OBAMA EL EQUILIBRISTA
Mientras que las estrellas del mundo del espectáculo se disputan su participación en el acto de toma de posesión de Barack Obama, el cual espera reunir entre 3 y 4 millones de personas, el nuevo mandatario estadounidense hace los nombramientos más importantes de su gabinete ministerial.
El complicado entorno económico-financiero, las variadas y altas expectativas de la población norteamericana y los distintos conflictos en los que por su naturaleza de potencia global está envuelto EEUU, ha colocado al Presidente Obama en una muy particular situación a la hora de escoger a sus más cercanos colaboradores.
Hacia dentro deberá conciliar y unir esfuerzos que le permitan lidiar exitosamente con las dificultades económicas y políticas y reencaminar la economía nacional, y hacia fuera, debe recuperar la imagen bastante deteriorada de EEUU, minimizar resistencias, reforzar y/o restablecer alianzas, así como abrir un intenso diálogo con muchos regiones, en especial, nuestro hemisferio, sobre muy álgidos temas.
Las tareas para este nuevo Presidente son extremadamente complejas y con soluciones difíciles a mediano y largo plazo. Los dos frentes, el interno y el externo, se disputarán su atención, aun cuando lo que ocurra en uno traerá ineluctablemente secuelas en el otro y viceversa. La fijación de prioridades, como es natural, encerrará muchos riesgos. Concentrarse en un frente puede conducir a descuidar el otro, y esto puede traer consecuencias no deseadas.
Obama deberá moverse entre los efectos sociales internos de la crisis económico-financiera y la dinámica del mercado energético mundial, entre la crisis crónica del Medio Oriente, Irak e Irán y los movimientos geopolíticos de Rusia, entre la paralización de las negociaciones comerciales en
Son los gajes del oficio de potencia global.
Para
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