Libertad!

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sábado, 29 de marzo de 2008

Putas somos todos

Elizabeth Fuentes
elizabethfuentes@descifrado.com
26-10-2004

Que comience el ilustrísimo Poder Judicial por investigar la agenda negra de quienes les pagan por los favores recibidos. Que averigüen quién es la madama que les consigue los clientes y les facilita la bajada de la mula a determinados jueces a cambio de sentencias de lo más oportunas. No sería malo tampoco averiguar los nombres de los funcionarios del Inavi, de Conavi, de Fondur, de Minfra, quienes, cual fichera de burdel, cobran por debajo de la mesa a constructores, arquitectos e ingenieros, el 30% del total de la contratación respectiva a cambio de la firma millonaria del jefe revolucionario de turno.
Fantástico sería visitar el burdel que ha levantado el Gobierno en Fuerte Tiuna y donde funcionarios públicos de distinta índole y procedencia–ministerios, institutos autónomos, alcaldías, gobernaciones– son obligados a "hacer guardia" uno o dos días a la semana para "ayudar" a los militares a repartir los 200 mil bolos por cabeza que le dan a todos aquellos miserables que han desfilado por Miraflores con un papelito en la mano, solicitando una nevera o un rancho; 200 mil bolos que, como a las putas, le entregan chin chin a cambio de que le sigan ofreciendo su amor comprado a Hugo.
Ya quisiera cualquier ministro, de esos que el Presidente regaña y humilla públicamente cada semana, tener los cojones de Linda Loiza y enfrentarse a su poderoso torturador semanal, ese que los amenaza con cruzarle el rostro con un látigo si no se portan bien. Cuál de ellos se atrevería a hacer una huelga de hambre para protestar por tanto abuso, si todos andan de lo más felizmente desnudos y amordazados con su bozal de caviar y güisqui 18 años, maniatados dentro de sus camionetas Blazer, putas caras que llaman, dispuestas a complacer cualquier capricho del cliente a cambio de lujo y poder.
¿Y con cuál nombre bautizamos a la recién llegada al lenocinio, los nuevos empresarios salidos de la nada, vestidos casi de encaje negro, haciendo cola sumisos en ministerios y gobernaciones para conseguir los dólares, los permisos, el favoritismo oficial?
No es sólo sexo lo que se trafica en los prostíbulos. También implica transacciones de poder, de información, pactos secretos entre la perversión del cliente y el silencio de la meretriz. Cuidado si, a la hora de compararse, hay más organización, las cuentas están más claras y existen límites más confiables en una casa de citas que en este "Pez que Fuma" llamado Gobierno donde no falta ni siquiera Román Chalbaud.

PD: ¿Por cierto, qué revolución es ésta, García Ponce, que ha dejado incólume la vieja estructura adecopeyana, ésa donde los representantes de la clase dominante –los Carrera Almoina, por decir algo– siempre van a salir favorecidos a la hora en que se enfrenten a una pobre muchacha del pueblo que ustedes dicen representar?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola me llamo ricardo y no estoy de acuerdo con que putas son putas

Anónimo dijo...

hola me llamo victor y la erdad es que no estoy de acuerdo con eso de que todas son putas . todas las mujeres del mundo