Libertad!

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miércoles, 20 de febrero de 2008

Elecciones,construcción de consenso y recuperación demócratica

VENEZUELA ANALITICA
20 DE FEBRERO 2008.

ELECCIONES, CONSTRUCCIÓN DE CONSENSOS Y RECUPERACIÓN DEMOCRÁTICA

EMILIO NOUEL V.

En medio de un ascendente descontento de la población de cara a las ejecutorias gubernamentales, cada día más erráticas e infructuosas, las fuerzas democráticas venezolanas se aprestan a designar sus abanderados y a promover las propuestas de gobierno regional y municipal que competirán en las elecciones del mes de noviembre.
Al respecto y en primer lugar, hay que decir que el hecho de que nos preparemos para tal contienda, no debe hacernos olvidar las amenazas reales a la democracia y la libertad que el régimen actual representa. Conquistar espacios político-institucionales no es contradictorio con la imprescindible lucha por recuperar un clima de plenas libertades y el Estado de derecho en el país.
De allí que subrayemos hasta la saciedad la necesidad de la unidad entre los distintos partidos y organizaciones políticas que comparten el credo democrático. Sin la convergencia de éstos, el esfuerzo por lograr mayores espacios institucionales podría ser ineficaz, razón por la cual es tarea prioritaria la construcción de consensos amplios, incluyentes y no sectarios, en torno a los mejores candidatos con programas concretos y viables.
Las nada halagüeñas perspectivas económicas del 2008 configuran un cuadro que profundizará el desencanto frente al gobierno y reforzará la conflictividad social que desde el año pasado se viene asomando con fuerza. Las cuentas públicas muestran evidencias poco estimulantes. Las políticas macroeconómicas desacertadas generan inestabilidad e inseguridad de la inversión productiva y los servicios públicos están colapsando.
La inflación y el desabastecimiento de alimentos, por un lado, y por otro, el acorralamiento de la actividad económica privada, no ayudan a una reactivación saludable del aparato productivo.
Este cuadro lamentable y potencialmente peligroso, sin embargo, representa una oportunidad para las fuerzas democráticas en su lucha por recuperar instancias y mecanismos institucionales que permitan la consolidación de una alternativa política que frene y domine a la barbarie.
Pero para ser eficaces en este propósito debemos construir a la brevedad los consensos necesarios. Esto implica altas dosis de sentido común, coraje, responsabilidad y sincero compromiso en cada uno de los actores políticos más relevantes, sin que esto signifique renuncia o claudicación de principios, pensamientos y filosofías políticas particulares.
Ya han surgido en el seno de las fuerzas democráticas precandidatos para las distintas posiciones. Aspirar a ellas es un asunto libre. Pero lo que debe esperarse de los aspirantes, es la conciencia respecto de las posibilidades reales de lograr cada uno de los objetivos que deseamos todos. Mucho tiempo, esfuerzos y dinero nos ahorraríamos si de manera responsable los precandidatos sin probabilidades de triunfo se retiraran a tiempo, evitando así luchas estériles.
Obviamente, el método de las encuestas debe ser utilizado en los casos en que los consensos no se den de manera clara. Por otro lado, los candidatos de evidente y claro liderazgo político y social deberían contar de una vez con el apoyo de todos.
Afortunadamente, las fuerzas políticas, en un acto de madurez y pragmatismo, han descartado métodos de escogencia de candidatos altamente inconvenientes, como son las elecciones primarias o el establecimiento de listas de requisitos o baremos absurdos, administrados por vacas sagradas erigidas en oráculos inapelables, los cuales, en las actuales circunstancias, podrían ser traumáticos y costosos.
De los dirigentes y partidos democráticos esperamos un compromiso responsable, decidido y sincero de asumir de manera concertada, no sólo la campaña electoral, sino también las tareas de gobierno en aquellos espacios institucionales que se obtengan. Estamos aspirando a gobiernos coaligados y amplios, que tengan como norte y principios la eficacia administrativa en los todos los servicios, la pulcritud en el uso de los dineros públicos y la equidad social.
Tanto los ciudadanos de a pie como las distintas organizaciones de la sociedad civil, estamos atentos a tal demostración de conciencia, desprendimiento y de unidad estratégica.
Sabemos que poner de acuerdo a tantas cabezas y opiniones no es nada fácil. Pero igual estamos convencidos de que no es imposible la construcción de un vasto consenso político en torno a programas y candidatos unitarios, sobre todo en regiones, municipios o ciudades importantes en los que las probabilidades de triunfo son ciertas.
Tenemos ante nosotros -los que creemos en la democracia, la libertad y la equidad social- una gran ocasión para avanzar y consolidar una mayoría que se abrió paso el 2 de diciembre pasado, y así, poder derrotar las pretensiones antinaturales de instaurar una tiranía totalitaria.

EMILIO NOUEL V.

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