Súmate destaca que la confianza no se traslada al organismo electoral
Para Machado es un error no denunciar las irregularidades de los eventos electorales por temor a que la desconfianza genere abstención (Kisaí Mendoza)
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Las irregularidades
Los logros alcanzados por la oposición en los últimos dos procesos electorales no están atados a una limpia actuación del árbitro, sino a la participación de la ciudadanía en la defensa de su voluntad expresada en las urnas, afirma María Corina Machado, presidenta de la Asociación Civil Súmate. Asegura que el análisis de los eventos comiciales en el país desde 2004 revela que existe una gran diferencia entre la confianza de los venezolanos en el voto y la que genera el operador electoral. "Si hay algo positivo de todo lo ocurrido en esto años tan difíciles es haber entendido que se puede desconfiar del Consejo Nacional Electoral (CNE) pero revalorizar y defender la institución del voto".
A su juicio, comprender que hay un administrador electoral que "ha cometido innumerables irregularidades; que está parcializado y que incluso estaría dispuesto a hacer mayores alteraciones en el futuro", resulta una ventaja en términos de trazar estrategias de participación y de defensa del voto. "El gran reto está en qué hacer: nos quedamos de brazos cruzados y nos frustramos, o ponemos creatividad, inteligencia, trabajo, constancia y organización para superar los obstáculos, esto último fue lo que pasó en las dos anteriores consultas y lo que marcó la diferencia".
Machado cuestiona la tesis de que no se puede denunciar al CNE porque eso genera desconfianza y esa desconfianza genera abstención. Asegura que ese es un "chantaje irresponsable", que lo que hace es cerrar los ojos al pueblo y que además desconecta al liderazgo de la gente que efectivamente vivió esas irregularidades en carne propia, en su centro de votación.
La presidenta de Súmate subraya que la desconfianza en el CNE está más que justificada y no es exclusiva de los sectores que se oponen al Gobierno. "Llama la atención que las denuncias más fuertes sobre el árbitro electoral han sido realizadas por la disidencia del chavismo: PPT, PCV, Podemos, partidos que se consideran independientes o seguidores del Presidente, que estuvieron muy cercanos al CNE pero que ahora al tener que disputarse espacios con el PSUV se hacen eco de cuestionamientos planteados hace mucho tiempo".
Los retos del futuro El 2 de diciembre de 2007 y el 23 de noviembre pasado tuvieron un efecto positivo en los venezolanos, que se dieron cuenta de que podían manejar las condiciones adversas para defender el voto como institución y la descentralización como principio constitucional. Para Machado, ahora se plantea un nuevo reto: hacer frente "a la intención continuista del presidente Chávez", es imprescindible tomar en cuenta las irregularidades cometidas por el árbitro antes, durante y después del último proceso para poder hacerles frente a futuro.
Un registro electoral inauditable, unas máquinas captahuellas que se mantienen en el proceso para intimidar al elector; el uso de los medios del Estado para hacer campaña y el tema de las inhabilitaciones políticas son algunas de las irregularidades que Súmate identificó antes del día de la votación. Machado explica que otra serie de anomalías se presentaron durante la jornada electoral del pasado 23N: "Usando como argumento la complejidad del proceso se justificó que miembros de mesa asistieran a algunas personas a sufragar; afortunadamente la normativa electoral de este año incorporó un ar- tículo que restringía a un acompañante por persona".
Otra gran cantidad de denuncias que llegaron a la organización se referían a los obstáculos que impusieron efectivos militares del Plan República y funcionarios del CNE a la labor de los testigos: "Desde la prohibición de entrada al centro electoral, a pesar de estar acreditados por el CNE, pasando incluso porque en algunos momentos el Plan República intentara desalojarlos o limitarles el acceso a las actas". Señala que también generó mucho ruido en varios estados una supuesta orden a los miembros de mesa de hacer el sorteo de las cajas a ser auditadas a las 2 de las tarde, y de notificar al CNE en dónde se realizaría la revisión. "Lo que obviamente de haberse hecho hubiera anulado la aleatoriedad del proceso y la validez a la auditoría". La irregularidad más notoria que se presentó el pasado 23 de noviembre se refiere al cierre de centros. "Las denuncias son múltiples sobre lugares en los que ya a las 4 de la tarde no había electores en cola y aun así el Plan República y el personal del CNE obligó a mantenerlos abiertos hasta después de las 6, 7 y hasta las 10 de la noche; incluso hubo quejas de que se obligó a la reapertura de algunos centros de votación".
La directiva de Súmate advierte la gravedad de una anomalía como ésa, con la cual "se permite la alteración de los resultados, tomando en cuenta que propicia que se obligue a ciudadanos a votar, al tiempo que genera dudas acerca de que algunos grupos movilizados puedan estar sufragando más de una vez.
Hay que tomar en cuenta que además retrasa la conclusión del proceso y sobrecarga de trabajo a miembros y testigos de mesas. No son menos graves las fallas que se presentan después de cerrado el acto de votación -asevera María Corina Machado-, quien coloca como ejemplo el referendo sobre la reforma realizado el 2 de diciembre de 2007.
"A más de un año de la consulta todavía hay 13,5% de las actas que no han sido publicadas. Un millón ochocientos mil votos que no aparecen, no están en la página del CNE ni se han entregado a los partidos o a alguna organización civil". La clave está en la unión Ante la posibilidad cierta de que en el primer trimestre de 2009 se realice la consulta sobre la enmienda a la Constitución para la reelección indefinida, Machado insta a los partidos de oposición a consolidar la unidad en favor de la defensa del voto. vcastillo@eluniversal.com
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