Amigos:
Esta misiva la encontré en un blog cubano de La Habana ,publicada antes de ser electo Raúl Castro como sucesor de Fidel
Joaquin
7 de Febrero, 2008
Se acercan las elecciones del 24 de febrero y en las calles de mi ciudad poca gente se pregunta quién será nuestro próximo Presidente. No obstante he decidido hacer el ejercicio –inútil- de apuntar cómo desearía que fuera la persona que nos va a representar:
- No quiero un militar para estar al frente del país (ya saben que le tengo alergia al verde olivo). Prefiero a los civiles que no hablan de cañones, pero conocen mis angustias y mis dificultades cotidianas.- No deseo otro líder “carismático” (eso sólo sirve para quedar bien en las fotos o convertirse en ídolo); sino un modesto administrador que cuide los recursos del país y no crea que nos “dirige” sino que sepa que debe “servirnos”.- Me gustaría alguien que al terminar su período de mandato le ceda la silla al próximo que será electo; o que podamos levantarlo nosotros mismos en caso de que deje de representarnos.- Sueño con (y aquí se me sale el feminismo) una pragmática ama de casa, que desde allá arriba esté preocupada por lo que ponemos en nuestras cazuelas y dedicada a reconciliar a sus “pendencieros” hijos.- Espero no contar con otro orador de competencia, sino con un raro espécimen de político que sepa escucharnos.- No estoy esperando por un padre –omnipresente y omnipotente- sino por un Presidente, del que pueda quejarme –libremente- en público.
Se acercan las elecciones del 24 de febrero y en las calles de mi ciudad poca gente se pregunta quién será nuestro próximo Presidente. No obstante he decidido hacer el ejercicio –inútil- de apuntar cómo desearía que fuera la persona que nos va a representar:
- No quiero un militar para estar al frente del país (ya saben que le tengo alergia al verde olivo). Prefiero a los civiles que no hablan de cañones, pero conocen mis angustias y mis dificultades cotidianas.- No deseo otro líder “carismático” (eso sólo sirve para quedar bien en las fotos o convertirse en ídolo); sino un modesto administrador que cuide los recursos del país y no crea que nos “dirige” sino que sepa que debe “servirnos”.- Me gustaría alguien que al terminar su período de mandato le ceda la silla al próximo que será electo; o que podamos levantarlo nosotros mismos en caso de que deje de representarnos.- Sueño con (y aquí se me sale el feminismo) una pragmática ama de casa, que desde allá arriba esté preocupada por lo que ponemos en nuestras cazuelas y dedicada a reconciliar a sus “pendencieros” hijos.- Espero no contar con otro orador de competencia, sino con un raro espécimen de político que sepa escucharnos.- No estoy esperando por un padre –omnipresente y omnipotente- sino por un Presidente, del que pueda quejarme –libremente- en público.
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