Libertad!

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domingo, 25 de enero de 2009

ACUERDO DE LA ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA

En momentos cuando los venezolanos nos disponemos a conmemorar los doscientos años de nuestra más alta hazaña permanente de pueblo, como fue abolir la Monarquía e instaurar la República, vemos ahora a ésta amenazada por fuerzas que, bajo un ropaje de circunstancias, portan residuos de los antivalores que no se han desarmado en su conspiración contra nuestra heroica determinación republicana.

Los venezolanos adoptamos el ordenamiento social y político republicano como rechazo al despotismo absolutista, y hemos construido una historia republicana rica en esfuerzos y sacrificios que ha culminado en la Venezuela democrática. En esta empresa ha desempeñado un papel estelar la conciencia histórica de los venezolanos. La Academia Nacional de la Historia nació encargada de contribuir al fomento y consolidación histórica de la conciencia republicana.

Obediente a este mandato, esta Corporación se dirige a todos los venezolanos, para invitarlos a tomar conciencia de los peligros que amenazan su más alto logro histórico.

Hacemos un llamado a la expresión persistente de la voluntad republicana democrática de nuestro pueblo, en los términos siguientes:

Los venezolanos tenemos el deber histórico de honrar la memoria de quienes tomaron la iniciativa de instaurar un régimen republicano, que no sólo demoliese los fundamentos del absolutismo monárquico sino que impidiese su restablecimiento, franco o solapado. Esto habría de procurarse mediante un ordenamiento constitucional que impidiese todo retroceso al régimen monárquico absolutista colonial. Para ello se establecieron procedimientos y mecanismos de desagregación del poder público, y de control de su ejercicio. Entre estos, la alternabilidad republicana, la separación de los poderes, y la instauración efectiva del Estado de Derecho, basado en la autonomía del Poder Judicial, los cuales serían los pilares fundamentales en un orden institucional en el cual el Poder público estuviese regido por la noción de legalidad y amparado por el principio de legitimidad.
En consecuencia, quisimos, y queremos, que la naciente República se identificase como una de las sociedades más avanzadas de su tiempo. De allí que podemos afirmar que la República venezolana nació y se estructuró como la cristalización de una aspiración: que se conformase una sociedad plural, libre y democrática, cuyo ejercicio de la soberanía nacional, mediante la figura política de la soberanía popular, fuese la impulsora genuinamente revolucionaria del ordenamiento sociopolítico republicano republicano.
Dos condicionamientos habrían de arropar esta renovación de la sociedad: debía darse respaldo institucional y social al justificado horror al despotismo, hasta entonces representado por elabsolutismo monárquico y luego amenazante en el personalismo caudillesco; y, consecuentemente, debía garantizarse el ejercicio de la democracia; todo recogido en la formulación de los derechos humanos fundamentales: libertad; seguridad, -entendida como Estado de Derecho-; propiedad e igualdad. La negación de tales postulados señalaría la ruta de un fracaso histórico.
Fiel a estos principios, y en acatamiento de sus preceptos estatutarios, la Academia Nacional de la Historia ha estimado pertinente dirigirse en estos términos a la
conciencia histórica de los venezolanos.

Resolución aprobada en la sesión ordinaria del 22 de enero de 2009.

Elías Pino Iturrieta, Director
Inés Quintero, Vicedirectora Secretaria.

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