El Tiempo
Reacciones inadmisibles0
3 de Marzo de 2008.
Redactor de EL TIEMPO.
Mientras en Colombia, en ceremonia fúnebre presidida por el presidenteÁlvaro Uribe en el Cantón Norte de Bogotá, se le rendían honoresnacionales al soldado Carlos Hernández León, muerto en el combate que dio debaja a 'Raúl Reyes', en Venezuela, el presidente Chávez decretaba un minutode silencio en homenaje a un "revolucionario consecuente", víctima de un"asesinato cobarde" del gobierno colombiano.Hay que estar muy 'deschavetado' para ignorar de tal manera la sensibilidad deun pueblo; para ofender tan burdamente la sensibilidad de millones decolombianos que hace menos de un mes, en la más masiva movilización en lahistoria del país, salieron a las calles a gritar su repudio a todo lo querepresenta 'Raúl Reyes'. La reacción del mandatario venezolano revela,además, que su relación con los dirigentes de las Farc es más profunda yemotiva de lo que se temía. Y que su influencia sobre el presidente RafaelCorrea, del Ecuador, es más fuerte de lo imaginado.Insólito y paradójico, pues, que un hecho recibido por la inmensa mayoríade los colombianos como un tanto legítimo -y sin precedentes- que el Estadose anota en la larga confrontación con las Farc, haya generado al mismotiempo un choque diplomático con Ecuador y haya llevado a Chávez a escalarsu enfrentamiento con Colombia y con el presidente Uribe a niveles sinprecedentes.Quién lo diría: la muerte, en una operación militar en las durascondiciones de una guerra irregular, del segundo jefe de una organizaciónarmada responsable del dolor de cientos de miles de personas ha sidocalificada por Chávez como un "asesinato cobarde".Una falta de conexión con las realidades y sentimientos imperantes enColombia muy semejante a la del artículo de Anncol, agencia oficiosa de lasFarc, que tituló la muerte de 'Reyes': 'Uribe asesina a otro sindicalista'.Pero, más allá de estas elocuentes demostraciones de cercanía y simpatía,este fin de semana surgió una delicada tensión con dos países vecinos, quedebe manejarse con agilidad e inteligencia.* * * *Además de despacharse contra Uribe con epítetos insólitos, Chávez haordenado militarizar la frontera con diez batallones y tanques y ha cerrado suembajada en Bogotá. Declaró lo sucedido una violación de la soberaníaecuatoriana, dijo que Colombia, con apoyo de Estados Unidos, se estáconvirtiendo en el "Israel de América" y amenazó con la guerra si unaincursión similar tiene lugar en territorio venezolano.Y el presidente Rafael Correa -quien inicialmente había reaccionado con mástranquilidad, luego de la llamada de Uribe, el sábado por la mañana, en laque le explicaba los hechos- llamó a consultas a su embajador, envió unanota de protesta por considerar la operación contra 'Reyes' un acto deagresión y una violación de la soberanía del Ecuador, y suspendió suprevista visita a Cuba para atender la emergencia. Dijo que irá hasta lasúltimas consecuencias para aclarar un episodio sobre el cual, según él, sucolega colombiano está o "mal informado o miente descaradamente".* * * *Aunque no resulte fácil, lo primero que debe hacerse es separar ambas crisis.Es sintomático el cambio de actitud del presidente Correa luego de suconversación con Chávez que, como lo dijo un analista internacional, lo hizoaparecer como "un cachorro del imperio... venezolano". Pese a ello, elgobierno colombiano debe hacer todos los esfuerzos por aclarar su posiciónfrente al ecuatoriano y normalizar las relaciones. En Quito también debenconsiderar la disyuntiva de hierro en la que se encontraron las autoridadescolombianas al estar ante la oportunidad de asestar un golpe decisivo a unaguerrilla que hace tiempo usa la frontera como puerta giratoria.Con Venezuela, la cosa es a otro precio (como lo es, aunque de menor talla,con Nicaragua, cuyo presidente, Daniel Ortega, también habló de "asesinato"y llamó "hermano" a 'Reyes'). La relación Bogotá-Caracas, que venía mal,recibe un golpe mortal. El cierre de la embajada equivale casi a una rupturade relaciones. No tiene precedentes en el sistema interamericano que suceda,además, por causa de una operación exitosa de un gobierno legítimo contrauna organización ilegal, calificada como terrorista en medio mundo. Alegar,como lo hizo el canciller Nicolás Maduro, que la muerte de 'Reyes' es una"bofetada" y un "duro golpe" al intercambio humanitario es desconocer laconfrontación armada en curso en Colombia, de la cual, las liberaciones gotaa gota de rehenes y el intercambio mismo son elocuentes episodios.El caso es que, en esta, Chávez 'peló el cobre' de manera definitiva. Sutoma de partido por las Farc es cada vez más abierta. Producto en parte deafinidades de fondo con esa guerrilla y, también, de necesidades políticastácticas, luego de su derrota en el referendo de diciembre y ante unaselecciones locales críticas en noviembre próximo, en medio de una situacióneconómica cada día más ingobernable, Chávez parece lleno de razones paraescalar su confrontación con Colombia.* * * *Su reacción ante la muerte de 'Reyes' tiene otro efecto: más allá de lasposiciones encontradas que en Colombia existen frente al gobierno Uribe, lagran mayoría del país cierra filas ante lo que percibe como una hostil einadmisible intervención de Chávez en asuntos internos colombianos.Habrá que ver qué pasos se dan, pero, por lo pronto, entramos en un tensoperíodo de confrontación, ojalá solo verbal y diplomática, entre Colombiay Venezuela. Al prudente silencio con el que se ha respondido hasta ahora, ysin dar pie a provocación alguna, quizá sea hora de añadir una mediacióninternacional, o de buscar que el sistema interamericano comience a jugar unpapel activo en una crisis que puede desestabilizar a toda la región. Lascosas con Venezuela están pasando de castaño oscuro y eso no es bueno paranadie.
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Enviado por Emilio Nouel
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