Marisol Fucci Bornachera //
Nuevamente Venezuela enfrenta un compromiso electoral, apostando una vez más su voto por la democracia, ya se comienzan a deslumbrar nombres y mil colores partidistas hacia la gran contienda del año 2008. En este periodo electoral los venezolanos queremos conocer sin límites las estrategias y proyectos claros, concisos y realistas, que lograran el verdadero cambio en nuestra nación.
En reiteradas ocasiones los ciudadanos venezolanos hemos respaldado sin límites, las continuas contiendas electorales. Entonces porque los candidatos, futuros alcaldes y gobernantes, nos limitan la información, de claridad en la comunicación, de respuestas oportunas y favorables para las comunidades. Porqué olvidan tan rápido el compromiso que asumen como dirigentes públicos, y dejan a un lado la opinión del soberano, quien es el que conoce y padece en carne propia los problemas de su comunidad y la ciudad.
El soberano está cansado de escuchar siempre lo mismo, ya no queremos representantes que coloquen límites a su responsabilidad, necesitamos gobernadores y alcaldes capaces de asumir con entusiasmo y valentía la aplicación de nuevas estrategias de gobierno, que realmente logren solventar los problemas, que sin límites están acabando con nuestra nación.
Dirigentes que no olviden el pasado, pero que tampoco malgasten tanto tiempo de su gestión criticando los gobiernos anteriores. Gobernantes conscientes de que el cambio de un pueblo se inicia con el cambio de su gente. Gente que sigue a verdaderos líderes y que poco le importan ya las palabras, porque un hecho habla más que mil palabras, cuando una nación ya ha comprendido que de nada vale el color de un partido, las bonitas palabras y promesas sin cumplir, y que mucho vale un líder preocupado y ocupado por no ver caer a su gente.
Venezuela necesita gobernantes sin límites a la hora de defender lo nuestro, que conozcan la verdadera realidad de los barrios, cárceles, hospitales, escuelas, universidades, y servicios públicos; que centren toda su atención en resolver problemas concretos, y que no comentan el error de prometer sueños e ideales que jamás serán cumplidos, porque quien juega con los sueños de un ser humano no merece ser llamado representante del pueblo.
Aquí y ahora necesitamos dirigentes capaces de poner límites a la delincuencia, al robo, a las muertes, a la burocracia en los procesos. Porque poco concibe el que gobierna para obtener poder, pero pronto olvida por completo, que su límite llega hasta donde el soberano lo pierde.
Mg. En Gerencia de Empresas marfucci3@hotmail.com
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