Por Luis Marin
Aún sin querer se hace un balance cada vez que se cumple un ciclo de algún acontecimiento que consideramos tan relevante como para marcar un hito de "antes y después". Qué hemos ganado y perdido, qué hemos aprendido.
Para arrancar a RCTV del cuerpo social venezolano había que llevarse por el medio mucho hueso, músculo, nervio y, para seguir con la metáfora, una operación de esta magnitud no podía hacerse sin dolor y gran efusión de "sangre, sudor y lágrimas".
En este punto el régimen actuó exactamente como los atacantes islamistas suicidas: sin estimar costos, calcular daños, ni medir las consecuencias; pero sobre todo, con un absoluto desdén hacia las víctimas, como desprecio por la capacidad de respuesta de la colectividad agredida, que puede ser tan inusitada como la violencia que se le inflige. No es de extrañar que el régimen termine como aquellos terroristas, pulverizados por su propia insania.
HEGEMONÍA. Es un concepto muy mal entendido, porque para que sea tal tiene que ser real, debe haber una verdadera superioridad cultural, que no se puede imponer a la fuerza, porque este aspecto de la dominación es opuesto a la hegemonía, que implica sobre todo "consenso".
Hay un momento afirmativo de la comunicación que consiste en expresarse por todos los medios posibles, hacer llegar el mensaje, pero éste debe ser convincente en sí mismo, por su racionalidad interna. Aquí se ha introducido un momento negativo, que consiste en impedirle hablar a los demás, no dejar que se expresen de ningún modo. Así ya no puede hablarse de hegemonía, porque no hay predominio cultural alguno, sino sólo censura.
Los izquierdistas a los que les gusta hablar de la hegemonía adeca del pasado, deben reconocer que entonces estaban Rómulo Gallegos, Andrés Eloy Blanco, entre otros; pero ¿dónde están los novelistas y poetas de esta revolución? ¿Con quien van a construir la hegemonía chavista? ¿Con Isaías Rodríguez y Tarek William Saad?
Los únicos que se ufanan de ser intelectuales con experticia en comunicación son Luis Britto García y Eleazar Díaz Rangel, pero, ¿qué han dicho en torno al caso de RCTV?
El primero, una sarta de galimatías incomprensibles en la que parece traslucir una velada crítica personal a Marcel Granier; pero olvida olímpicamente a los miles de empleados directos e indirectos del canal, de usuarios que ventilaban sus quejas y reclamos a través de sus cámaras y millones de espectadores que tienen derecho a elegir entre una diversidad de fuentes de información.
El otro se limita a decir que la decisión está ajustada a derecho porque es legal, o sea, que es así porque sí. El hecho de que el profesor EDR lo diga en un editorial de Ultimas Noticias no lo hace un factor de "hegemonía". Como decir que más vale la mentira en miles de ejemplares que la verdad en ninguno.
El titular de UN de hace un año es todo un templo: "Renovada la concesión a cuatro canales", esto es más noticioso que no se le haya renovado a RCTV. Con esta peculiar óptica informativa del profesor EDR no debería sorprender un titular de lunes diciendo que este fin de semana "26 millones de venezolanos no fueron asesinados".
Los mercenarios extranjeros como aquel cuyo apellido, Monedero, ilustra para lo que sirven, se debaten entre repetir que no hubo cierre sino el vencimiento de una concesión (sin atinar nunca explicar la diferencia entre ambas figuras) y otros que dicen que llegaron al Hotel Alba Caracas y en la suite presidencial prendieron la televisión y ¡he allí el canal supuestamente cerrado! O sea, que el cierre del canal no se llama así o no existió nunca tal cierre del canal.
Así se logra hacer el ridículo, pero no la ansiada hegemonía comunicacional, para lo que se requieren verdaderos intelectuales en función intelectual, esto es en compromiso irreductible con la verdad, no vergonzante servilismo al poder.
JUSTICIA. El llamado Tribunal Supremo de Justicia ha demostrado que "todo es posible", como bien querían los juristas del horror. Por ejemplo, puede declarar una acción de amparo intentada por RCTV "inadmisible, toda vez que la lesión no es inmediata, posible y realizable por el ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Rafael Chávez Frías, en lo que respecta a su persona como presunto agraviante".
En cuanto a la violación del derecho a la libre expresión, dice el TSJ que "en modo alguno implica una presunta violación al referido derecho, toda vez que los recurrentes podrán, dentro de la diversidad de medios de difusión, exponer sus ideas, opiniones e informaciones". O sea que según el TSJ ni que le corten la lengua se viola su derecho a la libre expresión, porque igual se puede seguir expresando por señas.
Pero tampoco se viola el derecho a la información del pueblo "habida cuenta de la existencia de muchos otros canales televisivos y medios de comunicación social a través de los cuales se transmiten tales contenidos", por lo que, en verdad, no importa que lo maten a uno porque ¡tanta gente queda viva!
Respecto a la violación del principio de igualdad ante la Ley y no discriminación RCTV no pudo demostrar, a juicio del TSJ, que hubiera sido tratada de modo distinto a los demás canales de televisión.
Asimismo declaró infundada la denuncia de violación de la propiedad privada; pero le hizo el favor al gobierno de sugerir, sin que nadie se lo hubiera preguntado, que el vencimiento conlleva "usualmente, la reversión de los bienes afectos a la concesión", como si el llamado espacio radio eléctrico fuera asimilable a un pozo petrolero, que a todo evento requirió una ley de reversión.
Pero el TSJ hizo cosas todavía más espectaculares, como instrumentalizar un recurso de amparo interpuesto por televidentes en protección del derecho a seguir disfrutando del acceso libre a la señal de RCTV, para decidir en forma diametralmente opuesta a lo solicitado, confiscándole los equipos a la emisora para asignárselos a CONATEL y que éste a su vez los destinara "al operador que a tal efecto disponga". ¿Sería sólo una casualidad que los haya asignado a la fundación TEVES? o ¿no debía someterlos a algún procedimiento imparcial de asignación, más transparente? ¿Nadie más tenía algún derecho al botín?
Lo cierto es que el legítimo propietario fue despojado de estos equipos, como de los inmuebles en que se encuentran asentados, sin límite de tiempo, sin retribución alguna, según una figura desconocida, que no es confiscación, ni expropiación, pero que el TSJ se cuidó en declarar "sin que ello implique menoscabo alguno de los derechos de propiedad que puedan corresponder a RCTV". El TSJ puede decretar que lo que es, no es.
Imposible dejar de mencionar, así sea de paso, que en la acción de amparo de los televidentes contra el gobierno, RCTV no tenía arte ni parte, no obstante resultó esquilmada, sin derecho a intervenir en un juicio que le era ajeno. Pero eso sí, el TSJ declaró inadmisible esa demanda respecto del Presidente de la República "toda vez que no tiene atribuida competencia legal alguna en esta materia". O sea que, contrariamente a lo que él cree: ¡no tiene competencia!
Pero si así fuera, ¿por qué no concedió el amparo? Otra vez decide en sentido contrario a su razonamiento, si se le puede llamar así. Como si no fuera público y notorio de dónde provino la decisión del cierre de RCTV y quien la llevó adelante contra viento y marea. Pero además, el TSJ pretende ocultar la arbitrariedad en un ropaje de formalismos inútiles siendo que la Constitución manda a prescindir de formalidades cuando está en juego la justicia. De manera que ni siquiera con esa patente de corso, en el imperio de la más burda ilegalidad se sostiene esa decisión, precisamente por falta de razón y equidad.
QUO VADIS. Siempre el problema final ante la opresión, la persecución, la injusticia es, ¿qué hacer con esto? O mejor, si estas son las condiciones que se nos imponen, ¿a dónde nos puede llevar toda esta dinámica, sin caer en el martirologio o la auto conmiseración?
Un hecho abrumador es que las FFAA se prestaron para la ocupación de las instalaciones de RCTV y aparentemente lo hicieron creyendo en un discurso según el cual la emisora sería "antinacional, golpista" y un largo etcétera. Es verdaderamente alarmante que haya personas que actúen creyendo fantasías y no perciban lo que están haciendo realmente. Este es un aspecto aterrador de la ideología y del manejo ideológico de las acciones políticas. La ideología encubre las acciones materiales y hace refractarios a sus agentes, dotándolos de coartadas plausibles.
Y no hablamos de soldadesca que obedece a ciegas cualquier orden, sino de generales como Baduel, que para ese momento era el Ministro de Defensa, por no decir los que se veían aplaudiendo la medida el 28 de diciembre de 2006, sirviendo como telón de fondo a una ignominia. No puede olvidarse que Baduel saltó a la palestra pública con motivo de denuncias que lo señalaban como accionista de una emisora televisiva en el estado Aragua.
Otro hecho cierto es que dentro de la misma casa se puede tener cable en la habitación principal, pero no en la de servicio, de manera que la división de afuera se reproduce adentro. La mayoría de la población usuaria del servicio de TV en señal abierta, no tiene acceso al cable. Y esto es tan verdad, como que no llega a todo el territorio de la República y es mucho más costoso.
El efecto práctico del cierre de RCTV es el aislamiento de un amplio sector de la población, que se supone más vulnerable a los mensajes unilaterales y simplistas de la propaganda totalitaria.
Contrario sensu, ha dado lugar a múltiples manifestaciones de resistencia, no sólo por la informalización del acceso al cable (una manifiesta piratería), sino por los bajísimos índices de audiencia del canal TEVES, que es imposible no asociar al crimen con que se vincula en la mente de los venezolanos.
De manera que la situación se presenta compleja. El régimen no ha vencido, ni convencido, pero sigue allí, dándose y dándose con la cabeza contra el muro. Pero la sociedad civil tampoco ha vencido y ha perdido mucho, en libertad, seguridad y confianza en sí misma.
¿Será ésta una telenovela con un final feliz, como las mexicanas, o tendrá un desenlace trágico, como una película hiper realista italiana? Quizás esto no dependa de nuestros deseos; pero lo que sí es seguro es la determinación que tenemos de no abandonar la sala, hasta ver el final.
27 de mayo de 2008
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