Libertad!

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jueves, 11 de diciembre de 2008

Carlos Raul Hernández // Cien veces NO

La estrategia electoral deberá repetir lo ocurrido en 2007, que el caudillo choque contra el pueblo
El caudillo actuó de acuerdo con su lógica de a quien no le importan nada los seres humanos concretos, mientras hace gárgaras con palabrotas como Solidaridad, Humanidad, Pueblo y demás babosadas. Lanzó al país exhausto a una nueva, pútrida e inconstitucional contienda, y sus camisas rojas a atropellar alcaldes y gobernadores electos precisamente, por el pueblo. Las razones son muchas.

Primero socavar la confianza en el voto para que así florezcan de nuevo los ideólogos abstencionistas, que incidan en una ciudadanía harta del stress inducido. ¡Cuidado con esa prédica tonta, en casos, calculada, en otros, y en general emanada de la sala situacional de Miraflores!

Quería también diluir en el escándalo el triunfo de los demócratas, en la violencia ruin del ángulo más ruin del autoritarismo, la violencia pandillera y cobarde contra ciudadanos desarmados. Atajaba de paso en las filas bolivarianas, así lo cree, el cuestionamiento de su derrota.

Su maestro Mao hizo lo mismo cuando después del holocausto causado por el Gran Salto hacia delante, irrumpió con la Revolución Cultural para destruir el liderazgo del Partido Comunista que empezaba a murmurar sobre el genocidio de veinte millones de personas.

La estrategia electoral deberá repetir lo ocurrido en el 2007: que el caudillo desbocado choque, no con la oposición política, sino contra el pueblo. Los rostros de la defensa democrática deberían ser el movimiento estudiantil, las sociedades de padres y representantes, Ciudadanía Activa, Súmate, Manifiesta, La Colina, gremios profesionales, profesores y maestros, taxistas, sindicalistas, que de una forma u otra representan a los ciudadanos trabajadores y decentes, amenazados por la abyección revolucionaria.

La patria potestad, la educación libre, la propiedad, la posibilidad de construir un futuro, estarán en peligro si la manía reeleccionista logra dar el zarpazo.

Los partidos deben aprovechar la coyuntura para, fortalecer la autoridad de sus direcciones nacionales en la medida en que extiendan sus redes en el interior. Partidos regionales fuertes con direcciones nacionales también fuertes y con autoridad, para que no se repitan en el futuro casos como los de Barinas, Guárico, Municipio Libertador, Valencia, Bolívar, Maracay y tantos otros, cuyos responsables cargan en su conciencia haber sacrificado en la piedra de ambiciones estúpidas el destino de esas comunidades y que deberían condenarlos a expiar su ligereza con lágrimas de sangre y vergüenza.

Pronto vendrán las elecciones municipales y para enfrentarlas los partidos tendrían que crear redes robustas. Salvo Acción Democrática, la votación y los éxitos de los partidos radicaron más en liderazgos individuales y particulares que en la fuerza de la organización. carlosraulhernandez@gmail.com

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