Ramón Hernández
Hasta esta mañana no se habían publicado las cifras de los tributos recaudados por el Fisco después de la orden del comandante-presidente de cobrarle un impuesto a la riqueza súbita, dirigido a pechar a las empresas petroleras que aumentan sus ingresos por azares del mercado. Con la subida del petróleo semipesado y sulfuroso a 100 dólares el barril, los agraciados por la fortuna se han multiplicado no de manera repentina sino muy bolivarianamente: sin sudar la frente ni doblar el lomo.
Sobre todo, los funcionarios cubanos encargados dirigir los asuntos financieros y crematísticos del Estado venezolano.
Los enviados por la nomenklatura habanera se regodean con sus ganancias abultadas libres de impuestos y "vacunados" contra el secuestro express y también de largo cautiverio.
Mira tú.
La triangulación de las operaciones económicas del Estado venezolano, que incluye la participación tarifada de un representante cubano en cada una de ellas, con las atribuciones propias de los extintos comisarios soviéticos, ha generado en la isla ostentosos beneficios para la élite gobernante. Si alguien lo duda, que vea los bien cortados trajes civiles que por primera vez viste Raúl Castro o revise los embarques que salen de La Guaira, Puerto Cabello y Guanta rumbo a Santiago y La Habana, sean donaciones del comandante-presidente o contenedores "privados" y "encomiendas" que despachan los huéspedes de los hoteles revolucionarios Alba y Anauco.
Las calamidades y miserias que perviven en los módulos de Barrio Adentro, contrasta con las bolsas de compras de los "médicos solidarios" y de los "técnicos deportivos", o con las comisiones que recibe el comité central del Partido Comunista de Cuba por su intermediación en asuntos de toda índole. Que para donarle 100 millones de dólares a Haití, Venezuela deba pagarle una comisión e intereses a Cuba, retrata al rompe lo que el entonces guerrillero Julio Escalona y los profesores Pedro Duno y J. R. Núñez Tenorio denunciaban en el Congreso Cultural de Cabimas, en 1973, como dependencia y neocolonialismo, pero ahora con otros neocolonizadores: los dinosaurios cubanos, los socio-listos.
Los grandes perjudicados de esta revolución incapaz de garantizar el abastecimiento son los venezolanos, que deben hacer grandes colas para comprar un kilo de leche en polvo, cara y de mala calidad, mientras los "socios" cubanos consumen y despilfarran las ganancias de Pdvsa. Vendo manual marxista-leninista que revela cómo cachicamo trabaja para lapa a nombre del internacionalismo proletario.
El Nacional
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