Libertad!

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jueves, 11 de diciembre de 2008

EL GRUPO LA COLINA:

Unidos podremos vencer las amenazas que se ciernen sobre nuestra democracia.

Los resultados electorales del 23N, sin duda, constituyen un significativo paso de avance para las fuerzas democráticas en su lucha por recuperar espacios político-institucionales que, por un lado, permitan al sector democrático demostrar que pueden contribuir de manera eficiente con la solución de los ingentes problemas del país, y por otro, impidan el establecimiento de un sistema político y económico totalitario.
Haber mantenido las gobernaciones de Zulia y Nueva Esparta, sumar las de 3 estados tan importantes para el país, como Miranda, Carabobo y Táchira, así como ganar las Alcaldías Metropolitana de Caracas, Maracaibo, Sucre (Miranda), Ciudad Bolívar, Mérida, San Cristobal y otras, en su conjunto, representan un hecho político de no poca significación política. Estas regiones albergan el grueso de la actividad política, económica, social y cultural de la Nación, lo cual no puede perderse de vista a la hora de hacer el balance de los resultados.
Estos logros cobran mayor trascendencia si tomamos en cuenta la desigual competencia electoral que hemos librado. Todos los recursos materiales de uno de los Estados más poderoso del hemisferio fueron puestos de manera ilegal y obscena al servicio de los candidatos gubernamentales. La compra o neutralización de conciencias, la intimidación de los empleados públicos, el uso ilícito de los bienes públicos, de los medios radioeléctricos estatales, de las abusivas cadenas televisivas interminables y la participación directa del Presidente de la República, configuraron de manera grosera un cuadro de ventajismo apabullante en el que fue en extremo difícil competir.
No obstante, y a pesar de que el mayor número de gobernaciones y alcaldías sigue estando en manos del oficialismo, hay razones suficientes para sentirse optimista respecto del futuro de las fuerzas democráticas y su objetivo a mediano plazo de convertirse en mayoría con un liderazgo amplio e incluyente.
En todo caso, el resultado electoral expresa más cabalmente la realidad política del país y nos deja un país más plural y equilibrado.
Es necesario que en esta larga y compleja lucha por rescatar la democracia, las fuerzas de oposición redoblen sus esfuerzos por corregir sus fallas de organización y coordinación no sólo en lo atinente a las acciones concretas conjuntas y en el mensaje comunicacional sino también en el ámbito de lo estrictamente electoral. En este último campo todavía subsisten fallas que es urgente subsanar.
Aun cuando existen asuntos políticos de fondo sobre los que los partidos deben tomar cuidado especial, la unidad estratégica sigue siendo una asignatura pendiente que los próximos eventos electorales están exigiendo solventar.
En un plazo de menos de dos años tendremos 3 eventos electorales: el nuevo referéndum sobre la reelección presidencial perpetua (posiblemente en Marzo 2008), las elecciones de concejales (agosto 2008) y las de diputados a la Asamblea Nacional (a finales de 2010), sin perder de vista el de 2012.
Estos compromisos político-electorales demandan una mayor energía de parte de la sociedad venezolana. Exigen de las distintas fuerzas organizadas, políticas, sociales, vecinales o gremiales, una voluntad clara y decidida que refuerce la unidad, el diálogo y el accionar conjunto. El adversario que enfrentamos es poderoso, inescrupuloso y arbitrario. Ante sus desafueros la única garantía de triunfo es la unidad y la resistencia democrática. Nuestras armas son la movilización popular, nuestra voz y el voto. Pero también es menester la creación de un centro de dirección de la unidad que confiera a la acción política mayor eficacia en los resultados.
En menos de 3 meses, con seguridad, tendremos otra jornada electoral propulsada por una ambición desmesurada de poder. Lo inconstitucional de la propuesta y el rechazo ya expresado por la mayoría del pueblo venezolano el 2D de 2007, parecen importar poco a un Presidente que luce fuera de sí.
Ante este nuevo desafío, es necesario conformar un movimiento amplio y plural de toda la sociedad y de todas sus regiones, para rechazar el intento de establecer una presidencia vitalicia contraria a las tradiciones republicanas y democráticas de la Nación.
Como organización de la sociedad civil que somos, cuyo fin es aportar nuestros modestos conocimientos, reflexión y nuestro trabajo a las distintas iniciativas que acometan las fuerzas democráticas venezolanas, hacemos un llamado al país a no desmayar en la defensa de sus más preciados valores de libertad y convivencia civilizada y a sus aspiraciones de una sociedad más próspera y equitativa, así como a estar alertas ante las arremetidas autoritarias del poder en contra de la descentralización. Estamos seguros que unidos podremos vencer las amenazas que se ciernen sobre nuestra democracia.
Por el Grupo:

Emilio Nouel.
Juan Mijares
Manuel Sánchez
Reinaldo Rasquin

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