"Lo peligroso es que cuando Lina habla, la gente jura que habló Chávez"
Clodovaldo Hernández
Lina Ron denuncia que la policía política se dedica últimamente a allanar y perseguir chavistas, mientras los conspiradores sifrinos se pavonean ufanos por sus pateaderos de cinco estrellas, sin que nadie les pida ni la cédula.
Parece cosa de Nuestro insólito universo, pero -siempre según la narrativa de la comandanta- todo está funcionando como en los viejos tiempos: los chicos malos de la Disip llegan de madrugada, con sus lentes oscuros, en sus carros negros de antena larga, entran como río en conuco en las humildes viviendas de los irreductibles camaradas del 23 de Enero y comienzan a buscar material subversivo. "¿Qué carrizo está pasando, Rodríguez Chacín?", inquiere Lina en su tono vehemente y pendenciero.
Tal como están desarrollándose los acontecimientos, es posible que en breve el ultrachavismo se queje tan amargamente de los excesos del "rrrrégimen" como suele hacerlo el ultra-antichavismo. Se cuenta y no se cree.
Consulto a Prodigio Pérez y me dice que es un fenómeno sumamente raro: por un lado hay un sector de la policía que, después de casi diez años, sigue actuando como si la derecha siguiera en el Gobierno. Por el otro, hay un sector de la militancia chavista que continúa actuando como si estuviera en la clandestinidad. "Eso explica que haya simpatizantes del Gobierno jugando a los guerrilleros y poniendo niples. Y que haya policías allanando las casas de los revolucionarios", subraya.
La politóloga advierte que el asunto del 23 de Enero, apenas esbozado por Lina Ron, es un trompo enrollado que provoca escalofríos incluso en esos barrios bravos de izquierdistas con tabaco en la vejiga. "Cuando Lina dijo que aquí estaba a punto de formarse un parampampán, de seguro que pensaba en el mecanismo de resolución de controversias de la parroquia de los superbloques", aventura la experta, quien cuenta con sus propias redes de inteligencia social en territorio apache. "Lo peligroso es que cuando ella habla, la gente jura que habló Chávez".
Según Prodigio, mientras en lo alto del PSUV pretenden resolver sus dilemas expulsando gente y acusándose mutuamente de corruptos e imperialistas, abajo tienen ganas de arreglarlos al estilo 23. No olvide su chaleco antibalas.
Desde luego, quienes están salivando y sacando cuentas ante este peculiar escenario -chavistas allanando a chavistas, no le digo, pues- son los Venezolanos Voluntarios con Bush y los miembros de la Alianza de Articulistas Antichavistas (la venerable Triple A). Después de diez años intentándolo todo para derrocarlo, tal parece que "el Gobierno autoritario" va a caerse de manera endógena, o sea, con una pequeña ayuda de sus amigos.
clodoher@yahoo.com
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