Rafael Muci-Mendoza
Injusticia y catástrofe social les revienta en la cara
Revanchas de la naturaleza y del vendepatria. Fechas luctuosas han llegado con el anhelado frío que desciende del Ávila majestuoso. Aires de incuria, indiferencia, promesas incumplidas, duelo afectivo y material todavía no elaborado. Hay que seguir viviendo. Recuerdos que generan profunda ira& ¿Cómo pudieron? Luego de diez años del deslave, el litoral varguense reducido a piltrafa, lúcidos informes y planes para su recuperación engavetados por manos de la prepotencia y la ignorancia. ¡Qué triste es creer que se sabe!
Injusticia y catástrofe social les revienta en la cara. Madres dadoras de vida encuentran la muerte por falta de asistencia obstétrica; niños simientes de la patria, fallecen extenuados y niñas se embarazan a los 10 años; un verbo fanático y la impunidad trae la violencia, la peor pandemia, 11 mil homicidios este año, 30 por día, 1,25 venezolanos mueren cada hora. No pasa nada. El Hospital Vargas de Caracas, el bueno y bondadoso Vargas, yace ahogándose en la ciénaga de la inmovilidad, sus recintos profanados, llenos de cascajos. No hay pabellones de cirugía, no hay formación de nuevos cirujanos; postgrados médicos, otrora orgullo nacional, desaparecen. Todo para favorecer una "intro"-misió n médica cubana. El hombre no oye; de pocas luces, redomado payador, regurgita planes sin planes, montados sobre endeble parapeto propagandístico.
Habrán de pagar estos reos de crueldad, reos de indiferencia ante la muerte de la red hospitalaria nacional, reos de maldad por haber traicionado a esos que le siguen ciegamente, por haber vendido la patria y permitido la invasión cubana mercenaria sin disparar un solo tiro. La enfermedad no se remedia con palabras, la salud no se conquista sin trabajo digno y bienestar social.
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