Libertad!

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jueves, 11 de diciembre de 2008

¿CUAL DE LOS DOS BOLÍVAR ES EL VERDADERO?

"Es superior a las desgracias, al infortunio y a los reveses; su

filosofía lo consuela y su espíritu le suministra medios para

repararlos; sabe aprovecharse y valerse de ellos, cualesquiera

que sean; su política no perdona ninguno, pero, como conoce

a fondo el corazón humano, sabe dar o negar su estimación. Es

susceptible de mucho entusiasmo. Grande y constantemente

generoso, su desinterés es igual a su generosidad. Le gusta la

discusión; domina en ella por la superioridad de su espíritu,

pero se muestra algunas veces demasiado absoluto, y no es

siempre bastante tolerante con los que le contradicen.

Perú de La Croix

En estos días en que se pretende fastidiarnos la Navidad promoviendo una enmienda de nuestra constitución en la materia relativa a la reelección presidencial, los que se oponen a esa propuesta, han citado mucho a Bolívar con el propósito de apuntalar su posición de rechazo.

Desde el campo del gobierno, se oyen también voces que hacen otro tanto con el pensamiento de Bolívar.

Ante este bombardeo de citas bolivarianas, cualquiera pudiera legítimamente preguntarse, un poco confundido ¿Se están refiriendo al mismo personaje? ¿Podría haber dicho Bolívar cosas tan contrapuestas sobre el mismo tema? ¿Quién tiene la razón?

¿A cual de los Bolívar nos remiten? ¿Cuál es el verdadero?

En el campo de la oposición, quienes echan mano del legado bolivariano puede que estén cometiendo el mismo error que le hemos venido cuestionando desde hace mucho al proponente de la enmienda: el uso indiscriminado, descontextualizado y distorsionado del pensamiento de El Libertador.

En la vida de Bolívar, concretamente en su pensamiento político, los aficionados a la historia, incluido en este grupo quien escribe estas líneas, podemos identificar, ciertamente, varios Bolívar, aunque, obviamente, existan aspectos fundamentales que mantuvo hasta su muerte.

Esos varios Bolívar tienen que ver, desde luego, con cada suceso complicado que vivió; no por casualidad se llamó a sí mismo, "el hombre de las dificultades". Así, los que de él conocen sólo sus momentos estelares y frases más célebres, podrían verse sorprendidos por conceptos emitidos en ciertos momentos, que no encajarían bien con la idea general que tenemos del pensamiento bolivariano.

¿Conocen muchos, por ejemplo, esta frase de El Libertador:"Entreguémonos en cuerpo y alma a los ingleses. No podemos existir aislados, ni reunidos en federación sino con en el beneplácito de los ingleses. Toda América junta no vale una armada británica" (Carta aSantander)? ¿Era Bolivar un piti-inglés? ¿Un lacayo del imperialismo británico? ¡Fin de mundo¡ ¿Qué diría al respecto el imán Pérez Arcay?

O esta otra, refiriéndose a EEUU: "han sido, y son el pueblo modelo: ellos que reúnen la mayor suma de dicha social al poder que da el orden, al poder que da la libertad. Los Estados Unidos, hijos de Inglaterra, fueron los primeros que nos enseñaron el sendero de la independencia, y esta tierra cifra su dicha en imitar los ejemplos de gloria, de libertad y de virtud que recibe de los Estados Unidos." (Carta al primer embajador de EEUU ante la Gran Colombia, Mr. Beaufort T. Watts).

¿Cómo se compadece entonces esta opinión con la que la izquierda siempre saca por allí atribuida a Bolívar de que EEUU "está condenado por la providencia a plagar de miseria a los pueblos de América en nombre de la libertad"? ¿Era El Libertador pitiyanqui y luego se volvió antiyanqui? ¿En qué quedamos?

En relación con lo de la presidencia perpetua que hoy se pretende imponer a troche y moche, violentando la Constitución, vale, igualmente, preguntarse a cuál de los Bolívar no estamos refiriendo.

¿El del Congreso de Angostura (1819) o el de la Constitución de Bolivia (1826)? ¿Con cual nos quedamos?

En el primero dijo: "La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana, y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado, que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente".

Sin embargo, 7 años después, la misma persona, en su Discurso a la Asamblea Constituyente de Bolivia, expresa lo que sigue: "El Presidente de la República viene a ser en nuestra Constitución, como el Sol que, firme en su centro, da vida al Universo. Esta suprema Autoridad debe ser perpetua; porque en los sistemas sin jerarquías, se necesita más que en otros, un punto fijo alrededor del cual giren los Magistrados y los ciudadanos, los hombres y las cosas. Dadme un punto fijo, decía un antiguo, y moveré el mundo. Para Bolivia, este punto es el Presidente vitalicio. En él estriba todo nuestro orden…"

¿Cual de los Bolívar es el verdadero?

Por cierto, ese gran intelectual, historiador y hombre público venezolano que fue Pedro M. Arcaya, señalaba sobre el tema que nos ocupa lo siguiente: "Estúdiese la historia de Bolívar imparcialmente y se hallará que como doctrina de Gobierno sustentaba la necesidad de un poder ilimitado, la tutela ejercida sobre la Nación para salvarla, a su modo de ver, de la anarquía y el desorden; en una palabra, la dictadura suya considerándose él como llamado a misión providencial; en el fondo la misma concepción de los monarcas españoles." ¿Bolívar también monárquico?

Definitivamente, nuestro Bolívar fue un hombre de carne y hueso, con grandes virtudes y grandes defectos, genial y contradictorio, que durante su vida estuvo sometido a situaciones tan diversas, que sólo un cierto sentido político pragmático pudo permitirle sortear tantas dificultades, mientras que la suerte política y las energías vitales lo acompañaron.

Todos sabemos cómo terminó esta historia. Y no está de más recordar otras palabras, ya al final de sus días, muy decepcionado, y que pueden asimismo impactar a los adoradores del culto bolivariano. En carta a su amigo Estanislao Vergara (1830), Bolívar dijo nada menos y nada más que esto: "Créame usted, nunca he visto con buenos ojos las insurrecciones; y últimamente he deplorado hasta la que hemos hecho contra los españoles"

¿En cual Bolívar creemos? ¿En el joven e impetuoso que se comía el mundo o en el acabado y desilusionado que se lamentaba de haberse levantado contra España? ¿Cuál de los dos tuvo la razón?

Y en materia de elección del presidente del poder ejecutivo ¿Angostura o Bolivia?

¿No sería mejor dejar tranquilo a Bolívar en el sitial de gloria que le ha conferido la Historia, y tratar más bien de sustentar con argumentos actuales, propios de nuestras sociedades modernas, la necesidad democrática de que nuestros gobernantes no tengan la posibilidad de eternizarse en el poder, y que el principio de alternabilidad sea un rasgo fundamental de nuestro sistema político?

¿Acaso no nos corresponde a los venezolanos de hoy analizar con nuestras propias cabezas los eventos que nos afectan y generar los argumentos y las acciones que nos permitan avanzar hacia la democracia próspera y libre que nos merecemos?

EMILIO NOUEL V.


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