Defraudado por no conseguir el "gobierno de cambio" que lleva cuatro meses buscando, el líder del PSOE lo ha asumido y se muestra ahora seguro y decidido ante las nuevas elecciones de junio.
- ¿La repetición de las elecciones supone el fracaso de los líderes políticos?
- Es evidente que es un fracaso colectivo. Pero también lo es que ha habido dos políticos que hemos hecho lo posible por que esta legislatura no fracasara y hubiera un gobierno de cambio. Es estéril entrar en la ruleta de los reproches. Lo importante es que los españoles sepan qué ofrecemos para los próximos cuatro años y no entrar en lo que ha ocurrido durante estos cuatro meses. Los españoles tienen un veredicto claro. Somos cuatro candidatos que nos volvemos a presentar, pero que de cara a la opinión pública somos muy distintos. Lo que se va dilucidar el 26 de junio es si queremos que España avance o que España continúe bloqueada. El principal responsable de ese bloqueo es Mariano Rajoy.
- ¿Son los cuatro muy distintos a como eran en la campaña electoral del 20 de diciembre?
- Somos diferentes. Lo que la gente ha visto es a un candidato como Mariano Rajoy, que ha eludido sus responsabilidades y ha intentado parar el reloj de la democracia renunciando a su investidura con la excusa de una mentira: que yo ya tenía un pacto cerrado con Podemos con los ministerios repartidos. Rajoy defraudó a sus votantes y bloqueó cualquier tipo de solución. Rajoy ha metido a España en el congelador y lo que hay que hacer es sacarla.
- Dice que usted y Albert Rivera han hecho todo lo posible por que hubiera un Gobierno de cambio y que Rajoy es el principal responsable del bloqueo. ¿Y Pablo Iglesias?
- Iglesias no representa a los votantes de Podemos. Ellos querían cambiar a Rajoy para cambiar sus políticas, hacer frente a la desigualdad, a la precariedad y a la corrupción que protagoniza en primera persona el PP. Desgraciadamente, Iglesias ha bloqueado el cambio. Rajoy e Iglesias no entendieron el mensaje de los votantes, ni asumieron el resultado. Por eso hicieron todo lo posible por repetir las elecciones. En esta campaña voy a convocar a la España vital que tiene que unirse para hacer avanzar a nuestro país. La degradación de la política exige de un cambio profundo tanto en la forma de hacerla, como en los objetivos. Tenemos que dejar el y tú más y recuperar lo mejor de nuestra tradición: apelar a lo que nos une y no a lo que nos separa.
- ¿En algún momento vio cerca el gobierno del cambio?
- Sí. Lo vi muy cerca cuando llegamos al acuerdo con Ciudadanos. Entonces pusimos en pie un acuerdo para un gobierno transversal que superara las trincheras ideológicas porque ningún bloque ideológico ganó el 20 de diciembre. También lo vi cerca después del debate de investidura y antes de que triunfara el ala dura de Podemos. Entonces pensé que este partido iba a reconsiderar su posición. En Podemos hubo un debate después de la investidura y hasta su crisis, con la destitución fulminante de Sergio Pascual como secretario de Organización. Entonces triunfó el ala dura que representan Iglesias y Juan Carlos Monedero y se apartó a la más moderada de Íñigo Errejón.
- Podemos rechazó un pacto transversal con Ciudadanos, pero el PSOE también rechazó un pacto sólo de la izquierda.
- Ese pacto no era posible. Si hubiera habido un bloque ideológico mayoritario de derechas habría gobernado el PP. Y si hubiera habido un bloque de izquierdas yo hubiera sido presidente. Pero el problema es que la vía 161 que propuso Iglesias escondía algo muy contradictorio con el gobierno de izquierdas que decía defender. Exigía del apoyo de Democràcia i Llibertat, de Artur Mas, que aboga por la ruptura de España y que apoyó la amnistía fiscal y la reforma laboral del PP. Eso no era un gobierno progresista. La ciudadanía nos pidió trascender esas trincheras ideológicas y apostar por el cambio. Desgraciadamente, los vetos nominales pudieron al cambio. Por eso es importante hace avanzar a España o mantenerla en el bloqueo que supone que Rajoy siga siendo presidente del Gobierno.
- ¿No tenía las manos demasiado atadas por el Comité Federal a la hora de negociar?
- Nunca lo he sentido así. Yo nunca iba a aceptar ser presidente del Gobierno con los votos o la abstención de los independentistas. Siempre abogué por la suma de las tres fuerzas del cambio. Desgraciadamente, hubo una fuerza que no estuvo a la altura del mandato de sus electores. Iglesias puede vivir mejor con Rajoy como presidente que conmigo, pero sus votantes no.
- ¿Bajará la participación el 26-J?
- Espero que no. Los españoles acudirán a votar porque lo importante es que España tenga gobierno. Rajoy lleva años sin gobernar este país. Es una persona que considera que los problemas se resuelven dándoles la espalda. Y eso no ha ocurrido con el problema de Cataluña, ni con el desempleo, la bajada salarial... Tenemos que sacar a España del congelador y eso supone poner fin al Gobierno de Rajoy.
- ¿El pacto con Ciudadanos seguirá vigente en la campaña?
- El espíritu de lo que representa, sí. Es importante reivindicar el acuerdo. Sin diálogo no hay cambio. Nosotros hemos intentado tender la mano a derecha e izquierda. Lo sorprendente es que con un partido como Ciudadanos, con el que discrepamos profundamente en lo ideológico, hayamos sido capaces de llegar a un acuerdo y con una fuerza política más próxima como Podemos haya sido imposible.
- ¿Su adversario será Mariano Rajoy o Pablo Iglesias?
- Rajoy sin duda. Rajoy representa todo lo que se tiene que desterrar de la política española: la falta de acción contra la corrupción; la falta de acción ante los problemas de los ciudadanos, como el desempleo o la desigualdad... Representa la falta de rendición de cuentas. Tenemos que abrir una nueva etapa y eso exige que Rajoy deje de ser presidente.
- Podemos está negociando con IU una alianza electoral. ¿Cinco más uno es igual a seis?
- Nunca lo es. Nosotros hemos tenido experiencias de acuerdos con IU y no sumaron. Lo más importante es para qué sirven los votos, qué vas a hacer con los escaños. La ciudadanía que confió en Iglesias quiso contribuir a ese cambio y él lo bloqueó. Por tanto, ¿qué más da que vaya solo o con alguien? Votar a Iglesias es votar contra el PSOE, es perpetuar a Rajoy como presidente.
- ¿Podemos puede fagocitar IU?
- Eso lo tendrán que pensar los militantes de IU y su dirección. Lo único que yo he escuchado de Iglesias sobre IU han sido descalificaciones muy gruesas sobre la memoria y el trabajo de generaciones de militantes y votantes de IU en estos 36 años de democracia.
- Si el resultado del 26-J es similar al del año pasado, ¿el PSOE podría apoyar a un candidato del PP?
- Se habla mucho de la gran coalición, pero España no es Alemania, ni la democracia cristiana es el PP. Estoy convencido de que si Merkel hubiera tenido un tesorero como Bárcenas hubiese dimitido. El 26-J, los españoles estamos convocados a dos cosas: una, que Rajoy asuma la responsabilidad política que no ha sido capaz de asumir en primera persona; y dos, que España cambie para avanzar y deje atrás el bloqueo.
- ¿Descarta absolutamente y en todos los casos la gran coalición?
- Sí. No es la solución. Respeto profundamente a los votantes del PP, una organización fundamental en nuestro sistema político, pero debe renovar su liderazgo pasando a la oposición. El PSOE y el PP son dos proyectos antagónicos en lo formal y en el fondo.
- ¿Con Iglesias sí será posible un acuerdo ya después del 26-J?
- Yo siempre quise un acuerdo con Podemos, pero me he encontrado muchas excusas por parte de Pablo Iglesias para no lograrlo. España no se merece un presidente inmóvil y paralizado. Y el cambio tampoco es que el CNI pase a estar controlado por Iglesias.
- ¿Ve a Iglesias como su vicepresidente tras las elecciones?
- El argumento de Iglesias para entrar en el Gobierno fue decir que no se fiaba de mí. Y una cooperación se debe hacer sobre la honestidad y la confianza. Con Rivera fue más fácil hablar de las soluciones y no de sillones. Pero con Iglesias me encontré lo contrario, porque antepuso los sillones a las soluciones. España necesita soluciones y menos reproches.
- ¿Le ve como su vicepresidente?
- Lo que veo es que nos podamos entender en las políticas, no en los sillones.
- ¿En qué va a ser diferente esta campaña electoral?
- La ciudadanía ya sabe qué significa votar a cada opción. Ha habido dos partidos que sabíamos que la nueva política es apelar al acuerdo y que la peor política es el reproche.
- Ha propuesto reducir el coste de la campaña en un 30%. ¿Qué propone el PSOE reducir o suprimir?
- Propondremos eliminar las vallas electorales y los carteles en las calles. También más debates y que los mítines sean austeros y menos multitudinarios. Esto se lo vamos a plantear al resto de fuerzas. Pero si no lo aceptan, nosotros lo haremos.
- ¿El PSOE no va a colocar carteles en las calles, ni vallas electorales?
- No vamos a hacerlo.
- La renuncia de varias personas a ir en las listas del PSOE, ¿pone de manifiesto sus problemas internos?
- No. Representan una oportunidad para renovar. En Barcelona que Meritxell Batet sea la candidata es una oportunidad para mejorar el resultado en una provincia prioritaria para el PSOE.
- ¿Es Batet mejor candidata que Carme Chacón?
- Es distinta. Chacón llevaba 20 años haciendo política en primera línea. La política es una actividad muy exigente y ha decidido dar un paso atrás. Batet va a ser una extraordinaria candidata.
- Habló con Chacón el miércoles por la noche. ¿Cuáles son los «motivos políticos poco relevantes» que han hecho que se vaya?
- No lo sé. Tendrá que explicarlos ella.
- ¿No se los explicó a usted?
- No. Me trasladó que iba a renunciar a ser cabeza de lista y lo respeté. Hay que mirar hacia adelante.
- ¿Sabe ya quién va a ser su número dos por Madrid?
- Tengo una ligera idea.
- ¿Y ella ya lo sabe?
- No. Habrá también una renovación en la lista de Madrid por la salida de Irene Lozano.
- ¿Sólo habrá cambios en los puestos de las mujeres?
- Sí. En los puestos de los hombres no. Me apena porque ha habido un gran colaborador, José Enrique Serrano, que fue en el puesto nueve y que ha realizado un extraordinario trabajo en la comisión negociadora.
- ¿Ya ha trasladado a Eduardo Madina que quiere que repita en el puesto siete?
- Sí.
- ¿Y qué le ha contestado?
- Que sí.
- ¿La ex secretaria de Estado de Empleo, Luz Rodríguez, irá en la lista de Madrid?
- Es una extraordinaria secretaria de Empleo y está haciendo un gran trabajo. Contaré con ella.
- ¿Si saca menos de 90 escaños se irá?
- Esto es como preguntarle a un corredor qué va a hacer en caso de que fracase. El PSOE está en condiciones de ganar las elecciones y para España es fundamental que haya un gobierno de cambio liderado por otra persona que no sea Rajoy.
- ¿Si saca más de 90 escaños estará legitimado para seguir?
- No llevo ni dos años al frente del partido; estoy en el principio de mi mandato y me voy a presentar al congreso federal del PSOE.
- ¿Independientemente de los resultados del 26-J?
- Sí.
- ¿Cree que Susana Díaz dará ya el paso para presentarse a secretaria general en el próximo congreso?
- El PSOE es grande porque tenemos muchos líderes, equipos y liderazgos. En Díaz veo muchas facultades de una buena política. Y como buena política está cumpliendo su palabra. Ella dijo que iba a trabajar por Andalucía y a estar en Andalucía y es lo que está haciendo. Está comprometida con Andalucía.
- Muchos barones y presidentes autonómicos tienen malas relaciones con usted, ¿no hará eso más complicada esta campaña?
- Al contrario. Sólo puedo dar las gracias tanto a la militancia como a los secretarios generales por el apoyo que me han brindado y que me están brindando estos meses.
- (COMENTARIO EN LA REUNION PSOE CIUDADANOS PODEMOS, DONDE SE PUDO DAR LA ALIANZA LA ACTITUD DE CIUDADANOS A MI JUICIO FUE NEGATIVA)
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