El Arte de la Provocación
Para mí todo esto, sin duda, no es más que el arte de la provocación. Algunos son maestros en ese arte. Les sale natural, son caraduras. Un cinismo que bordea lo sobrehumano, lo absurdo. Perfecta cara de póquer. No es para menos, se les va la vida en esto; han llegado al punto de no-retorno, no les queda más remedio que seguir avanzando llevándose por delante lo que sea y a cualquier precio, el “como sea” del que hace poco hablaba el Presidente Nicolás Maduro. Y siguen, con cara dura, sin ningún tipo de escrúpulo. ¿Cómo lo van a tener?, si muchos de ellos saben que salir del poder significa marcharse del país para no ir a parar a una cárcel por todos los delitos y desmanes cometidos.
Propaganda y agitación, dos armas de una misma lucha que manejan, magistralmente. Dos técnicas bien manejadas, de las cuales Plejanov decía: “un propagandista presenta muchas ideas a una o algunas personas; un agitador presenta sólo una o algunas ideas, pero las presenta a una masa de gente.” En esas técnicas Chávez Frías demostró ser un maestro; en las concentraciones y en los discursos, en inauguraciones, actos y cuarteles era agitador; en ¡Alo Presidente!, era propagandista.
Pero esta conducta no debe extrañarnos; esas palabras que te sonrojan de la rabia de solo oírlas, esos dicterios, tienen un doble papel. Van dirigidas, como dardos, contra la oposición, a ver si esta cae en la provocación y responde; pero también van dirigidas a su propia gente, que sufrió una tremenda derrota y frustración en las pasadas elecciones legislativas y acaban de ser testigos de una exitosísima recolección de firmas protagonizada de forma casi espontanea por varios millones de venezolanos que deseamos que se inicie el proceso de revocatoria del mandato del Presidente-legado, el que dejó el comandante eterno.
Sus seguidores necesitan un mensaje que focalice en otros su propia derrota y minimice las victorias y éxitos de la oposición democrática. Saben que lo que dicen sus líderes no es cierto, porque ellos lo vieron y lo vivieron. Pero a muchos no les importa que les mientan, se refugian en la mentira y se frustran y la gente frustrada parece disfrutar siendo embaucada y necesita odiar, porque el odio cuando se comparte con los demás, es uno de los sentimientos que más une y uno de los mejores disolventes de la depresión. Pero hay otros muchos, seguidores también del actual Gobierno y más numerosos que estos frustrados, que ya se cansaron del juego y que quieren resultados, quieren ver más allá de las promesas demagógicas y eso preocupa notablemente a los neo amos del valle. La desesperación comienza a notarse y la desesperación en política es mala consejera.
Paralelo a esta táctica, va otra, de la que ya hemos hablado. La atemorización, que se sobrepone a esta de la provocación y muchas veces se presentan juntas.
Provocación-atemorización son las amenazas y agresiones constantes a los diputados opositores en los alrededores de la Asamblea Nacional. Provocación-atemorización es la rueda de prensa de la Presidenta Lucena, con la amenaza implícita de manejar los lapsos y requisitos del referendo revocatorio a discreción. Provocación-atemorización son las palabras del Vicepresidente Isturiz señalando que “A Maduro no lo van a sacar ni con referéndum ni con nada”. Provocación-atemorización es Jorge Rodriguez señalando que “Es absolutamente imposible que haya un referendo este año”…y que… “la oposición recogió por lo menos un millón menos de firmas que las anunciadas”, como si dos millones no fueran suficientes. Provocación-atemorización es el Diputado Cabello amenazando a los empleados públicos con despedir a los que firmen la solicitud del revocatorio y afirmando que “…los parlamentarios oficialistas interpondrán una demanda ante el Ministerio Público a diputados opositores por traición a la Patria”. Provocación-atemorización es que el Presidente de la República nombre una comisión gubernamental para examinar “una a una” las firmas entregadas por la oposición al CNE, recordando el infausto episodio de la Lista Tascón.
Provocación-atemorización es que el Gobierno, a través de sus acólitos del TSJ y el CNE le digan al país que la Constitución es una especie de plastilina, moldeable a su capricho e intereses; que pueden ser cambiadas y declaradas inconstitucionales cualquier ley que al Gobierno se le antoje, desde la del BCV, pasando por el Reglamento de Debates de la Asamblea, o la ley de Amnistía o decretando que la Asamblea Nacional no tiene determinadas facultades, que de suyo le pertenecen.
Provocación-atemorización fue el intento de golpiza a Jesús “Chuo” Torrealba, solo que no contaron con que el dirigente ni correría ni pondría la otra mejilla. Provocación-atemorización fue la agresión a Maria Corina en su visita al Hospital de la Universidad de Los Andes, pero no contaron con la respuesta “efectiva” de varias mujeres que dijeron que donde las dan las toman. Y así pudiéramos seguir, por páginas y páginas ilustrando ejemplos, pero creo que ya es suficiente para demostrar el punto.
El pueblo se canso del mismo discurso, de las mismas amenazas, de los mismos insultos, de que lo menosprecien. Cuando un pueblo está decidido a producir cambios, nada lo detiene, está dispuesto a emprender cualquier actividad que transforme su tragedia en éxito, a dejar atrás un pasado y un presente de oprobio para construir el futuro que anhela. Esa actividad empezó el 27 de abril con el protagonismo de varios millones de compatriotas que salimos a firmar de manera espontanea en la gesta más importante de este momento: el referendo revocatorio, una iniciativa exitosa.
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