SOBREDOSIS
Beatriz de Majo
Una torpeza de antología
De nuevo está en el tapete colombiano la posibilidad de reelegir por segunda vez a Álvaro Uribe para la presidencia de su país. La torpeza esta vez viene de la “U”, la coalición de partidos que apoyan a Uribe y los más fervientes defensores de la gestión presidencial. No se percatan estos políticos cuan a destiempo están hablando de una propuesta que podría cuajar si fuera presentada en el momento oportuno y como, ventilado en este punto y hora, pudiera convertirse en la estocada mas directa a la gestión actual del presidente paisa quien tiene en su activo actual, después de casi 6 años en el candelero, un índice de favorabilidad gigantesco. Pero es que es precisamente esta apoteósica aceptación que exhibe desde fines de año pasado el Presidente lo que los anima a pensar que llega la hora de asegurarle un tercer mandato.
No ha faltado en Colombia quien apunte que de mantenerse esa pretensión en la filas del uribismo lo que se conseguirá es que cada uno de los actos presidenciales- y anotemos que el mandatario tiene el plato súper lleno en este momento- adquirirá un valor electoral y se convertirá en un objetivo para bombardear al gobernante y al candidato.
Pero es que la política es así. La idea de convocar un referendo para decidir si la población quiere una competencia en la que Uribe participe de nuevo, surgió a raíz de la monumental marcha en contra de las FARC que Colombia protagonizó la semana pasada. Hasta el Carnaval de Barranquilla decidió hacer una pausa. Pero la manifestación masiva que reiteró el rechazo a la insurgencia en más de 100 ciudades colombianas no podía ser utilizada como un estandarte político, de acuerdo a sus organizadores. Pero dejar pasar una expresión popular tan multitudinaria y no usarla como un estandarte de apoyo al gobierno era demasiado pedirle a sus seguidores. 48 horas después, ya los de la “U” estaban en plan de recoger las cinco millones de firmas necesarias para la propuesta plebiscitaria que permitiría modificar la Constitución.
Lo cierto es que el momento actual es particularmente gratificante para el mandatario neogranadino. El turismo, la industria, el sector financiero, la construcción y el comercio al por mayor y al detal han conseguido generar puestos de trabajo que se cuentan por cientos de miles y la política de seguridad democrática les permite a 15 millones de vecinos que transitan por las carreteras de Colombia, hacerlo sin espanto.
Pero la cuesta que tiene el gobierno de Colombia en el terreno del desmonte de la guerrilla y de su incorporación a la vida civil es muy empinada. Si esta meta la alcanza con honores, Uribe debe retirarse a cargar con sus laureles frente a la Historia. De lo contrario, es clarísimo que la antorcha la debe portar otro. Pero en todo caso no es este el momento de politiquear con tan serio asunto.
kontenidos@cantv.net.Venezuela Analitica
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