Libertad!

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domingo, 18 de enero de 2009

Carlos Ortega respondió a José Miguel Vivanco

Carlos Ortega

Ciudadano Sr. José Miguel Vivanco
Director de Human Rights Watch*

Presente.-
Estimado Sr, Vivanco: Me dirijo a usted con ocasión del Informe que en rueda de prensa presentara ante la comunidad nacional e internacional sobre los Derechos Humanos en Venezuela, y en tal sentido le expreso lo siguiente: De la lectura detenida del mismo, forzosamente debo concluir que además de ser contradictorio en muchas de sus partes, también está lleno de imprecisiones y opiniones que no se compadecen con la verdad verdadera de lo que ha sucedido -y continúa sucediendo- en mi país durante estos casi diez (10) años de corrupción, impunidad, aniquilamiento de instituciones democráticas, terrorismo de Estado, así como de persecución, desaparición, asesinatos, cárcel, exilio, de muchos venezolanos que luchamos por la libertad y la democracia en nuestro país y en la región, cuyo único delito es el de disentir del régimen del Sr. Chávez.
En particular, debo referirme a la opinión que dicho Informe explana respecto de los acontecimientos acaecidos en abril del 2002, según la cual, en Venezuela se produjo un golpe de Estado y al respecto le aclaro:
1.- En Venezuela NO HUBO Golpe de Estado el 11 de abril de 2002, esto lo sostuve y lo sostengo. El Alto Mando Militar del régimen del Sr. Chávez, en cadena de prensa nacional anunció la RENUNCIA de este a la Presidencia de la República, con lo cual se originó un vacío de poder, tal como lo calificó el Máximo Tribunal de la República. Sin embargo, Ud. desconoce o está desinformado respecto a dicha renuncia, pues a lo largo y ancho del referido Informe, en múltiples ocasiones se refiere al supuesto golpe de Estado y la única mención que hace a la renuncia de Chávez la hace en los siguientes términos. "… Mientras los principales medios comerciales informaban que Chávez había renunciado –y con VTV y Radio Nacional fuera de escena– sólo unas pocas frecuencias de radio comunitarias informaron que, en realidad, Chávez había sido arrestado …" (Informe citado, Capítulo "Los Medios de Comunicaciópn"), dejando entrever, no se con qué intención, que los medios opositores no dijeron la verdad, que la renuncia no no existió, lo que tanto Ud. como el mundo saben que no fue así. Sr. Vivanco, será que el Sr. Chávez no renunció y que la imagen del General Lucas Rincón -actual embajador del régimen en Portugal- flanqueado por el Alto Mando Militar haciendo el anuncio sobre dicha renuncia y que circuló en todos los medios de comunicación escritos y audiovisuales del mundo, no fue mas que un vulgar montaje?
2.- El Informe, suscrito por Ud., me califica de "golpista", al señalar textualmente lo siguiente: "…La antipatía del gobierno hacia la CTV se intensificó después de que algunos miembros de la CTV (entre ellos el presidente de la CTV, Carlos Ortega) participaran en el intento de golpe de estado de abril de 2002 y en la huelga de petróleo que casi paralizó la economía en diciembre de 2002 (ver más adelante)…".

Al respecto le puntualizo:
1.- Ni a Ud. ni a nadie le acepto que me califique de golpista. Sobran ejemplos dentro de mi actividad como luchador social sobre mi conducta democrática, cívica, honesta y profesional. Mi posición ayer, hoy y siempre ha sido en defensa de la democracia y del sistema de libertades porque soy un demócrata a carta cabal, formado dentro de los mejores principios de la social democracia. Así que no le permito que me diga golpista, golpista es el Sr. Chávez que dio DOS (2) golpes de Estado en 1992 al gobierno democrático y constitucional, elegido por el pueblo, que regía en Venezuela. De manera que con esto quiero dejar despejada y aclarada definitivamente mi condición de demócrata convencido y practicante y terminar con la versión de "golpista" que el régimen conjuntamente con sus aliados internos y externos, ha vendido respecto de mi persona. Debo agregar que el solo hecho de que Ud. y la organización que dirige, plasmen esa opinión en el Informe en cuestión, me conduce a concluir que la investigación cuyo resultado ha sido el referido Informe, no fue realizada dentro de parámetros de equidad e igualdad, pues tanto esto como lo de que el 11 de abril hubo un golpe de Estado en mi país, es la versión oficial del régimen del Sr. Chávez.
2.- Para su información y conocimiento de la comunidad internacional, jamás fui siquiera citado a una investigación judicial que hubiera sido abierta con ocasión de los hechos ocurridos el 11 de abril de 2002 y días sucesivos.
Le explico: NUNCA fui imputado, citado, requerido o notificado ni siquiera como testigo, mucho menos como autor, de los hechos ocurridos en mi país en la fecha mencionada. Si eso hubiera sido así, el régimen no hubiera tenido necesidad de transformar el paro cívico, pacífico y constitucional convocado por todos los sectores de la sociedad democrática venezolana durante diciembre de 2002 y febrero de 2003, calificado por la OIT como huelga general legal y legítima, en una Rebelión Civil para imputarme por este delito político por excelencia. En efecto, fui imputado, juzgado y condenado a casi dieciséis (16) años de presidio por el delito Rebelión Civil, por órdenes expresas del Sr. Chávez, las cuales fueron acatadas de manera muy eficiente por el Ministerio Público, representado en el juicio por la ahora Fiscal General de Venezuela, Luisa Ortega Díaz y por el Poder Judicial, representado por la Juez Milagros Romero, luego destituida, funcionarias, entre otras, que convirtieron el referido paro en una Rebelión Civil en la que no hubo alzamiento en armas y en la que el único rebelde era yo. Creo que Ud. desconoce esta grave violación de mis derechos constitucionales y sindicales, como persona humana y como dirigente sindical, porque me niego a pensar que la mezquindad llegue al punto de que conociendo tales violaciones, no las haya mencionado en dicho Informe. Es decir, fui sentenciado a casi 16 años de presidio no por el vacío de poder ocurrido en Venezuela el 11 de abril, como consecuencia de la renuncia del Sr. Chávez a la Presidencia de la República, que Ud. califica como golpe de Estado, sino por asumir la responsabilidad que tenía con los trabajadores y sus familiares, con el movimiento sindical en general, frente a la violación de sus derechos fundamentales como personas y como trabajadores por parte del régimen que preside el Sr. Chávez, y así lo hice saber en el amañado juicio ordenado por él. Sr. Vivanco: el régimen tenía el poder mas absoluto –poder que mantiene- para imputarme, juzgarme y condenarme por lo hechos sucedidos en abril de 2002, le pregunto: ¿Por qué no lo hizo? Simplemente porque no tuvo forma ni manera de extraer mi participación en los hechos sucedidos en abril de 2002, calificados por Ud. como golpe de Estado, lo cual es obvio pues como ya le aclaré, en esa fecha no hubo golpe de Estado alguno en Venezuela y eso lo saben Chávez y su régimen. Claro, que debido a su preocupación por lo sucedido en esa fecha y visto que de manera irresponsable me califica de golpista, sólo me queda decirle que aun está a tiempo para presentar ante las instancias correspondientes del régimen dictatorial del Sr. Chávez, los documentos, pruebas, videos, grabaciones y todo lo que tenga en sus manos que compruebe mi participación como "golpista" en dicho "golpe de Estado", según Ud. y el Informe que suscribe. O sea, tiene Ud. en estos momentos una tremenda oportunidad de reivindicarse con el Sr- Chávez, no la deje pasar. No estoy realizando una defensa a ultranza de mi persona, a lo cual tengo derecho, pero mi conciencia está tranquila, pues desde la CTV denuncié, incluso ante Ud., la serie de violaciones sistemáticas que el régimen del Sr. Chávez practicaba en contra de la libertad sindical y del movimiento sindical libre y democrático en mi país, de la no discusión de contrataciones colectivas, en fin, de la injerencia directa de todos los poderes del Estado dentro del movimiento sindical organizado, por lo que realmente sorprende su pretendido desconocimiento de mi actuación como demócrata y como luchador social. Pero si ese fuera el caso, entonces, a los fines de realizar un Informe completo, sin sesgos, pudo ubicarme y conocer la otra cara de la moneda, o sea, en aras de la verdad y la justicia, no debió conformarse con una versión que se ajusta a los intereses del régimen dictatorial que impera en mi país.
3.- Así como rechazo de manera firme, categórica y contundente el calificativo de "golpista" que Ud. tan ligera e irresponsablemente me endilga, también rechazo que ponga bajo mi responsabilidad la causa del supuesto debilitamiento y desafiliación de trabajadores y/u organizaciones sindicales de la CTV, primero porque tal afirmación es falsa, segundo porque si algo ha caracterizado mi labor sindical ha sido el trabajar en equipo y desde el punto de vista institucional y no desde el punto de vista político-partidista y por último, porque muy a pesar de muchos, el dictador Chávez no ha podido acabar con la CTV.
4.- Respecto del paro cívico, pacífico, democrático y constitucional, realizado durante diciembre de 2002 y febrero de 2003, calificado por la OIT como una huelga general, legal y legítima, debo precisarle lo siguiente: En virtud de la grave crisis que se vivía en nuestro país como consecuencia de la política dictatorial del Sr. Chávez, -situación que se ha acentuado al punto de que si en aquella oportunidad existían motivos serios para realizar dicha huelga general, tales motivos tienen mayor vigencia en la actualidad-, las diversas organizaciones democráticas de Venezuela incluyendo partidos políticos, Iglesia, medios de comunicación, sindicatos, academias, universidades, sector económico y empresarial, etc., convocamos el referido paro, porque era un clamor general del pueblo venezolano a todo lo largo y ancho del país. Este paro cívico no fue de la responsabilidad única o exclusiva de la CTV o del sector empresarial, como pretende hacerlo ver el Informe suscrito por Ud. En efecto, si revisa las imágenes y testimonios tanto en los medios impresos como en los audiovisuales, incluyendo VTV, en el momento de anunciarse el inicio del paro cívico, me acompañaba la representación de todos y cada uno de los sectores de la sociedad democrática venezolana. Si bien, le correspondió a la CTV y en mi caso particular, dada la coyuntura, ser el vocero desde el punto de vista institucional de todos los sectores que participamos en esta gesta por preservar la libertad y la democracia en Venezuela, no es posible negar que en el mismo participó toda la sociedad civil democrática de mi país. Asumí, asumo y seguiré asumiendo mi responsabilidad como luchador social, como Presidente de la CTV y en definitiva, como demócrata, en esta acción de defensa de la democracia y la libertad de mi patria, no sólo porque no evado mi compromiso con los trabajadores y sus familias, sino porque dicha huelga fue producto del grito de desesperación y angustia del pueblo venezolano ante los graves atropellos y agresiones del régimen, quien nos otorgó ese mandato en nuestra condición de dirigentes, y porque ser el vocero del pueblo venezolano frente a la dictadura del Sr. Chávez, constituyó y constituye motivo de orgullo y satisfacción para mi como venezolano. Si hacemos una restrospectiva de las denuncias formuladas por nosotros contra el régimen, podemos concluir que no nos equivocamos absolutamente en nada, pues todo, absolutamente todo lo que denunciamos, es lo que ha ejecutado el Sr. Chávez contra Venezuela y los venezolanos, y que está extendiendo a todo el hemisferio. Frente a la injerencia abierta, descarada y grosera del régimen de Chávez en el movimiento sindical libre e independiente, la CTV bajo mi dirección y como institución democrática no podía cruzarse de brazos, no podía permitir por ninguna circunstancia que se violaran los Convenios Internacionales, que se persiguiera a los trabajadores, dirigentes sindicales y al resto de la sociedad civil por razones políticas, que se congelaran las Convenciones Colectivas, que se instaurara el paralelismo sindical y menos aun, podía aceptar el crimen cometido por el régimen contra los valientes y aguerridos trabajadores petroleros venezolanos y sus familias, es decir, no podíamos permitir que se instalase una dictadura en Venezuela, dictadura que a la larga ha terminado instalándose por circunstancias que algún día, si Dios me lo permite, tendré la oportunidad de decir, tanto a los venezolanos como al mundo, pero fue precisamente contra esto que luchamos y seguimos luchando desde el sitio en que nos encontramos. Si acaso Ud. no lo sabe, de mantenerse el Sr. Chávez en el poder, los trabajadores perderán todos los beneficios que alcanzaron en la era democrática no por bondad de los anteriores gobiernos, sino por su participación activa y decidida en la obtención de los mismos. Hasta el salario desaparecerá, pues el mismo pasará a ser una contribución o donativo del trabajador al régimen, a la dictadura del Sr. Chávez. Por lo expuesto rechazo contundentemente por no estar apegado a la verdad, el texto del Informe según el cual, "… Muchos trabajadores y sindicatos optaron voluntariamente por abandonar la CTV, debido al rol que varios miembros de la confederación desempeñaron en el intento de golpe de estado de 2002, así como por su respaldo al paro petrolero de 2002-2003 junto con la principal cámara de comercio de Venezuela…", pues los trabajadores que optaron por desafiliarse no lo hicieron debido a la conducta de algunos miembros de la CTV y mucho menos lo hicieron de manera voluntaria, pues lo hicieron bajo amenazas de ser despedidos, lo hicieron por la presión del régimen impuesta mediante representantes sindicales que lejos de defender a los trabajadores defendieron sus propios intereses plegándose al régimen, traicionando a los trabajadores y sus familias, convirtiéndose de la noche a la mañana en potentados señores que exhiben su riqueza con la mas absoluta impunidad, incluso su Informe menciona a algunos de ellos. Para finalizar debo expresarle mis mas sincera solidaridad con Ud. por la expulsión arbitraria de la que fue objeto por parte del régimen dictatorial que preside el Sr. Chávez, como consecuencia del Informe tantas veces mencionado. Sin embargo no puedo dejar de señalar que de la lectura detallada de dicho Informe he llegado a la conclusión de que el Sr. Chávez, quien ordenó su expulsión, y los funcionarios del régimen que ejecutaron la misma, no se tomaron la molestia de leerlo, porque si lo hubieran hecho, Ud. seguramente, aun permanecería en mi país. Le ratifico mis palabras de solidaridad hacia su persona y hacia la organización que dirige, pero me permito sugerirle que para un próximo Informe acuda a todas las fuentes a objeto de plasmar de manera clara e imparcial la realidad de mí país, o para el caso de que haya contratado alguna empresa o profesional para realizar la investigación que tuvo como resultado el referido Informe, procure cotejar in situ la información que le suministren con la realidad. Sr. Vivanco, usted es hoy otra víctima del régimen dictatorial de Chávez, por ello, en su condición de defensor de los Derechos Humanos, lo invito a que conjuntamente con los venezolanos que estamos en el exilio, con los presos políticos, con los perseguidos, con los familiares de desaparecidos y asesinados por el régimen, así como con los gobiernos democráticos de países hermanos, nos apoye en nuestra innegable, indoblegable e ineludible obligación de hacer el mayor y mejor de los esfuerzos para detener la tragedia que vive mí país y otros países del continente como consecuencia del régimen corrupto, traidor, terrorista, narcotraficante e inmoral de Hugo Chávez.

Atentamente
Carlos Ortega
C.I. V.- 3.395.021
Asilado Político
* Se desconoce porque no había salido a la publicidad.

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