Libertad!

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sábado, 22 de mayo de 2010

Sangre, locura y fantasía

Fausto Masó
El Nacional / ND Mayo 22, 2010


Pero al mismo tiempo, igual que niños sorprendidos por sus mamás con los pantalones bajos haciendo sus necesidades en público, el gabinete económico quedó en evidencia frente al país. Utilizan una verborrea socialista para despertar el odio hacia los ricachos. ¿Cuáles? Obviamente semejante estrategia política requiere una respuesta que vaya más allá de una defensa de la propiedad privada. Esta es una oportunidad de la Mesa de la Unidad para dejar atrás las disputas pequeñas sobre las postulaciones, y demostrarle al país que frente a los peligros que nos amenazan cualquier atentado contra la unidad es un delito de lesa patria.

¡Qué envidia Lula le despertará a Chávez!, el primero ha logrado lo que perseguía el segundo sin que el propio Chávez quiera enterarse de que el mundo ya se volvió multilateral, el mismo Bush había comenzado a abandonar el unilateralismo.

En estos días Lula declaraba en España: “La economía brasileña es sólida porque la sociedad es sólida y participa en el mercado. Brasil ha aprendido a ser serio y ha entrado en un camino sin retorno”. Lula está aliado con grandes empresas como la Polar y ha tomado distancias con Estados Unidos, pero permite una base norteamericana en territorio brasileño; el abrazo de Chávez al iraní quedó como un gesto audaz. Brasil juega en las grandes ligas, Chávez persigue casas de bolsa, Brasil pesa en la política mundial y Estados Unidos debe disimular su disgusto por la osadía de Lula en el caso iraní. ¿Le levantarán una estatua los brasileños a Chávez? A lo mejor lo condecoran. Nadie ha hecho tanto por realizar los sueños recónditos de Itamarati: aparte de entregarle las grandes obras a empresas brasileñas, Chávez acabó con el Pacto Andino y el G3, el contrapeso en el continente al poder de Brasil. Chávez no comprendió que ayudaba al fortalecimiento de un virrey para el continente, el cual además contará con el apoyo de Washington.

Chávez ha tenido más poder que cualquier otro presidente en Venezuela, para nada.
García Ponce, Antonio, claro, resume en su libro la odisea de la guerrilla venezolana en los años 60 como un derroche de sangre, locura y fantasía, una verdadera desgracia para los que participaron en esa lucha.
Ahora víctima de la fantasía más escandalosa Miraflores afirma que la burguesía está provocando la crisis económica, las casas de bolsa participarían en una conspiración igual a la de Pinochet. ¿Creerán esas sandeces en Miraflores? Inventan enemigos.

Denuncian que la burguesía está preparando el golpe de Estado y la masacre del pueblo. Chávez les atribuye a sus enemigos capitalistas el desastre provocado por su política económica, busca exacerbar al pueblo en contra de la oposición.
Este espectáculo sería cómico si no fuera trágico, porque los propagandistas y los agitadores políticos se creen sus fantasías, sus inventos, sus mentiras, pierden el sentido de la realidad, desvarían. Miraflores se radicaliza para ganar las elecciones.

Pero al mismo tiempo, igual que niños sorprendidos por sus mamás con los pantalones bajos haciendo sus necesidades en público, el gabinete económico quedó en evidencia frente al país. Utilizan una verborrea socialista para despertar el odio hacia los ricachos. ¿Cuáles? Obviamente semejante estrategia política requiere una respuesta que vaya más allá de una defensa de la propiedad privada. Esta es una oportunidad de la Mesa de la Unidad para dejar atrás las disputas pequeñas sobre las postulaciones, y demostrarle al país que frente a los peligros que nos amenazan cualquier atentado contra la unidad es un delito de lesa patria.

¿Tomaremos en serio a Chávez? ¿Esa política de sangre, locura y fantasía que traza una semejanza imposible entre el Chile de Pinochet y la Venezuela de Chávez? ¿Nos uniremos de verdad, verdad frente al peligro? Empresarios, partidos, trabajadores, estudiantes. ¿Dónde? En la calle, pues, ¿dónde más?

fausto.maso@gmail.com

2 comentarios:

Unknown dijo...

Favor publicar negro sobre blanco, en negativo es dificil leer.

Unknown dijo...

Fausto Masó no leyó el libro.