Libertad!

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lunes, 7 de diciembre de 2009

Saul Godoy Gómez // La contrarrevolución obrera

Chávez sabe por dónde viene su final, ya siente los primeros tremores y todo indica que la debacle va a ser de gran magnitud. Se trata del movimiento obrero venezolano, al que tanto teme y que se ha dedicado a destruir, pero sin lograrlo. Y allí lo tiene, en las calles, afuera de los portones de las industrias básicas del Estado, enfrente de sus ministerios en huelgas de hambre, trabajadores del campo enfrentando a los piquetes de la Guardia Nacional, protestando por el sagrado derecho a un trabajo digno, luchando por sus prestaciones que se han ganado con el sudor de su frente y que no aparecen por ningún lado, a esos trabajadores, agreguémosle cada una de sus familias y dependientes, y nos encontramos con un mar de gente, indignada y dispuesta a no ser robados por lo que tanto han luchado.

Pero es un movimiento fracturado y sin aparente liderazgo, Chávez se ha encargado de crearles sindicatos paralelos, de financiar líderes falsos, de meterles oportunistas que solo están allí para lamerle la suela a la bota militar, con el solo propósito de ganar tiempo en mesas de discusión, en promesas de contratos colectivos, en pagos de prestaciones y sueldos caídos que nunca se van a cumplir, por dos razones: Se rumbearon los reales de los trabajadores, se robaron sus cajas de ahorro, sus jubilaciones y destruyeron su seguridad social. Segunda razón: el Estado está quebrado, solo tiene dinero para Cuba, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, no hay nada para honrar los compromisos adquiridos con la masa trabajadora venezolana, a esto, tenemos que agregarle la implacable inflación que hacen la vida cada día más costosa.

Lo único que sostiene a Chávez son promesas vacías, la violencia y unos jefes de sindicatos rojos rojitos que viven como reyes y se burlan de los trabajadores, han utilizado todo los trucos que tenían bajo la manga: divisiones, sobornos, chantaje… y hasta sicariato, y lo que han hecho es enfurecer a esa gran marea de gente que cada día se hace más inquieta, las movilizaciones son nacionales mientras el gobierno interviene empresas productivas y desestimula la inversión privada, son venezolanos en situación de paro sin tener a dónde acudir pues en el sector privado no hay empleo, Chávez se encargó de que eso fuera así. La CVG se derrumba por la ineficiencia, Pdvsa es un hormiguero de intrigas, el sector salud está en coma, la provincia no aguanta más invasiones y despojos de fincas productivas.

Hay venezolanos pasando hambre y angustias mientras nuestro dinero se lo llevan a manos llenas unos corruptos sin alma y unos desvergonzados extranjeros a sus países. Los trabajadores están claros, ningún militar corrupto puede ser obrerista, no pueden seguir a quien desprecia el trabajo y quien se burla de la familia venezolana, descubrieron, por la vía más dura, que el Estado socialista bolivariano es un patrono salvaje y esclavista, que los quiere ver sometidos a libretas de racionamiento y al trabajo voluntario no remunerado, lo único que le queda al gobierno es seguir corriendo la arruga, seguir endeudando al país salvajemente, engañar al pueblo con más promesas y esperar el milagro de una nueva alza del precio del petróleo… pero el tiempo se acabó, no hay nada más inmediato que tener comida en la mesa, luz y agua en la casa, un trabajo donde ganarse el sueldo y que el hampa no acabe con las esperanzas de los trabajadores.

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