La agenda democrática
El bloque parlamentario democrático no pueden caer en trampas cazabobos
SOLEDAD MORILLO BELLOSO | EL UNIVERSAL
miércoles 12 de enero de 2011 12:00 AM
Quiero ahorrar a los lectores de estas líneas la descripción de lo que ha ocurrido en estos primeros días del año. Doy por sen- tado que los medios escritos y audiovisuales han hecho adecuadamente su trabajo (informar) y los ciudadanos también han hecho lo que les corresponde (informarse). Al fin y al cabo vivimos en la era de la información. Así que, más bien, ocuparé este espacio intentando hacer un análisis medianamente sensato de la situación.
Que la noche antes de la instalación del nuevo Parlamento el arcángel Hugo, más conocido como "micomandantepresidente", haya echado para atrás el bodrio ese (la ley de universidades) aprobado por la antigua Asamblea Nacional, me despierta todo tipo de sospechas. Por supuesto, la protesta de toda la comunidad universitaria (todos a una como Fuenteovejuna) se tradujo en una presión que para cualquier gobierno es un hueso muy duro de roer. Pero el asunto escaló a proporciones bíblicas cuando comenzó a ser comentado y fuertemente criticado allende las fronteras. Estos temas tienen una dinámica muy sui generis. Cuando de jóvenes se trata, cuando de educación se debate, las probabilidades que el agresor (en este caso el régimen) triunfe sobre los "débiles" (en este caso los muchachos y los profesores) son inversamente proporcionales al poder que pretenda exhibir el atacante. Durante todos estos años, el Presidente ha creído irrelevante el no contar con el apoyo de la juventud. Craso error. Error que se paga caro. Ahora ya no se trata de perder una y otra vez las elecciones en las universidades nacionales autónomas. Ahora perdió públicamente. ¿Cómo permitió que le llevaran hasta el punto de tener que hacer el ridículo y ser él mismo quien recogiera los vidrios rotos? Eso es cuanto menos insólito y revela que sus asesores más cercanos, quienes han debido prever el estruendoso fracaso, ni se voltearon a mirar y mandaron el tema para el archivo de "lo poco importante". Total, el Presidente hace un papelón de marca mayor y el país comprueba que, sin tener que lanzar ni una piedrita, estudiantes y profesores llevaron al Gobierno a un callejón sin salida. Toda una lección de política. Imagino que esto le costará al ministro de Educación Superior el puesto.
Para complementar la ya muy dolorosa metedura de pata, el Presidente esa misma noche anuncia que no habrá aumento del IVA "ni en este año ni en el 2012". Tampoco impuesto a las transacciones bancarias. Dio pena ajena viéndolo gaguear para no lucir como advenedizo en entierro ajeno. Recurrió entonces a lo usual en él: la contadera de chistes y la reláfica autobiográfica a la que es tan afecto. Eso sí, esta vez no cantó. La cosa no estaba para guarachas.
Sin novedad en el frente
Total, el 5 de enero, sin novedad en el frente (o debería decir "los frentes") ni zafarranchos de combate ni entre los partidarios ni los diputados, se instaló la nueva Asamblea Nacional. Escuchar al recién bautizado presidente de la cámara confirmó mi sospecha: al hombre, ñángara irredento, lo pusieron ahí para llamar la atención. Para ninguna otra cosa. Es en rigor lo que se llama un trapo rojo, como esos señuelos para desviar los misiles que han sido disparados. El silencio de Aristóbulo fue más que elocuente. Será él quien realmente maneje los asuntos de la presidencia parlamentaria. Blanca Eekhout será la "lleva y trae", nada más. Muy sentadito casi en las últimas filas estaba el inefable Diosdado. A él y a su bancada privada de diputados le tiene pánico Aristóbulo. Angustió un poco lo que a mi manera de ver es una metáfora: la caída de la Constitución en plena juramentación. Sí, la Constitución está en el piso y ha sido impunemente pisoteada. Tan pisoteada está que el nuevo presidente de la cámara decide redefinir las competencias del Parlamento. A según él, el Poder Legislativo nacional no hará lo que marca la Carta Magna sino una suerte de pichaque extraño, de oficina de discusión ideológica. De legislar, nada. Es decir, en el patio de la legislatura democrática se debatirá sobre el sexo de los ángeles, la metamorfosis de las ranas, la fotosíntesis de las plantas del Palacio de Miraflores y demás temas cruciales para el desarrollo del país.
Llegó el correo
Luego de algunos discursitos previsibles de los diputados que tomaron la palabra -con no pocos errores gramaticales- y de un larguísimo palabreo del diputado Soto Rojas que hizo que más de uno en la sala se obsequiara un pestañazo, cae una sorpresita. Sí, el secretario anuncia que ha llegado correspondencia del Tribunal Supremo de Justicia. La mayoría pone cara de conejo alumbrado en noche. Otros no pudieron o no quisieron disimular que sabían bien de qué se trataba la cartica de misia Luisa Estella.
Esa carta, desgraciada
Resulta que en su esquela la presi del TSJ dice poco más o menos que le pide a la AN que active un proceso para retirar la inmunidad parlamentaria a los diputados Hernán Claret Alemán, Biaggio Pilieri y José Sánchez Montiel. Pero, bueno, ¿en qué quedamos? ¿La tienen o no? Porque si la tienen no se les puede haber impedido acudir a la juramentación, como de hecho ocurrió. Dicen los "facurtos" en Derecho que "a confesión de parte, relevo de prueba". ¿Se le puede allanar la inmunidad a un diputado que no ha sido juramentado? Porque recordemos que el TSJ había determinado que cuando la Constitución establece que la inmunidad parlamentaria comienza a partir de la "proclamación", el Constituyente quiso decir juramentación. Ahora, misia Luisa Estella da un giro, como si lo que dijo el TSJ no fue lo que debió decir. De nuevo, los "facurtos" en Derecho dirán que nadie puede argumentar su propia torpeza. Una cosa sí tiene este Gobierno: llegó tarde a la repartición de coherencia. Es de comiquita.
Recibida la carta y nombrada una comisión para estudiar el asunto, termina la sesión. El jefe de la fracción parlamentaria de Primero Justicia, el diputado Juan Carlos Caldera (representante de los "ricos de Petare"), explicó que los diputados electos Alemán, Pilieri y Sánchez Montiel están "inconstitucionalmente detenidos" y denunció que el presidente de la Asamblea Nacional violó el reglamento al darle cabida al oficio enviado por el TSJ. Y agregó, "... El punto de hoy era la designación de la junta directiva y no cabe espacio para ningún otro punto". En pocas palabras, Soto Rojas violó el reglamento al meter ese punto sobre la cartica.
Hugo el de siempre
El estilo angelito serenado de la noche anterior desapareció tan pronto "micomandantepresidente" arribó a la tarima del templete montado en la Plaza O'Leary. Como Dr. Jeckyl y Mr. Hyde, Chávez volvió a ser el de siempre. A leco herido habló de triturar a los diputados de la oposición e increpó a la gente que allí quedaba con esta perla: "Ustedes dirán si quieren a Chávez o que vuelva la derecha al país". De nuevo, confesión. Aceptación pública de la realidad: el mismo Chávez sabe que puede perder las elecciones.
Lo que viene
El régimen, este ejército de ocupación que sufrimos, quiere desviar el asunto hacia un debate ideológico para que así no se hable de lo que se tiene que hablar, es decir, del fracaso estrepitoso de la gestión pública, de la corrupción que se ha instalado cómodamente en las instancias del poder rojo rojito, de las carencias de un pueblo que tiene legítimo y constitucional derecho a no ser manipulado, abusado y consistentemente olvidado.
El bloque parlamentario democrático y todo ese inmenso y variopinto grupo que compone la Unidad Democrática no pueden caer en trampas cazabobos. La agenda no la puede imponer un régimen que ha perdido el favor popular. La agenda es de los ciudadanos, por los ciudadanos y para los ciudadanos. La agenda es la gestión, las políticas públicas, las leyes que garanticen el bienestar de los venezolanos, la lucha contra la corrupción. La agenda es la Constitución, no lo que ocurrió hace un montón de años en El Bachiller.
smorillobelloso@gmail.com
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