Thor Halvorssen Hellum
Miércoles, 23 de diciembre de 2009
Ex presidente de la Compañía Anónima de Teléfonos de Venezuela (CANTV) y Embajador de la República de Venezuela
Para los noruegos, gente perspicaz y apacible, Vidkun Quisling* es sinónimo de traición. El entregó el país a los nazis, durante la II Guerra Mundial, mediante el engaño y el soborno. Por eso los recios escandinavos terminaron fusilándolo al final de la guerra.
Pero he aquí que ese personaje, de recuerdo detestable, ha reencarnado en el autócrata venezolano Hugo Rafael Chávez Frías. Al igual que Quisling, Chávez, el caudillo del socialismo del siglo XXI, o neocomunismo, entregó a su pueblo a un dominio extranjero, en este caso el cubano.
Lo curioso es que Vidkun Quisling se postró ante el poderío de las tropas de Hitler, pero Chávez aceptó voluntariamente la subordinación de Venezuela a una nación más pequeña y pobre, la Cuba de los Castro. Recuerdo que una ocasión el doctor Enrique Tejera Paris explicó que es la primera vez en la historia que un país mas débil, logra el control de otro mas fuerte.
Todo comenzó cuando el agente del partido comunista cubano, Ali Rodríguez Araque, llevo a Chávez a La Habana a conocer a Fidel Castro, de inmediato el déspota cubano descubrió que estaba frente a un ambicioso utilizable, y aprovecho para fascinarlo de tal modo, que hoy en día el enamoramiento de Chávez con el llega a extremos delirantes.
El resultado es que en la actualidad decenas de miles de cubanos cumplen tareas de servicios y/o control social e ideológico en Venezuela. De ellos está comprobado que por lo menos ocho mil se dedican a tiempo completo al espionaje. Espían no sólo a la oposición democrática venezolana, sino también a los propios cubanos actuantes en Venezuela y, lo más importante, a Chávez mismo y su entorno.
Los cubanos bajo el mando directo de Raúl Castro, tienen bajo su férula a la Fuerzas Armadas de Venezuela –que son dirigidas directamente desde La Habana, quedando el ministro y oficiales venezolanos como simples marionetas. Son prácticamente los dueños de todo el sistema comunicacional venezolano (teléfonos, correos, internet) y de registros, notarías e identificación.
Y por si fuera poco, Chávez le regala 100 mil barriles diarios de petróleo a Cuba. El consumo de las isla es de 70 mil barriles, los otros 30 mil los negocia su antojo y beneficio la familia Castro. O sea que Cuba se ha convertido en exportador de petróleo, sin producirlo, a costa de Venezuela.
Hay que destacar sin embargo, que Hugo Chávez depende para su seguridad personal de los gendarmes que Castro puso a su disposición. Los anillos de protección del teniente coronel golpista venezolano, son todos cubanos. El no confía en sus aliados nativos. Por eso es que se dice que, a la hora de la verdad, la vida de Chávez esta en manos de Raúl Castro, el es el único que puede ordenar su liquidación.
En su circular afán repetitivo, la historia nos vuelve a sorprender: el traidor de estirpe vikinga Vidkun Quisling, reencarnó en el trópico en la figura hoy desteñida de Hugo Rafael Chávez Frías.
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