Libertad!

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martes, 4 de mayo de 2010

Roberto Giusti // ¿Es Mockus chavista ?

No es como Piedad ni Evo y pese a su desmentida admiración por Chávez, no sacará a los gringos
La gran diferencia entre dos presidentes egocéntricos y apegados al poder como Chávez y Uribe estriba en que este último cedió a las prácticas democráticas y se sometió a las decisiones de un Poder Judicial autónomo que hizo añicos sus ambición de un tercer período. Algo que en Venezuela resulta inconcebible.

Pero no se trata solo de eso, sino de algo que para Uribe es tan pernicioso como su pase al retiro: la casi segura derrota de Juan Manuel Santos quien, hace apenas un mes, se consideraba ungido por el poderoso dedo de su mentor, en una campaña que se insinuaba predecible y aburrida y ahora cobra ribetes dramáticos con el ascenso súbito y, en apariencia incontenible, de Antanas Mockus y su ola verde.

Es evidente que el dolor de Uribe no es por Santos, al fin y al cabo un mal menor que debió aceptar como premio de consolación, sino la posibilidad de que su política de Seguridad Democrática encalle en las inexpertas y, a su juicio, demasiado rectas, melindrosas, inclusos temblorosas (por aquello del mal de Parkinson) manos del pintoresco hijo de inmigrantes lituanos.

El niño genio que aprendió a leer a los dos años, el filósofo, el matemático, el ex rector de la Universidad Nacional y ex candidato presidencial, desafía todos los estereotipos que se le pueden calzar a un dirigente político. Y aunque ha manifestado su intención de darle continuidad al combate frontal contra la guerrilla (algo que muchos colombianos consideran que dejó de ser prioritario) está claro que no caerá en el juego osado y turbulento de un Uribe y Santos, capaces de violar el territorio ecuatoriano para liquidar a Raúl Reyes, hasta entonces huésped del Gobierno de Correa.

Antanas tampoco propiciaría el secuestro, en territorio venezolano, del jefe guerrillero Rodrigo Granda, ni el pago de recompensas (lo cual degeneró en el terrorífico caso de los falsos positivos) por guerrilleros o estratagemas como disfrazar de chavistas a los militares de la Operación Jaque.

Ese respeto por las leyes y los derechos humanos, una de las razones que ha despertado el entusiasmo de los votantes jóvenes, genera rechazo en el uribismo, donde lo consideran una muestra de debilidad que posibilitaría el renacimiento de la guerrilla. Solo que Mockus no es Piedad ni Evo y pese a su desmentida admiración por Chávez (quien le mete miedo a los colombianos para que no voten por Santos) ha dicho que no cancelará la presencia de EEUU en las bases militares, el tema que realmente preocupa a Chávez. Mockus contemporiza con él porque espera que reanude el intercambio comercial, pero está claro que no se dejará chantajear. Al fin y al cabo, si logró hacer de Bogotá una ciudad casi pacífica, ¿por qué no habría de lograrlo con Colombia?

rgiusti@eluniversal.com


Sadio Garavini Di Turno // Elecciones colombianas y Chávez

El relevante crecimiento en las encuestas de Antanas Mockus hace prever una reñida segunda vuelta en Colombia, frente a Juan Manuel Santos, candidato del partido de la U y heredero del gobierno de Uribe. El ritmo del aumento de la popularidad de Mockus es impresionante, del 9%, en pocas semanas, se ha encaramado en más del 30%, empujando a un relegado tercer puesto a Noemí Sanín, del Partido Conservador. Las razones de este fenómeno electoral son múltiples. Sin duda, las características personales del candidato, su imagen de honestidad, su formación intelectual, su carisma personal y su trayectoria exitosa como alcalde de Bogotá tienen mucho que ver con el exitoso repunte electoral. También el mensaje de cambio, después de ocho años de gobierno uribista, un cambio que se asienta sobre los logros en materia de seguridad de Uribe, que ha creado las condiciones para que muchos en Colombia piensen en la posibilidad exitosa de un renovado esfuerzo de negociaciones de paz con las FARC.
La guerrilla fuertemente debilitada, militar y políticamente, podría renunciar a la violencia y aceptar un ingreso negociado al sistema político. En el marco de estas ideas, no se cometería el error de Pastrana de iniciar una negociación con una entrega unilateral de territorio a una guerrilla militarmente fuerte, sino se trataría del clásico: "a enemigo que huye: puente de plata", en otras palabras, darle una salida política a una guerrilla militarmente derrotada.
Otro factor que ayuda a la candidatura de Mockus es que muchos grupos empresariales, normalmente más cercanos a un candidato como Santos, esta vez podrían considerar a Mockus preferible, porque le abriría la esperanza a una descongelación de las relaciones comerciales con Venezuela y les permitiría recuperar un negocio de exportación de alrededor 6.000 millones de dólares. Por tanto, no me extrañaría que, entre los actuales financistas de la campaña de Mockus, estén muchos de los exportadores colombianos. El presidente Chávez está consciente de esta situación y está claramente decidido a fomentar y reforzar la idea de que la victoria electoral de Santos deterioraría aún más las relaciones con Venezuela. Chávez llegó hasta el extremo de mencionar la posibilidad de una guerra. Buena parte de los observadores piensa que los ataques de Chávez a Santos lo fortalecen electoralmente, por la natural reacción nacionalista frente a la intervención extranjera en política interna. Sin embargo, en mi opinión, esta reacción se ve compensada por aquellos que, por interés o convicción, creen que una victoria de Mockus crearía las condiciones para un positivo mejoramiento de las relaciones con Venezuela.

En realidad, la causa fundamental del enfrentamiento entre Colombia y Venezuela no es la mala "química" personal entre presidentes, sino consiste en que Colombia es uno de los obstáculos fundamentales al proyecto neocomunista de Chávez, que no se limita a Venezuela sino pretende, en su megalomanía, extenderse a toda América Latina. No creo que Mockus, quiera o pueda cambiar el modelo democrático de economía de mercado, abierta comercialmente hacia el mundo y romper la alianza con EEUU, que ha sido muy efectiva para enfrentar el narcotráfico y el terrorismo de las FARC. En conclusión, las relaciones entre Venezuela y Colombia seguirán siendo complicadas.



sadiogta@gmail.com

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