Libertad!

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sábado, 15 de marzo de 2008

Reparto de la obra teatral: Las Paces de Santo Domingo

Adolfo P. Salgueiro //

La diplomacia demostró que sí puede desempeñar un rol estelar
La fase eruptiva de la confrontación andina ha cedido. Lejos están de haberse desactivado las causas estructurales que le dieron origen. Casi pudiéramos decir que las tensiones siguen vivas y "a toque" pudiendo revivir con igual o mayor virulencia.
Existen los optimistas que quedaron contentos con los abrazos de Santo Domingo y estamos los realistas que, como el suscrito, anticipamos que antes de tres meses seremos testigos de alguna nueva escaramuza con la ubicación temporal necesaria para realzar la figura del Gran Elector continental y/o eventualmente dar pie para la posposición del evento electoral de noviembre que ya se anticipa como el Waterloo del siglo XXI para el Napoleón de Barinas.
Como todos quienes nos abordan en la universidad, la calle, las reuniones sociales, etc., nos piden una opinión aquí nos atrevemos a ofrecer algunas cápsulas concentradas.

Leonel Fernández: el Presidente dominicano, gran operador político aprovechó su condición de anfitrión para realizar un excelente trabajo que permitió transformar un ambiente inicial de gallera en el escenario de abrazos y apretones de mano que -aunque forzados- quitaron el fusible a las tensiones.

Chávez: tuvo olfato político (que no equivale a escrúpulos ni a coherencia). Se dio cuenta que el show mediático/militar que había montado en pleito ajeno era ridículo y no tenía apoyo por lo que optó por la moderación en lugar del rol de "enfant terrible" de todas las cumbres.

Uribe: de lujo. Entró con marcador negativo de 20-1 y salió empatado. Expresó con señorío, paciencia y argumentos las razones que obligaron a su país a decidir la violación del territorio ecuatoriano. Quedó claro que la soberanía no solo implica derechos sino también obligaciones que Ecuador no atendió incurriendo en omisión rayana en la complicidad.

Correa: quedó colgado de la brocha. La desafiante actitud de vestal ofendida no recibió sino apoyo formal. El inexperto Presidente ecuatoriano fue azuzado por Chávez quien luego reculó tácticamente. Lo que sí quedó claro es que el joven mandatario se reveló como "cachorrito" del dueño de la chequera viéndose en la sospechosa necesidad táctica de aliviar su vejiga justo en el momento en que debía estar dando la cara.

Ortega: reconcomiado. Otro "cachorrito" que quiso pescar en río revuelto. Demostró su escasa catadura moral y falta de coherencia al reclamar a Uribe por lo mismo que él, como Presidente de Nicaragua, hizo en 1988 (Operación Danto 88) cuando el Ejército Popular Sandinista incursionó en territorio de Honduras con tres mil hombres persiguiendo a los "contras" que amenazaban a su gobierno. ¿Poca memoria o mucha intrepidez Sr. Ortega?

Diplomacia: profesión desacreditada en estos tiempos. Sin embargo demostró dos veces en una semana (OEA y Cumbre de Río) que sí puede desempeñar un rol estelar. En la OEA todos los países (a excepción de Nicaragua) votaron por la Resolución moderada que allí se propuso regañando a Colombia sin condenarla a nada. La diplomacia logró rápida y eficientemente atrapar el conflicto en sus redes desactivando su potencial explosivo. ¡Pas mal!

apsalgueiro@cantv.net El Universal

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