Libertad!

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domingo, 18 de mayo de 2008

El papanatismo político no se rinde

Emilio Nouel V.Sábado, 17 de mayo de 2008
La campaña de los precandidatos con vistas a las elecciones de noviembre ha suscitado ciertas críticas, que, a mi juicio, son, desde el punto de vista político, desacertadas, injustas y torpes.
Una cuestión que es consustancial al ámbito de la política, la competencia, para ciertos opinadores con cabida amplia en los medios, se ha vuelto casi que abominable. Cualquier escaramuza, natural en estos torneos, es maximizada, exagerada, y el efecto es que los que sí tienen graves problemas, como el gobierno, son equiparados a las fuerzas democráticas, las cuales, con excepción de muy pocos casos, ha llegado o está en camino de concretar acuerdos de consenso en el 85% de las gobernaciones y alcaldías.
¿Hay razones entonces para alarmar? Resulta incomprensible que ciertos personajes que se dicen contrarios al gobierno, arremetan contra quienes aspiran a cargos legítimamente, tildándolos de irresponsables ambiciosos que sólo mirarían sus intereses individuales y que estarían desdeñando las graves circunstancias políticas en que vivimos.
Quienes piensan así manifiestan una incapacidad notoria para comprender la política. No hay en ellos noción de lo táctico y lo estratégico, no ven la íntima relación entre el tema electoral con el más amplio de la restitución democrática.
Luchar por obtener posiciones institucionales forma parte del esfuerzo general por rescatar las libertades e impedir que la tiranía se instaure en nuestro país. Reponer los equilibrios políticos implica avanzar hacia posiciones de poder que hagan contrapeso. Y para llegar allá, tenemos que "mojarnos", proponiendo también soluciones a los graves problemas del país, de los estados y los municipios. Tenemos que convencer, ganar adeptos, y movilizar a la población sin distingos políticos, con un discurso amplio, claro, concreto, despolarizado y de reencuentro de todos los venezolanos, incluso los que no llegan a percibir los peligros de las circunstancias presentes, que no son pocos.
Sin embargo, algunos no se percatan de lo nocivo de aquel predicamento hipercrítico e injusto hacia los políticos y los partidos. Recurrentemente este enfoque aparece, expresándose mediante el "todo o nada", cuya base es la impaciencia, la búsqueda de vías "rápidas" y el desdén por lo electoral.
Este discurso no puede ocultar su tufillo antipolítico o antipartidista. Es el mismo que nos trajo al lodazal en que estamos, y cuyos culpables, por cierto, no sólo están en el bando gobiernero.
No es que seamos ingenuos e ignoremos que también existen intereses, pasiones y apetitos personales en los políticos; nihil novum sub sole. ¿Acaso no encontramos también móviles egoístas en cualquiera otra actividad social? Obviamente, no se trata de que pensemos cínicamente que a la política sólo la mueven intereses. Lo que queremos decir es que, afortunadamente, en liza también están ideales superiores, objetivos sociales loables y voluntades sinceras, que en interacción con aquellos, permiten a los seres humanos alcanzar los equilibrios necesarios y, en la medida de lo posible, sus fines, sin engañarse con utopías, ni mundos perfectos.
Ciertamente, en Venezuela vivimos una situación precaria preñada de hechos consumados y amenazas crecientes a las libertades, que no debemos obviar. Padecemos un gobierno movido por un desquiciamiento ideológico, sostenido por una chequera petrolera corruptora y un relativo apoyo popular. Su dominio de todas las instancias institucionales civiles y militares nos presenta un cuadro que no es el de una democracia normal, lo que no obsta para que avancemos a travès de las instituciones, a pesar de ventajismos y trampas de los poderes públicos.
Siguen equivocándose aquellos que sólo ven en la lucha electoral a ambiciosos políticos. Hay de todo en la viña del señor, y algunas conductas reprochables no pueden conducirnos al nihilismo, el desespero y la crítica generalizadora y malsana propia de la antipolítica.
No me queda la menor duda de que los que se solazan criticando a los pre-candidatos haciendo generalizaciones arbitrarias, exagerando las divergencias o simplemente mintiendo, no atinan a ver la compleja tarea que tenemos enfrente. Con su ceguera sólo llevan agua al molino de los autoritarios y hacen màs difícil y larga la empresa de recuperación de una genuina democracia. -- Emilio Nouel.
EN VENEZUELA ANALITICA

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