Libertad!

Libertad!

domingo, 16 de mayo de 2010

Orlando Viera-Blanco // ¿Salir de Chávez?

Once largos años y seguimos patinando en diagnósticos y pronósticos
El tema no es enfrentar a Chávez. Es enfrentar aquello que sin justificar tanto arrojo y arrebato, hace posible la presencia de un Chávez. El examen pasa por voltear la mirada hacia aquellos que por años, han cargado con la huella más dolorosa que cualquier ser humano puede soportar: el desprecio derivado de la indiferencia.

Mientras Chávez siga siendo para los más necesitados "el padre y la madre" que no han tenido; el redentor, el garante del reparto y la inclusión, no habrá otro gobierno en Venezuela que no sea una revolución disfrazada de ilusiones y delirios. La solución no es salir de Chávez sino salir de nuestra simpleza. Es involucrarnos con la miseria. Es no delegar más nuestra ciudadanía asumiendo nuestra carga de corresponsabilidad social. Es asumir actitudes contributivas. Es luchar contra la niñez abandonada, el analfabetismo, la violencia doméstica, la depauperación, la droga, la precocidad sexual, la eroticidad infantil, la desnutrición, en fin; es demostrar un mínimo de solidaridad hacia los indefensos, que están a metros de nuestras casas, y pretendemos no nos competen.

Esa negación de la pobreza, es indolencia, es indiferencia. Antivalores reveladores de un bajo capital social que nos conduce a odios y desesperanza. A partir de allí, el asunto no es sacar a Chávez. El tema es meternos en el terreno que "monopoliza" Chávez. Él seguirá en el poder hasta que decidamos empoderar a las masas, con nuestro corazón y con nuestros bolsillos. Ese es el reto de hoy.

Por ahí oí que hay que defender el Estado de Derecho, la democracia, la separación de los poderes, la alternabilidad. Que hay que llegarle a los pobres por Internet y sus BlackBerrys (¿?), alertándoles ¡del desmantelamiento del modelo republicano! Vaya demostración de frivolidad. ¿Cómo se come eso? Considerando el desafío político y social que supone rescatar la credibilidad de los barrios, apelar a un twitter para reivindicar el ilustrismo de Rousseau y Diderot o la virtud de la pirámide de Kelsen, es a lo menos, una temeraria llaneza.

Once largos años y seguimos patinando en diagnósticos y pronósticos. Pues ya todos los diagnósticos están y los pronósticos no cederán, salvo que hagamos lo que toca hacer: enfrentar la pobreza. ¿Quién? Usted. ¿Cuándo? Ahora... Basta de retórica.

vierablanco@cantv.net

2 comentarios:

capullo01 dijo...

Excelente análisis.

adela romani dijo...

comparto plenamente su opinion en este articulo de hecho estoy poniendo en practica lo que Ud. sostiene;vivo en un pequeño pueblo del Guarico donde hay muchas necesidades y lo que sobra es trabajo por hacer.