzas democráticas que mal o bien, con sus aciertos y con sus errores continúan haciendo resistencia al avance de la autocracia. Sin embargo, este año luce más que importante porque el tener una fuerza significativa en el Parlamento (ojalá pueda ser una mayoría) le eleva la dificultad al régimen de continuar cambiando el andamiaje legal para imponer su versión anacrónica del socialismo. De allí el acelerón que vimos el año pasado con la aprobación expedita de mucho de lo que fue rechazado en la reforma constitucional.
Otro capítulo aparte de este año es todo lo referente a la crisis de la electricidad y del agua. Después de once años, imposible culpar al "gobierno anterior". Se nos viene un esquema de racionamiento que, sin duda alguna, traerá sus consecuencias en nuestro estilo de vida.
Y, finalmente, el tema económico. Con una producción privada aterrorizada y mermada y con un gobierno gastando "como loco" pero sólo en función electoral. ¡Que el destino nos alcance! Ya lo dijimos al principio: ¡a amarrarse el cinturón!
mariaisabelparraga@gmail.com
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