Libertad!

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martes, 27 de mayo de 2008

La investigación de la complejidad

Santiago Quintero //
Uno de los aspectos más importantes en la exploración del nuevo conocimiento, lo constituye, sin lugar a dudas, la investigación de la complejidad. Para la gran mayoría de las personas, complejidad es sinónimo de lo complicado, lo confuso, lo no sencillo, lo que no es fácil de entender. Paradójicamente, la teoría de la complejidad lo que revela es todo lo contrario: la comprensión de los escenarios que la linealidad no nos permitía observar. Lo simple no resulta ser lo preestablecido, sino lo que ocurre, la esencia fenomenológica de la realidad que no podemos predecir con exactitud. La complejidad nos retorna a la observación, a la exploración, al discurso de la naturaleza que no se encuentra divorciado del ser humano sino que se traduce en él, en sus pensamientos, hasta en sus abstracciones que consideró no naturales.
La complejidad retorna para el hombre su papel de observador, de investigador, el encanto de la indagación que se había perdido porque sólo se navegaba, cual cabotaje temeroso, en los predios de la seguridad de la orilla conocida del saber. El soltar amarras hacia el dominio de las tormentas y los huracanes, hace posible el que veamos al universo con una nueva integralidad que nos revela que la comunicación lejos de ser un evento complementario a la existencia o esencia de lo material o inmaterial, se encuentra en la presencia misma del espacio-tiempo y todo lo que en él se encuentra. El poder observar una sencilla ecuación compleja y observar en su graficado tridimensional computarizado las costas, el mar y las playas que observamos en nuestro mundo exterior, ha abierto la maravilla de una comprensión más allá de lo determinado en las más fascinantes historias de ciencia ficción que podíamos leer como producto de la fantasía de sus autores. Y resulta ser que esa fantasía, que ese pensamiento, que esa imaginación crea espacios de exploración en "terrenos" tan parecidos a nuestra experiencia, que no podemos pensar en otra cosa que no sea en un todo unificado que evidencia una infinitud de formas diversas entrelazadas en su lenguaje fractal, como si estuviéramos inmersos en un poderoso proceso de cristalización que va reproduciendo sus formas en una pasmosa secuencia de gloriosa infinitud.
Nunca hubiéramos pensado, que cada ecuación que manejamos en la matemática, es la clave genética de carácter numérico de un universo distinto que descubre su "mapa cósmico" en la medida en que profundizamos en su escala de observación. Podemos ver entonces galaxias, constelaciones, dotadas de luz, brillo y color, ya que "el relieve" numérico de esas funciones que alguna vez creímos sin vida, nos reproduce escenarios donde lo "inanimado" adquiere un movimiento que sólo atribuíamos a la vida. Pero resulta ser que las ecuaciones "se mueven" en la medida en que sus fractalidades se manifiestan. Así entonces, hasta lo inanimado genera frecuencias de "mensajes" que no habíamos detectado antes porque alguna vez creímos estar desconectados en nuestro pensamiento de lo que observábamos. Y resulta ser, que nuestra percepción abstracta no es otra cosa que el plano donde se proyectan esos mensajes que creemos "fuera de la realidad", y resulta ser que esta dentro de nosotros, reproduciendo ese cosmos que está fuera. Y que nuestro pensamiento no está apartado de nuestra realidad, sino que se encuentra conectado con el pensamiento universal en algún bucle de la complejidad que comenzamos a observar. La complejidad nos llama a la síntesis y la fractalidad a una nueva comprensión de cómo pensamos y vemos como nuevas realidades las exploraciones de nuestra imaginación "mapeadas" por un concepto que une lo que se encontraba disperso y fragmentado en el claustro de las disciplinas.
santiagoquintero@gmail.com

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