El fracaso de este régimen, sostenido por la capacidad de comprainterna y externa de voluntades y conciencias, otorgada por unos recursos petroleros que comienzan a ser menos abundantes, resulta irreversible
Por: Freddy Núñez
Compatriotas: Ustedes padecen -como nadie- estos turbios tiempos imposibles de creer. El país esta secuestrado por un régimen cuya capacidad corrosiva destruye con absoluta irresponsabilidad instituciones y personas.
La estupidez se ha instalado como una pesada, amorfa y maloliente atmósfera, ante la cual un ser humano sensible, o de mediana inteligencia, no puede sentir sino vergüenza.
Once años de violencia estéril, con el odio como inspiración, han creado un país sórdido física, moral y espiritualmente. La estulticia entronizada reina sobre la razón, y el empeño en volver al comunismo de las peores épocas de la historia humana, cuenta en todas las instituciones con hombres y mujeres sin un mínimo de conciencia y dignidad para enfrentar la barbarie, dedicados como están al disfrute concupiscente del poder.
Serán arrollados por la historia. Aun cuando el cinismo y la mentira, como no me cansaré de repetir, han alcanzado en este régimen rango de política de Estado, no podrán triunfar en su empeño de manipular la historia.
Toneladas de testimonios de toda índole nos recuerdan las desgracias que para la especie humana significó el comunismo soviético, impuesto a sangre y fuego en Europa oriental, o lo que ocurre en la cárcel flotante del Caribe, o en China, o Corea del Norte, regímenes donde la vida tiene el precio de la horrenda humillación de no pensar, sentir o imaginar otra cosa que no sea lo que el gobierno, el partido o el imbécil del líder único impone.
La libertad es el bien más preciado al que puede aspirar un ser humano. La degradación de la justicia utilizándola como instrumento de venganza y retaliación política, inculpar inocentes, tratar de convertir a los villanos en héroes, muestra la hondura de la putrefacción del régimen.
Afortunadamente estamos en otros tiempos y circunstancias, muy distintos a los que hicieron posible los famosos “procesos de Moscú”. La mentira gracias a la globalización tiene patas cada vez más cortas, como bien lo demuestra la distancia que muchos países comienzan a tomar del señor Chávez, a quien más que oír, comienzan a ver.
El fracaso de este régimen, sostenido por la capacidad de compra interna y externa de voluntades y conciencias, otorgada por unos recursos petroleros que comienzan a ser menos abundantes, resulta irreversible.
La magnitud de la farsa es tan descomunal, la destrucción del país tan evidente, que resultará imposible parar el descontento, la rabia popular, en todas las áreas de la vida nacional.
Compatriotas: Estas tinieblas pasarán. Los traficantes de esperanza serán echados por el mismo pueblo que los puso a gobernar. Cuando la oprobiosa soledad del encierro y la ausencia de la familia les encojan el corazón, piensen que todo venezolano de buena voluntad está con ustedes.
Más temprano que tarde respiraran de nuevo libertad.
Los abraza, Freddy Núñez
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