Dando por buena la afirmación del general (r) Cliver Alcalá de que el ministro de la defensa Padrino López es un hombre honesto, resulta tanto más incomprensible su conducta -digamos que tolerante para no emplear la palabra exacta- ante tantos militares corruptos que ocupan ministerios y cargos de alto nivel donde se manejan contratos y negocios, compartiendo la consigna que tienen el mismo derecho de robar que los funcionarios civiles aunque ello los haga más dependientes del régimen que agoniza. ¿Por qué un militar honesto permite además que las fuerzas armadas se apelliden violando la Constitución en este y en otros innumerables casos para ponerlas al servicio indigno del gobierno plagado de acusaciones de corrupción y narcotráfico y del partido político que lo sustenta? La explicación de esta conducta corresponde al ministro, cuyo silencio precisamente da pábulo a todo tipo de interpretaciones. Se ha dicho que traga grueso para continuar allí como contención de peores abusos, pero esa no es explicación satisfactoria porque la consecuencia ha sido la caída en picada de la reputación de las fuerzas armadas como un todo, a las que ya nadie teme, ni quiere ni respeta. Que vean las encuestas. Una tragedia.
Una máxima aprendida de políticos veteranos dice que
militar retirado, político que renuncia y cura sin sotana son tres
eminentes bolsas.
Militares que cuando activos (como Clíver Alcalá y Rodríguez Torres) fueron agentes principales, cómplices y cooperadores de tropelías sin fin, ahora en el retiro se convierten en denunciantes de lo que antes ejecutaron o callaron,
quizás pretendiendo liderar desde afuera el partido militar y una
eventual transición. Ni pendejos que fueran los activos para calarse que
los utilicen los retirados sin tropas ni poder de intimidación.No los incluyo por ahora en el creciente bojo de buchones tornados en delatores en el odiado imperio, como Isea y García Plaza, a cambio de impunidad y legitimación de parte de lo que se robaron. El tiempo dirá si son honestos o lo contrario. Dejo aparte el caso del pobre Diosdado. Expulsado del paraíso en vida del mismísimo comandante eterno, fue preterido de la sucesión en la patética cadena comunicacional del 8/12/2012 en la que Chávez pidió desde su corazón respaldar a Maduro como heredero. ¿Por qué descartó ingratamente a Cabello? No fue por desleal. Al contrario.
Desde el golpe del 4F fue de los más devotos. Luego, cuando el golpe de abril de 2012, hallándose en ejercicio de la vicepresidencia, se ocultó estratégicamente en la torre de control del aeropuerto de Maiquetía hasta que regresó Chávez en la madrugada del 13 de abril, cuando reapareció abrazando gozoso al repuesto presidente. Ocupó importantes y lucrativos ministerios en vida de Chávez y colocó fichas suyas civiles y militares en organismos donde se manejó y maneja dinero, divisas, poder y presiones de todo tipo (todavía los controla) pero se afirma que jamás le perdonó haber sido derrotado por Capriles en Miranda y que le hacía repetir una y otra vez en humillante letanía: “soy una c…..; soy una c…..”. Posteriormente fue enviado a los bleachers en la AN en la que se mantuvo al acecho, hasta lograr la presidencia que ejerció despóticamente desde el 5/1/2012 al 5/1/2016 de la que lo sacó el triunfo opositor en las elecciones del 6D de 2015.
Hoy es la ficha más abominada del país y en el propio chavismo. Diputado que no asiste a la AN y con razón porque se notarían más sus carencias parlamentarias muy por debajo del promedio de su propia bancada, ha visto reducido su poder dentro del puso, el gobierno y las fuerzas armadas.
Ahora ejerce el desairado papel de conductor del programa “Con el mazo dando” en la tv oficial (delito continuado de peculado de uso), copia empeorada de La Hojilla de su acusador Mario Silva. Desde ahí calumnia, difama e intriga sin derecho a defensa de sus víctimas, al tiempo que utiliza sus chantajes en la percudida judicatura para reducir a silencio a los medios que reproducen las acusaciones que en su contra cunden en medios internacionales.
Aunque se sabe que es uno de los tetrarcas que ejerce el poder, recientemente quiso ser Ministro de Defensa pero la reacción de los militares frustró su aspiración. Por eso Padrino lo compensa tolerando que vayan a su programa unos cuantos militares a ser condecorados con la cachiporra plástica que es insignia del programa, para que simule contar con poder militar.
Por: Henry Ramos Allup.